Una Europa negra
El cine de los hermanos Dardenne vive en una aparente contradicci¨®n: su c¨¢mara parece husmear, desde una imp¨²dica cercan¨ªa, a sus personajes, con la violencia ideol¨®gica y de clase que esa gram¨¢tica parece sugerir. Por otro lado, esa extenuante estrategia formal se pone al servicio de una cristalina, elocuente revelaci¨®n de las corrientes subterr¨¢neas que hacen de Europa una idea del primer mundo levantada sobre las din¨¢micas subterr¨¢neas de algo muy parecido a lo que solemos entender por Tercer Mundo.
Finalmente, hay una mirada humanista que de momento pueden levantar sus recursos de estilo. En El ni?o (2005) su cine social parec¨ªa flirtear, antes de un punto final tributario de Pickpocket (1959), con una in¨¦dita modulaci¨®n del cine negro, cuya visceralidad en las formas restitu¨ªa a la memoria noir ese sustrato documental que la progresiva estilizaci¨®n del g¨¦nero hab¨ªa ido diluyendo. En su ¨²ltimo trabajo, El silencio de Lorna, premio al mejor gui¨®n en Cannes, ese tr¨¢nsito a los c¨®digos del cine negro resulta mucho m¨¢s evidente.
EL SILENCIO DE LORNA
Direcci¨®n: Jean-Pierre y L. Dardenne.
Int¨¦rpretes: Arta Dobroshi, Fabrizio Rongione, J¨¦r¨¦mie Renier.
G¨¦nero: drama. B¨¦lgica-Francia-Italia-Alemania, 2008.
Duraci¨®n: 105 minutos.
Poderoso, perturbador relato sobre la econom¨ªa sumergida (y criminal) del matrimonio de conveniencia en las zonas m¨¢s desoladoras de la inmigraci¨®n comunitaria, El silencio de Lorna es un mod¨¦lico ejercicio de cine negro limpio de manierismos, de piel hiperrealista, con voluntad de denuncia. Una pel¨ªcula extraordinaria que contiene una de las elipsis m¨¢s brutales del cine reciente y que acaba desembocando en forma de envenenado, inquietante cuento de hadas. Sin hadas.
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