Una ni?a de ocho a?os, declarada por segunda vez en desamparo
Piedad vive en un centro de acogida aunque la reclaman dos madres
A sus ocho a?os, Piedad ha pasado cinco en centros de acogida de Las Palmas de Gran Canaria. La Direcci¨®n General del Menor canaria orden¨®, recientemente, su ingreso en un nuevo centro despu¨¦s de ser declarada en situaci¨®n de desamparo por segunda vez en su vida. Su caso, muy similar al del conocido como Ni?o del Royo -declarado desamparado por cuarta vez en 2007-, ha supuesto un revuelo medi¨¢tico en el archipi¨¦lago.
Piedad, un nombre falso por el que se la conoce para salvaguardar su identidad, es desde hace a?os el centro de una disputa judicial entre su madre biol¨®gica y su madre de acogida. El regreso de la menor con su madre biol¨®gica -ordenado por una juez- no surti¨® el efecto previsto, ya que en marzo de 2009 la progenitora la entreg¨®, de nuevo, a la Direcci¨®n General del Menor argumentando que no pod¨ªa hacerse cargo de su educaci¨®n porque es un "potrillo desbocado". Ante esta situaci¨®n, el Gobierno de Canarias decret¨® el desamparo. Y la menor ingres¨®, de nuevo, en un centro de acogida, de donde su anterior madre de acogida, Soledad Perera, la quiere rescatar.
Dolores Palliser, la letrada que asiste a la madre biol¨®gica, ha criticado el proceder del Gobierno de Canarias y defiende el derecho de su cliente a rehacer su vida. Por su parte, el abogado de la madre adoptiva y ex fiscal general del Estado, Eligio Hern¨¢ndez, no descarta llevar el caso hasta el Tribunal Constitucional. Mientras tanto, Piedad permanece en un centro de acogida por cuarta vez.
La vida de Piedad ha sido de un constante deambular. Ingres¨® en un centro de acogida en 2002 cuando era un beb¨¦ de siete meses. El Gobierno de Canarias la declar¨® en desamparo y asumi¨® su tutela. La ni?a permaneci¨® tres a?os en diversos centros. La madre biol¨®gica exigi¨® la devoluci¨®n de la menor en 2005, pero diversos informes lo desaconsejaron. En febrero de ese a?o fue trasladada a La Orotava (Tenerife) con una familia que inici¨® un acogimiento preadoptivo. Seg¨²n los informes psicol¨®gicos realizados por la Direcci¨®n General del Menor, la ni?a se adapt¨® a su nuevo entorno.
Pero en 2006, la madre biol¨®gica acudi¨® a los tribunales. La juez orden¨® el inmediato retorno de la menor con ella. Una sentencia que origin¨® una verdadera tormenta medi¨¢tica en las islas al enfrentar a la madre biol¨®gica y a Soledad Perera, la de acogida. Esta se neg¨® a entregar a la ni?a presentando numerosos recursos de amparo y aportando informes que alertaban del serio da?o psicol¨®gico que se le infringir¨ªa a Piedad. La Direcci¨®n General del Menor alertaba en uno de ellos, fechado en octubre de 2006, de "los efectos nefastos de llevar a cabo actuaciones inmediatas para la retirada de la menor por el alto riesgo de provocar un da?o emocional o psicol¨®gico irreversible".
Mientras las providencias y exhortos se suced¨ªan, Perera insist¨ªa en no entregar a la ni?a; aseguraba que proteg¨ªa el bien superior de la menor.
Finalmente, en mayo de 2007, efectivos de la Direcci¨®n General del Menor escoltados por la Guardia Civil localizaron a Piedad, que fue trasladada a Las Palmas de Gran Canaria con su madre biol¨®gica. Paralelamente, Perera era procesada por un delito de desobediencia, lo que suscit¨® la indignaci¨®n de amplios sectores de la sociedad canaria. En marzo pasado fue condenada por desobediencia.
Una odisea
- A?o 2002. Piedad ingresa a los siete meses en un centro. Las autoridades asumen su tutela.
- 2005. La ni?a se traslada a vivir con una familia de acogida preadoptiva.
- 2006. La madre biol¨®gica la reclama en los tribunales y una juez ordena el regreso de la menor con ella. La madre de acogida se niega.
- 2007. Piedad vuelve con su progenitora biol¨®gica, que dos a?os despu¨¦s la devuelve a las autoridades.
- 2010. Declarada en desamparo, la ni?a ingresa otra vez en un centro.
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