TIEMPOS
?Han escuchado alguna vez eso de "este pol¨ªtico sabe medir muy bien los tiempos"? Pues es falso. Lo que dominan es el arte de dejar pasar el tiempo. Nada de controlarlo. ?Creen que eso es f¨¢cil? Para nada. Cualquiera de nosotros se deprimir¨ªa ante algunos titulares de la prensa. Ellos no. Aguantan, dejan pasar el tiempo. Y al final, todo se despeja.
Usted ve un esc¨¢ndalo. Corrupci¨®n, espionaje, mala gesti¨®n, rectificaciones clamorosas, desastrosos resultados electorales, condenas judiciales, financiaci¨®n ilegal. Y piensa: va a pasar algo. Pero ellos lo ven de otra forma. Lo urgente es esperar, se dicen. Primero, al d¨ªa siguiente. ?Y si hay suerte y salta alg¨²n ¨¦xito deportivo impactante, alg¨²n desastre natural, un suceso tr¨¢gico o, mejor a¨²n, alg¨²n problema del partido rival? Las portadas de los peri¨®dicos se diluir¨¢n. Y con ellas las tertulias de radio. Basta con esperar. Todo pasa, nada queda. No es par¨¢frasis de Machado, es an¨¢lisis sesudo de estrategas. Y al final, casi siempre deciden lo mismo: ya escampar¨¢.
Las noticias deportivas, la prensa rosa y sobre todo el calendario de vacaciones est¨¢n encima de la mesa de cualquier gabinete de crisis. La llegada de Espa?a a la final del Mundial ocup¨® horas de an¨¢lisis pol¨ªtico. "Zapatero est¨¢ muy concentrado en el partido", dec¨ªa su entorno. No era un hincha sufriendo, era un pol¨ªtico calculando consecuencias pol¨ªticas.
El problema es que descubrieron el secreto que los periodistas trat¨¢bamos de ocultar: las noticias pasan. Antes de Internet se dec¨ªa que un peri¨®dico vive ocho horas, hasta que alcanza su verdadero fin: envolver el pescado. Ahora ni eso. Los reporteros veteranos siempre se quejan de que los esc¨¢ndalos antes duraban semanas, ahora minutos.
Hay otra explicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de Internet. Al contrario que en la m¨²sica o el deporte, en pol¨ªtica lo dif¨ªcil no es mantenerse, sino llegar. Lo importante es conseguir el liderazgo de tu partido. A partir de ah¨ª, salvo cat¨¢strofe, lo m¨¢s probable es que, ganes o pierdas, tengas cada vez m¨¢s y m¨¢s poder interno, y a la vuelta de un tiempo nadie te pueda toser.
Dicen que Franco ten¨ªa en su mesa dos montones de documentos. Uno, los problemas que el tiempo resolver¨¢. Otro, los problemas que el tiempo no resolver¨¢. Y claro, no se ocupaba de ninguno de los dos. ?l ten¨ªa garantizado el poder, el resto ven¨ªa solo. As¨ª que, ?para qu¨¦ preocuparse?
De todas formas, no me hagan mucho caso. Yo de tiempos no entiendo nada. Ni siquiera he sido capaz de marc¨¢rselos a un beb¨¦ de 16 d¨ªas. Esa s¨ª que controla los tiempos. Y todo lo dem¨¢s.
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