'Deep Blue' a la parrilla
Las m¨¢quinas ya hacen ciencia, y no es descabellado imaginar que alg¨²n d¨ªa puedan llegar a hacer, qu¨¦ s¨¦ yo, la parrilla de programaci¨®n. Algunas cosas las har¨ªan mejor que los programadores de carne, como precipitarse con un sobresalto sobre los controles al darse cuenta de que varias otras cadenas ya han cortado para publicidad. El ordenador lo har¨¢ m¨¢s deprisa y sin derramar el caf¨¦.
Otras cosas las har¨¢ igual de mal que los humanos, porque son intr¨ªnsecamente dif¨ªciles. Por ejemplo, cualquier programador sabe a qu¨¦ hora poner el partido del Bar?a, la serie de impacto o el cine de estreno, pero ?qu¨¦ hacer con las minor¨ªas? Con el coleccionista de insectos, con el devoto de Lars von Trier, con el amante del jazz. Si los sumas son un mont¨®n de gente. El problema es que no hay forma de sumarlos. La oferta para las minor¨ªas es un punto vulnerable de la televisi¨®n, que dif¨ªcilmente va a competir ah¨ª con la web, ni con las editoriales de libros, que ya pueden rentabilizar tiradas muy bajas.
Pero quiz¨¢ la m¨¢quina encuentre una salida. Es probable, por ejemplo, que haya rasgos comunes a todas las minor¨ªas. Un recelo instintivo hacia la opini¨®n de consenso. Una aversi¨®n espont¨¢nea a los discos m¨¢s vendidos, o a cualquier disco que se venda, o a Julio Iglesias directamente. Uso frecuente de tetras¨ªlabos como populacho, chabacano, adocenar y cutriferio, este tipo de cosas.
Adem¨¢s, casi todos somos mayor¨ªa para casi cualquier cosa. Los virtuosos de la orquesta Philarmonia de Londres van a bares como todo el mundo, y a menudo entre dos movimientos. El autor de El Jarama lee relatos policiacos, y el de El Aleph los escrib¨ªa. Por el hecho de que te guste Jackson Pollock no vas a dejar de comer hamburguesas, al igual que no consta que ning¨²n catedr¨¢tico de psicoan¨¢lisis se perdiera la final del mundial. Cada persona es un mundillo. Lo que es un mundo es lo que tenemos en com¨²n.
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