La hora de Wolfgang Rihm
El compositor alem¨¢n protagoniza este a?o el Festival de Salzburgo que, en su 90? aniversario, ha optado por sustituir el lujo por la creatividad
El Festival de Salzburgo celebra este a?o su 90? aniversario. No est¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica para muchos esplendores en las celebraciones y, tal vez por ello, en el apartado l¨ªrico, este a?o se reponen dos ¨®peras y una tercera tiene lugar en versi¨®n de concierto. Las nuevas producciones se limitan a cuatro, una de las cuales es estreno absoluto. El festival ha invitado a dos artistas pl¨¢sticos de relieve, Jonathan Meese y David Richter, para las escenograf¨ªas de Dionysos, la nueva ¨®pera de Wolfgang Rihm, y para Lul¨², de Alban Berg, respectivamente. Es una respuesta a la crisis esta sustituci¨®n del lujo por la creatividad. Otra es abrir la programaci¨®n oper¨ªstica con un estreno mundial.
'Dionysos' es una ¨®pera sobre el dios del vino tal y como lo ve¨ªa Nietzsche
La ¨®pera de nueva creaci¨®n es la asignatura pendiente de la mayor¨ªa de los teatros y festivales en nuestros d¨ªas. Si no hay nuevos t¨ªtulos que gocen del favor del p¨²blico, la ¨®pera tiene el peligro de convertirse en algo muse¨ªstico. Wolfgang Rihm (Karlsruhe, 1952) llevaba ya m¨¢s de 15 a?os d¨¢ndole vueltas a hacer una ¨®pera sobre el dios del vino tal y como lo ve¨ªa Nietzsche en los ¨²ltimos a?os de su vida. De ah¨ª ha surgido Dionysos, estrenada anteayer con m¨¢s de 10 minutos de ovaciones para todos los artistas. Tal vez el ¨¦xito deriva de su condici¨®n de trabajo en equipo, del buen entendimiento entre compositor, director musical, cantantes y equipo esc¨¦nico.
Rihm se niega a definir Dionysos como una ¨®pera. Es, seg¨²n ¨¦l, una "fantas¨ªa oper¨ªstica". Busca el compositor alem¨¢n un teatro musical de nueva sensibilidad, sin desarrollos dram¨¢ticos a la antigua usanza, sin naturalismo narrativo. El pensamiento est¨¢ por encima de la psicolog¨ªa. Persigue la sugerencia a trav¨¦s de una sucesi¨®n de escenas en las que procura no perder el sentido del humor y en las que la concepci¨®n teatral tiene un marcado protagonismo pl¨¢stico.
Las afinidades son evidentes. Con el director musical Ingo Metzmacher, Rihm habl¨® en 1995 de esta aventura est¨¦tica, lo que redund¨® en una complicidad que ha llegado hasta el estreno en Salzburgo. Metzmacher, triunfador absoluto el pasado a?o del Festival con una ¨®pera de Luigi Nono, no pod¨ªa perder la ocasi¨®n de dar este paso adelante comprometido con la creaci¨®n de una ¨®pera actual. El director de escena liban¨¦s Pierre Audi ya puso en escena Jakob Lenz, ¨®pera de c¨¢mara de Rihm de finales de los setenta del siglo pasado. Especialista en crear atm¨®sferas para nuevos t¨ªtulos, ha contado como escen¨®grafo con el artista multimedia nacido en Jap¨®n y asentado en Berl¨ªn Jonathan Meese que, al margen de su perfil innovador, ha tenido siempre una estrecha sinton¨ªa con Nietzsche. Lo que faltaba. Todos estos juegos de realimentaciones se perciben en la coherencia del espect¨¢culo.
Claro, la aventura no habr¨ªa llegado a buen puerto sin contar con un equipo de cantantes-actores tan competente como el que se ha reunido para esta ocasi¨®n. Johannes Martin Kr?nzle, Mojca Erdmann, Elin Rombo y Matthias Klink son los cabezas de serie del reparto vocal. Responde con br¨ªo el coro de la ?pera de Viena y se luce la Deutsches Symphonie de Berl¨ªn a las ¨®rdenes de Metzmacher.
Todo pareci¨® muy f¨¢cil. Todo funcion¨® con naturalidad. A la obra de Rihm, el Festival de Salzburgo le dedica este a?o un ciclo de 10 conciertos con la Filarm¨®nica de Viena, el Cuarteto Arditti o el Klangforum de Viena, con artistas como Riccardo Chailly, Anne Sophie Mutter o Sylvain Cambreling. Es la hora de Wolfgang Rihm. Lleva ya 400 obras compuestas y se ha convertido, por m¨¦ritos m¨¢s que sobrados, en un cl¨¢sico de nuestro tiempo.
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