Lutero avanza en Am¨¦rica Latina
Las iglesias evang¨¦licas, con un fuerte papel social, se multiplican en Brasil y Centroam¨¦rica y amenazan la tradicional hegemon¨ªa cat¨®lica
El protestantismo avanza en Am¨¦rica Latina. No hay estad¨ªsticas unificadas pero en El Salvador, seg¨²n una reciente encuesta del IUDOP -instituto dependiente de la jesuita Universidad Centroamericana-, los que se declaran protestantes -en 1988, apenas un 16%- hoy suponen m¨¢s del 38% de la poblaci¨®n. Y en el resto del continente, con la excepci¨®n de M¨¦xico, al menos una de cada 10 personas es protestante. En algunos casos, como en Guatemala, hasta se anuncia que el pa¨ªs ser¨¢ pronto mayoritariamente evang¨¦lico.
Pero, aunque en Centroam¨¦rica la tendencia es pronunciada, los datos tambi¨¦n hablan por s¨ª mismos al sur de Panam¨¢. Hasta 1960, en Brasil los protestantes siempre se hab¨ªan mantenido por debajo del 5%. Pero durante los noventa, la proporci¨®n pas¨® del 9% al 15,4%. Y ahora, con unos 30 millones de evang¨¦licos, los brasile?os le disputan a Alemania, Sud¨¢frica y Nigeria la tercera plaza en el ranking de los pa¨ªses con m¨¢s protestantes del mundo, liderada por EE UU y Reino Unido.
La mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Guatemala ser¨¢ pronto evang¨¦lica
Los acad¨¦micos creen que el viaje del Papa a Brasil no sirvi¨® de nada
El protestantismo hist¨®rico, el de Lutero, el de Calvino o el anglicano, fue siempre muy minoritario en la Am¨¦rica colonial, y hasta principios del siglo XX, con el revival norteamericano y la expansi¨®n de las iglesias pentecostales, no empez¨® a echar ra¨ªces. Pero, ?a qu¨¦ se debe un cambio tan considerable en un continente que durante siglos ha sido aplastantemente cat¨®lico?
Samuel Rodr¨ªguez, director de la mayor organizaci¨®n hispanoevang¨¦lica de EE UU, la NHCLC, arguye tres motivos: que para convertirte "no tienes que cambiar tu cultura porque el Evangelio puede entrar con salsa o con mariachis"; que la Iglesia evang¨¦lica propone "una relaci¨®n personal con Dios, sin burocracia religiosa", y que, frente a las dictaduras, "la religi¨®n ofreci¨® libertad".
El antrop¨®logo salvadore?o Carlos Lara afirma que, en su pa¨ªs, el auge del protestantismo "tiene que ver con la guerra" y, aunque solo en parte, tambi¨¦n con una cierta "reacci¨®n apol¨ªtica a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n". Pero, para Lara, lo fundamental es el cambio sociocultural.
Otro de los baluartes evang¨¦licos es su rol social: centros de rehabilitaci¨®n para drogadictos, apoyo en las c¨¢rceles, colegios... Pero no solo act¨²an a gran escala. Las iglesias evang¨¦licas "funcionan como microsociedades en las que los niveles de ayuda mutua son muy fuertes", explica Lara.
Hay quien hasta atribuye al protestantismo un cierto efecto ascensor. Pero el antrop¨®logo estadounidense David Stoll, autor en 1990 del premonitorio ensayo Is Latin America turning protestant?, se muestra esc¨¦ptico: "Pasar cuatro noches en la iglesia, en vez de borracho en la calle, mejora la alimentaci¨®n de los ni?os y promueve roles familiares m¨¢s adecuados. Pero no se puede demostrar que hacerse evang¨¦lico mejore tu posici¨®n social".
Ante la p¨¦rdida de fieles, Cris¨®foro Dom¨ªnguez, de la Conferencia Episcopal latinoam¨¦ricana, opina que, m¨¢s que un error, la Iglesia cat¨®lica ha cometido un "pecado de omisi¨®n". Al preguntarles por la visita de Benedicto XVI a Brasil en 2007 -interpretada entonces como una forma de frenar las conversiones evang¨¦licas-, el dictamen de los acad¨¦micos consultados por EL PA?S es un¨¢nime: no sirvi¨® de nada.
Samuel Rodr¨ªguez no duda de que, para finales de siglo, el continente ser¨¢ "mayoritariamente evang¨¦lico". Pero no todos lo tienen tan claro. El te¨®logo espa?ol y profesor en Georgetown (Washington) Jos¨¦ Casanova se?ala que "las proyecciones no se est¨¢n cumpliendo". Y el soci¨®logo brasile?o Antonio Pierucci apunta que "hab¨ªa muchos cat¨®licos dispuestos a abrazar una religi¨®n m¨¢s exigente en t¨¦rminos de comportamiento y dedicaci¨®n. Incluso en lo monetario. Pero no todos", dice, "y eso marcar¨¢ el techo".
Proyecciones estad¨ªsticas al margen, nadie concede demasiada importancia a las consecuencias. Samuel Rodr¨ªguez cree que "los valores [evang¨¦licos y cat¨®licos] son los mismos". Tanto que los compara con "una pepsi y una coca-cola". Antonio Pierucci, por su parte, descarta un cambio cultural: "El gran problema es que los evang¨¦licos proh¨ªben el alcohol, as¨ª que despu¨¦s de una boda beben agua o zumo de fruta. ?Sabe cu¨¢nto dura una fiesta de esas?", pregunta con iron¨ªa. Lo que s¨ª parece evidente es que la ¨®ptica evang¨¦lica reserva a la mujer un papel socialmente m¨¢s protag¨®nico. "Ese es un aspecto muy importante", dice Jos¨¦ Casanova. "Y no tanto por los pastores -en las iglesias protestantes pueden ser mujeres- como por la clientela femenina, que contrarresta el machismo".
Tambi¨¦n hay quien dibuja cierta norteamericanizaci¨®n en la cultura, pero Jos¨¦ Casanova apunta que, en todo caso, la influencia ser¨¢ bidireccional. "En EE UU, a largo plazo, habr¨¢ un desplazamiento prodem¨®crata del voto evang¨¦lico hispano". Samuel Rodr¨ªguez confirma que, hasta que lleg¨® la ley "racista" de Arizona, "el pueblo latino estaba destinado a votar republicano".
Otro de los efectos del auge del protestantismo, seg¨²n Jos¨¦ Casanova, es la "renovaci¨®n" cat¨®lica: "En Brasil los carism¨¢ticos [con pr¨¢cticas ceremoniales similares a las de algunos evang¨¦licos] representan m¨¢s de un 20%". Samuel Rodr¨ªguez apunta incluso hacia la pol¨ªtica: "Muchos l¨ªderes exitosos hablan de redenci¨®n y de Jes¨²s". Hasta "la fraseolog¨ªa de Hugo Ch¨¢vez es ev¨¢ngelica", dice. Y Twitter parece darle la raz¨®n. Despu¨¦s de abrir la tumba de Bol¨ªvar, el presidente venezolano twitte¨®: "Dios m¨ªo, Dios m¨ªo. Cristo m¨ªo, Cristo Nuestro. Mientras oraba en silencio viendo aquellos huesos, pens¨¦ en ti".
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