Escribir para no ser o para ser
Sobre la forma correcta de crear un personaje se han escrito cientos de miles de p¨¢ginas, por supuesto, in¨²tiles todas: que si ¨¦ste debe poseer tales cualidades, que si necesita ser reflejo de su tiempo, que si es fundamental la sutileza o la certeza o la entereza. Ni hablar ya de las contribuciones t¨¦cnicas que los redactores de estas p¨¢ginas creen hacer a la literatura en nombre de una sintaxis que convertida en derechos de autor se vuelve en sus bolsillos la m¨¢s acartonada de las praxis. Igual que los fulleros de los parques, los tah¨²res de las letras venden su mentira disfrazada de promesa: siguiendo la instrucci¨®n de este libro crear¨¢s un personaje inolvidable.
Peores que estos redactores de mentiras son sus primos m¨¢s cercanos: los maestros de talleres literarios, esas comadronas especializadas en sacar con f¨®rceps lo que deb¨ªa sacarse con pujidos, esos can¨ªbales hambrientos que succionan del personaje de su alumno lo ¨²nico que en verdad era importante: el sudor, la sangre, el m¨²sculo y la bilis, esos malabaristas de las horas que cegados por el pago de una pr¨®xima visita se vuelven incapaces de aceptar una verdad como un templo: la manera indicada de crear un personaje memorable es fundamentalmente inexplicable. "En arte todo se puede aprender y nada o casi nada se puede ense?ar", escribi¨® Eduardo Chillida hace ya varios a?os.
Por supuesto, no es que sea inexplicable el car¨¢cter de un determinado personaje, sus virtudes morales, sus vac¨ªos espirituales o sus carencias vitales, como tampoco resulta inexplicable la estrategia literaria, el tono elegido o las herramientas que se han utilizado para crearlo. Lo que es inexplicable es la gestaci¨®n del personaje, su emerger en una mente como emergen en la niebla los objetos, el mecanismo de resortes que arrastra un presentimiento desde las profundidades ¨²ltimas del alma y lo moldea hasta dejarlo convertido en algo m¨¢s humano que los hombres, en un ser incluso m¨¢s real que aqu¨¦l que lo ha creado. Lo que resulta inexplicable es pues lo ¨²nico importante: la manera en que un autor inventa, insufla de existencia y comparte con su creaci¨®n el lugar que hasta entonces ocupaba solo en el mundo. "All¨ª donde fallo yo como hombre, fallan tambi¨¦n mis personajes. Por otro lado, ellos sienten orgullo por las mismas cosas que yo, es decir, por los pormenores cotidianos de la vida", asegur¨® el escritor checo Bohumil Hrabal.
S¨¦ que sobrar¨¢n los que tras leer estas palabras me corrijan, los talleristas que me ense?en aquello que no entiendo, los cr¨ªticos que se apresuren a explicarme lo inexplicable. Antes de que lo hagan, d¨¦jenme decir que s¨¦ lo f¨¢cil que es diseccionar un personaje, un texto, una situaci¨®n o incluso una palabra, y tambi¨¦n lo in¨²til que resulta. As¨ª que mejor cont¨¦stenme c¨®mo es que Tolst¨®i huy¨® de su muerte, para ser exactos de su casa instantes antes de su muerte, para no morir en las mismas condiciones que Iv¨¢n Ilich: rodeado de una familia indiferente, interesada y que lo ten¨ªa completamente harto. O c¨®mo es posible que Bohumil Hrabal, el autor de obras como Trenes rigurosamente vigilados y Una soledad demasiado ruidosa, se suicidara tir¨¢ndose de un quinto piso mientras daba de comer a sus palomas: exactamente igual que el m¨¢s insigne de sus personajes. Escribir para no ser o para ser...
Emiliano Monge (Ciudad de M¨¦xico, 1978) ha publicado recientemente la novela Morirse de memoria (Sexto Piso. Madrid, 2009. 176 p¨¢ginas. 17 euros).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.