H¨¦roes de nuestro tiempo
Uno de los rasgos m¨¢s repugnantes de la Cuba castrista ha sido su vieja costumbre de regalar presos a los pol¨ªticos occidentales que iban a hacer el besamanos al dictador
Que una veintena de presos pol¨ªticos cubanos hayan sido excarcelados y venido a Espa?a con sus familias, y que el Gobierno de Ra¨²l Castro haya prometido excarcelar en los pr¨®ximos "cuatro o cinco meses" a algunas decenas m¨¢s es una buena cosa, sin duda, y hay que alegrarse por ello.
Lo primero que cabe preguntarse sobre este pu?ado de exiliados que, despu¨¦s de largos a?os de martirio en las prisiones cubanas, salen libres, es qui¨¦nes son. Ninguno pertenece al antiguo r¨¦gimen, todos nacieron y fueron formados por la revoluci¨®n, y su disidencia, por lo tanto, no nace de nostalgia por un pasado que no conocieron, sino de un rechazo a una dictadura que han padecido desde adentro y que despert¨® en ellos un anhelo de libertad. Por sus oficios, representan todo el abanico social: obreros, artesanos, ex soldados, periodistas, ex funcionarios. ?Los delitos por los que fueron condenados a esas dur¨ªsimas penas de 12, 15 y 20 a?os de prisi¨®n? Firmar peticiones, escribir art¨ªculos, tener una m¨¢quina de escribir, constituir grupos de derechos humanos u oficinas de informaci¨®n independientes, actividades pac¨ªficas y ajenas a cualquier tipo de subversi¨®n o violencia. Si a eso se suman las infinitas vejaciones, golpizas, torturas y castigos de toda ¨ªndole de que han sido v¨ªctimas los a?os que pasaron en la c¨¢rcel, no hay duda, cada uno de ellos es un testimonio viviente de la brutalidad irracional que aplica el r¨¦gimen castrista contra quienes no se someten a ¨¦l con servidumbre total y del hero¨ªsmo que hace falta para enfrentarse, aunque sea de la manera m¨¢s benigna, contra una dictadura totalitaria como la cubana.
Con las excarcelaciones pretenden que la UE abandone la Posici¨®n Com¨²n contra Cuba
El r¨¦gimen quiere desactivar la campa?a exterior y levantar su desprestigiada imagen
?Por qu¨¦ han podido salir de la isla? ?Por los buenos oficios de la Iglesia cat¨®lica, "acompa?ada" del Gobierno espa?ol, seg¨²n la f¨®rmula empleada por el ministro de Asuntos Exteriores Miguel ?ngel Moratinos? Mi impresi¨®n es, m¨¢s bien, que el Gobierno cubano, vi¨¦ndose en una tesitura sumamente dif¨ªcil luego de la muerte del disidente Orlando Zapata, tras 86 d¨ªas de huelga de hambre, que provoc¨® condenas en todo el mundo, y la inminente muerte de Guillermo Fari?as que llevaba cerca de 130 d¨ªas en huelga de hambre, decidi¨® hacer un gesto y se sirvi¨® de ambos para sus propios fines. ?Cu¨¢les? El primero, desactivar la campa?a exterior contra el r¨¦gimen y levantar algo su desprestigiada imagen institucional.
El segundo, m¨¢s importante, conseguir mediante estas excarcelaciones que la Uni¨®n Europea abandone la Posici¨®n Com¨²n que suspende toda colaboraci¨®n econ¨®mica con el r¨¦gimen mientras no haya una mejora tangible de los derechos humanos en la isla. Para la dictadura cubana, que vive una situaci¨®n econ¨®mica cr¨ªtica, de la que no sabe c¨®mo salir porque teme que cualquier apertura a la inversi¨®n privada y liberalizaci¨®n del mercado la debilite y signifique el principio del fin de la estructura vertical que la sostiene, la cooperaci¨®n y ayuda exterior son el bal¨®n de ox¨ªgeno indispensable para alargarle la vida.
Es ingenuo pensar que la excarcelaci¨®n de unas decenas de presos pol¨ªticos constituye una reforma sustantiva de la pol¨ªtica del r¨¦gimen contra la oposici¨®n. Uno de los rasgos m¨¢s repugnantes de la dictadura caribe?a ha sido su vieja costumbre de regalar presos a los pol¨ªticos occidentales que iban a hacer el besamanos al dictador, para que ganaran bonos en sus pa¨ªses como salvadores y dieran testimonio de lo flexible que pod¨ªa ser el r¨¦gimen cuando era tratado con comprensi¨®n. Este innoble tr¨¢fico de carne humana en las relaciones p¨²blicas puede permit¨ªrselo sin riesgo alguno una satrap¨ªa cuya reserva de prisioneros pol¨ªticos es un barril sin fondo, y reemplaza a discreci¨®n los presos que ofrece a sus hu¨¦spedes importantes.
Por el momento, nada ha cambiado, salvo que -?en buena hora!- unos cuantos h¨¦roes de nuestro tiempo han podido salir de Cuba con sus familias a iniciar la dif¨ªcil vida del destierro, y, como han dicho todos ellos, a seguir luchando desde el exterior por la democratizaci¨®n de su pa¨ªs. Los medios de comunicaci¨®n cubanos no han dicho palabra de lo ocurrido, salvo la reproducci¨®n en Granma de un comunicado del arzobispado que debe haber dejado en la luna a sus lectores. No hay una sola disposici¨®n, reglamento o ley que sirviera para mandar a la c¨¢rcel a los disidentes que haya sido suspendida, abolida o corregida, ni la menor promesa del Gobierno cubano que haga suponer que la excarcelaci¨®n es el inicio de una pol¨ªtica de tolerancia para los objetores.
El Gobierno socialista espa?ol cree que s¨ª lo es y este es el argumento con que el ministro Moratinos tratar¨¢ de convencer a sus colegas de la Uni¨®n Europea para que levanten la Posici¨®n Com¨²n y la sustituyan por una pol¨ªtica de apaciguamiento, amistad y "diplomacia silenciosa" que vaya persuadiendo discretamente a la dictadura de que inicie de una vez una apertura real.
Confieso que nunca he entendido por qu¨¦ un Gobierno democr¨¢tico, en el que hay un buen n¨²mero de luchadores contra el franquismo que vivieron en carne propia lo que significa una dictadura totalitaria, lleva a cabo con Cuba una pol¨ªtica que, en t¨¦rminos pr¨¢cticos -son los que importan- solo sirve para prolongar la existencia de una dictadura atroz, que lleva m¨¢s de medio siglo, y que ha hundido a los cubanos en la miseria, el miedo, la inseguridad y el m¨¢s cruel despotismo. Y, peor todav¨ªa, que constituye una recusaci¨®n y hostilidad flagrantes contra una oposici¨®n que, jug¨¢ndose la vida y exponi¨¦ndose a abusos y represalias ves¨¢nicas, lucha para que Cuba alcance lo que tiene Espa?a desde la muerte de Franco.
Me lo he preguntado muchas veces y cada vez me parece m¨¢s dif¨ªcil encontrar una respuesta que no implique una pat¨¦tica falta de visi¨®n, la peque?ez o la ceguera. ?El acercamiento a la dictadura cubana del Gobierno socialista espa?ol es, simplemente, una manera de mostrar un cambio radical de pol¨ªtica con la del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, quien persuadi¨® a Europa de adoptar la Posici¨®n Com¨²n? Si fuera as¨ª, la pol¨ªtica exterior de Espa?a no ser¨ªa m¨¢s que un juguete sin br¨²jula al servicio de menudas querellas partidistas, sin continuidad, horizonte geopol¨ªtico ni moral.
Tal vez, la explicaci¨®n sea de otra ¨ªndole. El socialismo espa?ol, afortunadamente para Espa?a, de socialismo tiene ya solo el nombre (y acaso la nostalgia). Como todos los partidos socialistas del Occidente, el espa?ol se ha modernizado, renunciando a los viejos paradigmas ideol¨®gicos, la lucha de clases, el estatismo, el colectivismo, el dirigismo econ¨®mico, y ha terminado por conformarse a realidades que antes combat¨ªa con encono, la empresa privada, el mercado, la inversi¨®n extranjera, y es, hoy d¨ªa -aunque nunca lo reconocer¨ªa en estos t¨¦rminos- un baluarte del capitalismo y de la democracia liberal. Sus diferencias con los partidos conservadores y centristas son menudas e intrascendentes, salvo en la ret¨®rica de sus dirigentes, en la que a veces sobrenadan los antiguos clis¨¦s de la enterrada ideolog¨ªa.
Me pregunto si la incomprensible e inmoral pol¨ªtica del Gobierno socialista espa?ol de colaboraci¨®n con el castrismo no es una manera para sus dirigentes de demostrarse a s¨ª mismos que no es verdad que hayan dejado de ser socialistas, que ah¨ª est¨¢ la prueba, lo que hacen para salvarle la vida a la acorralada revoluci¨®n cubana, que, aunque haya cometido muchos errores, es todav¨ªa el emblema de aquel socialismo que fue el suyo, cuando eran j¨®venes y ut¨®picos y cre¨ªan que la peor de las lacras de la humanidad fue la aparici¨®n del capitalismo ego¨ªsta y vil. Tal vez eso les d¨¦ buena conciencia y, pasajeramente, los exonere de la tristeza de comprobar a cada paso que, en todo lo dem¨¢s, salvo en Cuba, dejaron de ser "revolucionarios" y se volvieron pragm¨¢ticos, socialdem¨®cratas, es decir social-pendejos como los llaman los compa?eros cubanos, y, horror de horrores, ?hasta liberales! Qu¨¦ pena que toda esta operaci¨®n exculpatoria de un Gobierno que deber¨ªa liderar el apoyo de los pa¨ªses libres a los h¨¦roes de la libertad en Cuba, se haga a costa de 11 millones de cubanos sometidos desde hace m¨¢s de medio siglo a un r¨¦gimen que se disputa con Corea del Norte el privilegio de ser la ¨²ltima dictadura comunista del planeta.
Hago votos para que, siguiendo lo que piden los presos pol¨ªticos desterrados de Cuba, la Uni¨®n Europea no cometa la imprudencia de renunciar a la Posici¨®n Com¨²n y la mantenga hasta que el r¨¦gimen de los hermanos Castro d¨¦ pasos ver¨ªdicos y comprobables de una democratizaci¨®n.
? Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PA?S, SL, 2010.? Mario Vargas Llosa, 2010.
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