Entre el perd¨®n y la venganza
La ley contempla el olvido de los delitos y las penas por el paso del tiempo. Pero la reciente reforma del C¨®digo Penal recorta y endurece la prescripci¨®n
El pr¨®ximo 1 de agosto se cumplir¨¢ el 30? aniversario del asesinato de los marqueses de Urquijo. Los tribunales condenaron en su d¨ªa a Rafael Escobedo, yerno de los arist¨®cratas, como autor material del doble homicidio. Despu¨¦s, la justicia encaus¨® como coautor a su ¨ªntimo amigo Javier Anastasio de Espona, al sospechar que acompa?¨® a Escobedo a cometer el crimen. Pero huy¨® en diciembre de 1987 y desde entonces lo ¨²nico que se supo de ¨¦l fue por la entrevista que concedi¨® en 1990 al periodista Jes¨²s Quintero en Brasil.
Javier Anastasio podr¨ªa hoy reaparecer en Espa?a a cara descubierta y nadie podr¨ªa hacerle nada. Ni siquiera en el supuesto hipot¨¦tico y remoto de que admitiese que estaba al lado de Escobedo cuando este mat¨® a tiros a los marqueses. ?Por qu¨¦? Simplemente por el transcurso del tiempo, porque a la justicia se le ha pasado la hora y ha caducado el plazo que ten¨ªa para hacerlo. O dicho en t¨¦rminos jur¨ªdicos porque el asunto ha prescrito.
El asesinato de los Urquijo fue hace 30 a?os. La hora de la justicia ha pasado
EE UU no desiste: lleva persiguiendo 33 a?os al cineasta Roman Polanski
La prescripci¨®n es una f¨®rmula legal basada en que parece injusto perseguir ad eternum a una persona por un delito cometido en un momento y en un contexto concreto. Los catedr¨¢ticos Francisco Mu?oz Conde y Mercedes Garc¨ªa Ar¨¢n se?alan en su libro Derecho Penal que la prescripci¨®n es "una causa de extinci¨®n de responsabilidad criminal fundada en la acci¨®n del tiempo sobre los acontecimientos humanos. (...) Se trata de impedir el ejercicio del poder punitivo una vez transcurridos determinados plazos a partir de la comisi¨®n del delito o del pronunciamiento de la condena sin haberse cumplido la sanci¨®n".
El Constitucional ha avalado en reiteradas ocasiones la validez de la prescripci¨®n. No obstante, es una figura legal no exenta de pol¨¦mica y, a menudo, incluso reprobable para las v¨ªctimas o sus familias. Es comprensible que a una persona le resulte intolerable que el asesino de su padre, de su pareja o de un hijo pueda quedar impune por el simple paso del tiempo.
?C¨®mo explic¨¢rselo a los familiares de Dolores Santiago Palenzuela, una trabajadora de un hotel de Palma de Mallorca que desapareci¨® en 1977? ?C¨®mo hacerles entender que su presunto asesino no pod¨ªa ser detenido, pese a estar identificado y localizado, cuando los restos de Dolores fueron hallados en 2005 enterrados en el s¨®tano del hotel? S¨ª, ese hombre, su amante, la mat¨®... pero su delito hab¨ªa prescrito.
Muchos son los razonamientos para fundamentar esta especie de perd¨®n. Hay un c¨²mulo de estudios, tesis doctorales y libros que ahondan en este principio. Pero, al margen de otras consideraciones m¨¢s t¨¦cnicas, los juristas creen que los argumentos se pueden resumir en los siguientes:
- El olvido del delito por parte de la sociedad, de forma tal que llega un momento en que el recuerdo desaparece y no tendr¨ªa sentido castigar un hecho del que nadie tiene ya memoria.
- La imposibilidad de lograr los fines preventivos una vez transcurrido el tiempo.
- La buena conducta llevada por el delincuente al no cometer ning¨²n otro delito durante el periodo previo a la prescripci¨®n.
- El hecho de que castigar hoy al que largo tiempo atr¨¢s cometi¨® un crimen supondr¨ªa algo as¨ª como sancionar a una persona distinta de aquella que delinqui¨®.
- El temor a ser capturado y la angustia de quien ha estado huyendo de la justicia ya supone de por s¨ª un castigo tan gravoso como la c¨¢rcel.
La prescripci¨®n no es igual en todos los pa¨ªses ni en todas las ¨¦pocas. Por ejemplo, el cineasta Roman Polanski parece abocado -sin haber sido juzgado nunca- a no pisar jam¨¢s Estados Unidos. Las autoridades le persiguen desde hace 33 a?os bajo la acusaci¨®n de haber mantenido relaciones sexuales con una menor y de haberse fugado del pa¨ªs sin haber purgado la pena.
Los hechos de los que viene acusado Polanski ocurrieron en 1977, cuando ¨¦l ten¨ªa 43 a?os. Samantha Gailey, de 13 a?os, declar¨® entonces que la llev¨® a la casa del actor Jack Nicholson para fotografiarla para una revista. Seg¨²n la adolescente, all¨ª le dio champ¨¢n y metacualona y despu¨¦s mantuvo relaciones sexuales consentidas, aunque luego declar¨® que se neg¨® verbalmente en varias ocasiones.
El director de cine fue acusado de abuso sexual, perversi¨®n y sodom¨ªa, as¨ª como por administraci¨®n de drogas a una menor de 13 a?os. Estos cargos fueron atenuados al declararse culpable de tener relaciones sexuales il¨ªcitas con una menor. Polanski fue recluido 42 d¨ªas en una prisi¨®n para un examen psiqui¨¢trico con el fin de decidir su condena final. Desde que qued¨® libre, ha evitado visitar pa¨ªses desde los que podr¨ªa ser extraditado, como el Reino Unido.
Sin embargo, el caso Samantha Gailey sigue pendiendo sobre Polanski como una espada de Damocles. Tanto es as¨ª que el pasado septiembre fue arrestado en Z¨²rich a tenor de la orden de busca y captura de Estados Unidos. Seg¨²n el juez californiano Peter Espinoza, los cargos no han prescrito, pese a que la v¨ªctima retir¨® la acusaci¨®n hace ya a?os. El pasado 12 de julio, las autoridades suizas le dejaron libre y negaron su extradici¨®n a EE UU.
El de Polanski es un caso paradigm¨¢tico de obstinaci¨®n judicial en contra de un hombre de 76 a?os que posiblemente tiene muy poco que ver con aquel de 43 a?os que abus¨® de la adolescente. Es un ejemplo claro de la imprescriptibilidad de muchos y muy diferentes delitos en Estados Unidos. Para los implicados en ellos no hay ni olvido ni perd¨®n.
El profesor Ram¨®n Ragu¨¦s, autor del libro La prescripci¨®n penal: fundamento y aplicaci¨®n, considera "exagerado" el hostigamiento que padece Polanski.
"A la sociedad cada vez le cuesta m¨¢s olvidar. Si uno estudia los diversos c¨®digos penales, se aprecia una tendencia: cada vez hay m¨¢s pa¨ªses en los que es mayor el n¨²mero de delitos imprescriptibles", afirma Ragu¨¦s, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. ?Est¨¢ Espa?a entre esos pa¨ªses? "Bueno, el Parlamento ha aprobado hace poco que los delitos terroristas con resultado de muerte no prescriban nunca", dice.
El resto de homicidios s¨ª prescriben en Espa?a, pero la situaci¨®n est¨¢ "bastante madura" para que la cosa cambie, opina Ragu¨¦s. Y lo ilustra con un interrogante: "?Qu¨¦ pasar¨ªa si un d¨ªa aparece Antonio Angl¨¦s y no se le puede juzgar porque ha prescrito el asesinato de las ni?as de Alc¨¤sser? Habr¨ªa que ver cu¨¢l ser¨ªa la reacci¨®n de la sociedad...".
Manuel Cancio Meli¨¢, catedr¨¢tico de Penal de la Aut¨®noma de Madrid, resalta que el crimen de los Urquijo o el qu¨ªntuple asesinato del cortijo de Los Galindos (Sevilla) ocurrido en 1975 "permanecen vivos en la memoria colectiva". "Pero nadie se acuerda de otros miles de asesinatos", a?ade.
Muy posiblemente esta imposibilidad de olvidar se deba al bombardeo de informaci¨®n que sufren los ciudadanos. Es evidente que el olvido -y el perd¨®n- colectivo era m¨¢s f¨¢cil cuando no exist¨ªan ni televisi¨®n ni Internet.
Cancio considera "imprescindible" que exista la figura de la prescripci¨®n y recuerda que en Europa no hab¨ªa excepciones hasta que Alemania introdujo en torno a 1960 la imprescriptibilidad del asesinato tras iniciar la persecuci¨®n de los criminales nazis. Algo que Cancio considera de "una gran hipocres¨ªa", dado que otros genocidios anteriores -como el del Congo belga- resultaron indiferentes para todo el mundo.
En Espa?a surgi¨® la imprescriptibilidad de determinados delitos en el C¨®digo Penal impulsado en 1995 por Juan Alberto Belloch (ministro de Justicia). El texto fue reformado en 2003 para introducir modificaciones sobre los delitos sufridos por menores.
Ahora, hace poco m¨¢s de un mes, las Cortes respaldaron una ley que introduce reformas en el C¨®digo Penal, algunas de ellas encaminadas a endurecer el tratamiento de la prescripci¨®n.
En el propio texto aprobado por los legisladores se se?ala que "la impunidad debida a la prescripci¨®n de ciertos delitos castigados con penas de no excesiva gravedad (estafas, delitos urban¨ªsticos, por ejemplo, o algunos delitos contra la Administraci¨®n p¨²blica) ha redundado en descr¨¦dito del sistema judicial y en directo perjuicio de las v¨ªctimas". Por eso, las Cortes han decidido elevar el plazo m¨ªnimo de prescripci¨®n de los delitos a cinco a?os, en vez de los tres a?os que hasta ahora reg¨ªan para los casos con penas de prisi¨®n o inhabilitaci¨®n inferior a tres a?os.
El nuevo C¨®digo Penal introduce "precisiones" sobre "el momento del inicio de la interrupci¨®n de la prescripci¨®n". As¨ª, se establece que la prescripci¨®n queda sin efecto en el momento en que el juez instructor realiza "una actuaci¨®n material contra la persona que aparece indiciariamente como penalmente responsable".
Los indicios apuntan a que la sociedad se encamina hacia una postura m¨¢s propensa a la venganza que al olvido ante el delito.
Lo que dice hoy el C¨®digo Penal
Hasta diciembre estar¨¢n en vigor las siguientes normas:
Prescripci¨®n de los delitos:
- A los 20 a?os, cuando la pena m¨¢xima se?alada sea
de prisi¨®n de 15 o m¨¢s a?os.
- A los 15, cuando la pena m¨¢xima prevista por la ley sea inhabilitaci¨®n por m¨¢s de 10 a?os, o prisi¨®n por m¨¢s de 10 y menos de 15 a?os.
- A los 10, cuando la pena m¨¢xima se?alada sea prisi¨®n
o inhabilitaci¨®n por m¨¢s de cinco a?os y no exceda de 10.
- A los cinco, cuando la pena m¨¢xima se?alada por la ley sea prisi¨®n o inhabilitaci¨®n por m¨¢s de tres a?os y
que no exceda de cinco.
- A los tres a?os, los dem¨¢s delitos menos graves.
- Los delitos de lesa humanidad y de genocidio no prescriben en ning¨²n caso.
Prescripci¨®n de las penas: - A los 25 a?os, las de prisi¨®n de 15 o m¨¢s a?os.
- A los 20, las de inhabilitaci¨®n por m¨¢s de
10 a?os y las de prisi¨®n por
m¨¢s de 10 y menos de 15.
- A los 15 a?os, las de inhabilitaci¨®n por m¨¢s de
seis y menos de 10 a?os y
las de prisi¨®n por m¨¢s de cinco y menos de 10 a?os.
- A los 10 a?os, las dem¨¢s penas graves; y a los cinco a?os, las penas menos graves.
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