La Am¨¦rica de Todd Solondz
El cineasta refleja en 'La vida en tiempos de guerra' la melancol¨ªa de una sociedad que no se ha repuesto de la tragedia de las Torres Gemelas
El norteamericano Todd Solondz es uno de esos creadores que parecen haber pagado un alto precio por su inquebrantable voluntad de provocaci¨®n. Su cine no solo solivianta a la Am¨¦rica conservadora: los liberales tampoco se preocupan por disimular su desagrado ante un autor que se vio obligado a financiar su anterior trabajo de su propio bolsillo -Palindromes (2004)- y que, con el resultado final, logr¨® enfurecer por igual a anti-abortistas y pro-abortistas. Solondz ha tardado cinco a?os en poder dirigir otra pel¨ªcula. Su t¨ªtulo es La vida en tiempos de guerra, un regreso al universo de Happiness en otra clave conceptual y est¨¦tica. Hoy se estrena en nuestro pa¨ªs, pero el proceso creativo no ha sido precisamente f¨¢cil: "Logr¨¦ cerrar la financiaci¨®n y se vino abajo varias veces. Si todo hubiese ido bien, habr¨ªa hecho esta pel¨ªcula hace ya unos a?os, pero llegu¨¦ hasta el punto de abandonar. Di el proyecto por muerto... hasta que, al final, cuando todo parec¨ªa perdido, apareci¨® una productora dispuesta a tomar riesgos y la pel¨ªcula se hizo posible. Ahora es mucho m¨¢s dif¨ªcil que nunca financiar una pel¨ªcula fuera del sistema de los estudios", explica el director en conversaci¨®n telef¨®nica desde su domicilio neoyorquino.
La pel¨ªcula habla de pederastia, drogodependencia, suicidios y crueldad
Su pr¨®ximo proyecto no contiene pedofilia, escenas de violaci¨®n, ni masturbaciones
En su momento, esa primera versi¨®n de La vida en tiempos de guerra que tropez¨® por el camino pod¨ªa haber tenido una singular presencia en el reparto: Paris Hilton. "En realidad", confiesa Solondz, "nunca esper¨¦ que aceptase. Hab¨ªa escrito un peque?o papel que era perfecto para que ella hiciese un cameo. Para mi sorpresa, llegu¨¦ a hablar con ella y me dijo que quer¨ªa hacerlo. Hab¨ªa visto Happiness cinco veces y estaba encantada con el proyecto, pero fue imposible llegar a un acuerdo econ¨®mico con su representante". Quien s¨ª tiene papel en la versi¨®n final de la pel¨ªcula es Paul Reubens, icono de la televisi¨®n infantil de los ochenta con su personaje Pee Wee Herman que sufri¨® su particular linchamiento medi¨¢tico -con catastr¨®ficas consecuencias para su carrera- cuando la polic¨ªa le sorprendi¨® masturb¨¢ndose en un cine X de Sarasota. Una oportuna elecci¨®n de casting para una pel¨ªcula que cuestiona los mecanismos de la familia y la sociedad para establecer los l¨ªmites de lo monstruoso: "La elecci¨®n de Reubens es del todo intencionada. Adem¨¢s, el personaje que interpreta es coleccionista: probablemente, en su colecci¨®n figure en lugar prominente un mu?eco articulado de Pee Wee Herman. En la pel¨ªcula hay otros personajes que se autodefinen como monstruos, pero lo que resulta conmovedor es descubrir que detr¨¢s de esa fachada dura hay gente que lucha por escapar de esa condici¨®n y busca conectar con el pr¨®jimo".
La vida en tiempos de guerra es la pel¨ªcula m¨¢s jud¨ªa de un realizador que se autodefine "como un jud¨ªo que sali¨® rana, que fracas¨® en su condici¨®n de tal". Solondz vuelve a hablar de pederastia, drogodependencia, suicidios y crueldad cotidiana, pero el tono es m¨¢s melanc¨®lico que agresivo. El t¨ªtulo alude al estado espiritual de una Norteam¨¦rica que a¨²n no se ha recuperado de la tragedia que supuso el 11-S: "Las referencias a la guerra real que todav¨ªa sigue en marcha en tiempos de Obama son oblicuas. La pel¨ªcula habla de la insularidad de Norteam¨¦rica tras el desastre: de esa protecci¨®n frente a la realidad que mantiene a los ciudadanos lejos de la experiencia real de estar en un pa¨ªs en guerra. Tras el 11-S ocurri¨® algo muy bonito: los ciudadanos unieron fuerzas y se mostraron completamente dispuestos a ayudar. Preguntaron a los organismos de poder de qu¨¦ manera pod¨ªan echar una mano tras la tragedia. Nunca me quitar¨¦ de la cabeza lo que les dijo el alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani: ?Id de compras! Fue algo obsceno e insultante: una bofetada en toda la cara. Una buena demostraci¨®n de que las buenas intenciones nunca son suficientes".
Todd Solondz est¨¢ ultimando los preparativos para iniciar en octubre el rodaje del que ser¨¢ su s¨¦ptimo largometraje -si contamos esa opera prima, Fear, Anxiety and Depression (1989) que ¨¦l est¨¢ empe?ado en olvidar. El proyecto lleva por t¨ªtulo Dark Horse y lo ¨²nico que est¨¢ dispuesto a adelantar es lo siguiente: "La pel¨ªcula no contiene pedofilia, escenas de violaci¨®n, ni masturbaciones. Probablemente ese es el motivo de que esta vez me haya resultado m¨¢s f¨¢cil encontrar financiaci¨®n".
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