Una trama empresarial desvi¨® m¨¢s de un mill¨®n de Aguas de Calpe
El m¨¢ximo accionista de Obras Hidr¨¢ulicas confirma la existencia del fraude
Una trama empresarial sirvi¨® para desviar m¨¢s de un mill¨®n de euros de unas obras de mejora en la red de abastecimiento de agua potable de Calp (Alicante) hacia un destino que, seis a?os despu¨¦s, todav¨ªa se desconoce y que est¨¢ siendo investigado por un juzgado de D¨¦nia.
El caso Aguas de Calpe estall¨® en 2004 cuando se supo que el Ayuntamiento de esta localidad hab¨ªa adjudicado a una antigua empresa dedicada al buzoneo, que se convirti¨® en la mercantil Obras Hidr¨¢ulicas, el proyecto por un valor de 4,7 millones que, tras excluir algunos anexos, se redujo a 3,3. Los trabajos val¨ªan, en realidad, 1,7 millones, seg¨²n la Universidad Polit¨¦cnica, o 2,2 millones, seg¨²n la Generalitat. La diferencia entre lo que pag¨® el consistorio y lo que cost¨® la obra realmente desapareci¨®.
El m¨¢ximo accionista de Obras Hidr¨¢ulicas, Francisco Artacho, y el concejal responsable de Aguas en Calp en aquella ¨¦poca, Juan Rosell¨®, son cu?ados. Rosell¨®, que est¨¢ imputado en la causa, es todav¨ªa edil de Calp y diputado provincial por el PP en Alicante; pero Artacho, que ha roto su silencio por primera vez, insiste en exonerarle de cualquier responsabilidad porque, seg¨²n dice, en ning¨²n momento le aport¨® informaci¨®n privilegiada ni intervino a su favor para que le adjudicara los trabajos.
El responsable de Obras Hidr¨¢ulicas, que como Rosell¨® est¨¢ imputado, denuncia la existencia de una trama empresarial para desviar el dinero de las obras, pero afirma que es un estafado m¨¢s. Artacho culpa de las irregularidades al administrador de su propia empresa, Jes¨²s Lara Santamar¨ªa, y al subcontratista que ejecut¨® las obras, Salvador Ibarra. Les acusa de entregar dinero a testaferros y de orquestar la quiebra simulada de empresas que endosaron las cantidades recibidas de la firma municipal Aguas de Calpe a otras firmas ajenas a la obra.
Artacho ha roto un silencio de seis a?os para denunciar que existi¨® una trama empresarial que defraud¨® el dinero de los trabajos de la renovaci¨®n de la red de suministro de Calp. Insiste, no obstante, en que ¨¦l no intervino en el fraude y se presenta como un estafado m¨¢s. El m¨¢ximo accionista de Obras Hidr¨¢ulicas de Levante, la mercantil a la que en 2004 Aguas de Calpe adjudic¨® esas obras cuando su cu?ado y diputado provincial del PP Juan Rosell¨® era concejal del abastecimiento, asegura que ese presunto fraude se articul¨® de dos formas: desviando el dinero que Obras Hidr¨¢ulicas recibi¨® de la concesionaria del agua a tres testaferros que nada tuvieron que ver con las actuaciones, y a trav¨¦s de quiebras fraudulentas de empresas subcontratadas que endosaron las cantidades recibidas a otras firmas.
?Y si Artacho era el m¨¢ximo accionista de Obras Hidr¨¢ulicas, c¨®mo es posible que no supiera que la mercantil estaba desviando el dinero a hombres de paja? El empresario sostiene que supuestamente era el propio administrador de la firma, Jes¨²s Lara de Santamar¨ªa, quien controlaba los movimientos bancarios de la misma y que, por lo tanto, ser¨ªa el responsable de esa situaci¨®n. "Yo no conozco a ning¨²n testaferro", asegura Artacho. No obstante, a?ade que uno de los supuestos hombres de paja, Antonio C¨¦spedes, estaba vinculado a la empresa Buzoneo IRD, la mercantil dedicada a repartir propaganda que el propio Artacho adquiri¨® para reconvertirla en Obras Hidr¨¢ulicas. "Pero yo nunca he tenido ninguna relaci¨®n con C¨¦spedes", asegura el cu?ado del concejal popular.
El hecho de que con anterioridad a quedarse con la renovaci¨®n de la red, Obras Hidr¨¢ulicas se dedicara a una actividad tan peregrina como el buzoneo tambi¨¦n ha desatado honda pol¨¦mica, pero Artacho defiende la normalidad de esa operaci¨®n: "Se trataba de comprar una empresa que no ten¨ªa en ese momento ninguna actividad para dedicarla a la obra h¨ªdrica, un campo en el que yo ten¨ªa gran experiencia". De ah¨ª que niegue que recibiera las obras porque era cu?ado de Rosell¨®: "No tuvo nada que ver. Nosotros est¨¢bamos preparados para realizar el trabajo".
En su declaraci¨®n ante el juzgado, Lara Santamar¨ªa tambi¨¦n habl¨® de esos testaferros, sobre los que el juez ha dictado una orden de b¨²squeda al no tener ning¨²n dato para localizarlos. Lara coincidi¨® con Artacho en situar a C¨¦spedes en la ¨®rbita de Buzoneo IRD y a?adi¨® que otro de los supuestos testaferros, Raimundo Lozano, era "un pintor que fue cliente" suyo "hace muchos a?os", si bien asegur¨® desconocer si hab¨ªa tenido relaci¨®n con Obras Hidr¨¢ulicas. Es m¨¢s, Lara asegur¨® que quien realizaba unos pagos tan extravagantes y, por lo tanto, ten¨ªa contactos con los testaferros era Artacho. Sin embargo, el abogado de este ¨²ltimo, Francisco L¨®pez, esgrime: "Mi cliente no ha hablado con ninguna de esas tres personas y enviaremos un oficio a todas las compa?¨ªas de telefon¨ªa m¨®vil del pa¨ªs para demostrarlo".
Este letrado asegura que hubo un segundo m¨¦todo para desviar el dinero: acusa a Montubo -a la que Obras Hidr¨¢ulicas le subcontrat¨® las actuaciones reales- de simular su propia quiebra, dejando de ingresar las cantidades que le entregaba la firma de Artacho y "realizando endosos cambiarios sin ingresos a una tercera empresa ajena a las obras provocando su propia descapitalizaci¨®n".
El administrador de Montubo, Salvador Ibarra, siempre hab¨ªa contado esta historia de otra manera: acus¨® a la firma de Artacho de adeudarle casi 700.000 euros y de no hacer efectivos cinco pagar¨¦s de 50.000 euros. Ibarra siempre se escud¨® en este argumento para justificar que no pudiera a su vez pagar los 240.000 euros que deb¨ªa a otra subcontrata que realiz¨® tambi¨¦n trabajos en la red, Excagata, y que por esa deuda est¨¢ personada en la causa como acusaci¨®n particular. En cambio, Artacho arguye que Ibarra miente y que Obras Hidr¨¢ulicas pag¨® a Montubo todo el dinero pendiente. As¨ª lo demostrar¨ªa un documento notarial firmado por ambas empresas y una sentencia que le daba la raz¨®n a la firma de Artacho en este contencioso, al asegurar que los pagar¨¦s s¨ª se hab¨ªan hecho efectivos, adem¨¢s de declarar a Montubo en rebeld¨ªa procesal al no personarse en la vista. Es decir, que, seg¨²n Artacho, Ibarra cobr¨® y deber¨¢ ser quien explique d¨®nde est¨¢ el dinero y por qu¨¦ su firma se fue a pique.
Artacho relata que percibi¨® las irregularidades a mediados de 2005, cuando vio "que se acababan las obras y no cobraba nada". Es m¨¢s, argumenta que a ¨¦l todo este asunto le ha costado dinero de su bolsillo. Ahora arremete contra los otros dos imputados que le hab¨ªan implicado en el caso, Lara Santamar¨ªa y Salvador Ibarra. ?ste ¨²ltimo desvel¨® que en febrero de 2004 Artacho le inform¨® durante una feria en Zaragoza de que su cu?ado les ten¨ªa "preparada una obra en Calp" antes de que la misma se adjudicara en marzo de aquel a?o. El familiar de Rosell¨® admite que efectivamente esa reuni¨®n se celebr¨®, "pero delante de otros empresarios que escucharon la conversaci¨®n". Y asegura que no dispon¨ªa de informaci¨®n privilegiada de su cu?ado, "ya que desde 2001 todo el mundo sab¨ªa en Calp que esas obras se iban a realizar, era algo que estaba en la calle".
Artacho libra de culpa a Rosell¨®: asegura que el edil no supo nada del fraude en todo el proceso y especifica: "He tenido varias empresas h¨ªdricas y nunca antes ni despu¨¦s volv¨ª a trabajar para una Administraci¨®n gestionada por mi cu?ado, ni en la Diputaci¨®n de Alicante ni en el Ayuntamiento de Calp".
Otra cuesti¨®n es si las obras, adjudicadas por 3,3 millones de euros, estaban sobrevaloradas: as¨ª lo dijo la comisi¨®n de precios de la Generalitat, que asegur¨® que en realidad solo val¨ªan 2,2 millones, precio que la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia redujo a 1,7 millones. En cambio, Artacho mantiene que las actuaciones se ajustaron a su coste real y esgrime otros dos informes realizados por expertos universitarios que as¨ª lo atestiguaban. Uno razonaba que el criterio de la universidad valenciana pod¨ªa ser incluso "delictivo". Artacho defiende que las obras "han dado un gran resultado", en contra de otro pronunciamiento de la Polit¨¦cnica que alertaba de notables deficiencias en su ejecuci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.