Al Gai¨¢s se va por Bra?as de Sar
El humedal que separa Santiago de la Cidade da Cultura ser¨¢ un gran parque urbano
El tradicional granero de Santiago ser¨¢ en poco tiempo el mayor parque urbano de las ciudad. Con las obras de la Cidade da Cultura vigilantes desde el monte Gai¨¢s, el humedal de Bra?as de Sar -que separa el fara¨®nico proyecto de Manuel Fraga del casco viejo- ha pasado a ser la pieza clave de la ciudad que el gobierno de Xos¨¦ Ant¨®n S¨¢nchez Bugallo ha pensado para las pr¨®ximas d¨¦cadas. Pocos dudan, empezando por el alcalde socialista de Compostela, que de los 330.000 metros cuadrados del humedal de Bra?as de Sar, anegado por las aguas del mismo r¨ªo, dependa la expansi¨®n de Santiago e incluso la integraci¨®n del Gai¨¢s en el espacio urbano. El proyecto le supondr¨¢ al Ayuntamiento el desembolso de siete millones de euros y para acometerlo ser¨¢ necesario expropiar 433 parcelas. M¨¢s de la mitad del humedal est¨¢ en manos privadas y los vecinos todav¨ªa cultivan muchas de las tierras.
El futuro parque de Bra?as agotar¨¢ la edificabilidad del humedal, marcada en el Plan Xeral de Ordenaci¨®n Municipal (PXOM) actualizado en 2008. Este documento es el ¨²nico que confiere cierta protecci¨®n al espacio, porque las bra?as, a diferencia de otras tierras ba?adas por el Sar y el Ulla, carecen de toda figura de protecci¨®n medioambiental. El PXOM establece tres zonas edificables dentro del futuro parque, que ser¨¢n ocupadas por vestuarios y duchas, un centro de investigaci¨®n del CSIC y construcciones auxiliares a la v¨ªa del tren que separa un tramo de las bra?as del casco urbano. No ser¨¢ el ¨²nico proyecto ambicioso que implique al humedal: el telef¨¦rico proyectado por el Ayuntamiento, de construirse finalmente, sobrevolar¨¢ las tierras del Sar. La estaci¨®n intermodal del AVE comunicar¨¢ este espacio con el resto de la ciudad.
La construcci¨®n del parque urbano aumentar¨¢ el espacio edificado en 65.000 metros cuadrados del total 460.000 incluidos en el Plan Especial de intervenci¨®n de Sar, redactado entre Ayuntamiento y Consorcio y sometido estos d¨ªas exposici¨®n p¨²blica tras ser aprobado por la corporaci¨®n municipal hace dos semanas. La zona deportiva -58.270 metros cuadrados- incluir¨¢ edificios auxiliares, entre ellos vestuarios y duchas. El estadio de f¨²tbol de Sar, levantado hace casi dos d¨¦cadas, ser¨¢ girado 90 grados para adaptarlo a la topograf¨ªa del lugar. Cuando se construy¨®, explica ?ngel Panero, director t¨¦cnico del Consorcio, no se tuvo en cuenta la orientaci¨®n vertical del terreno. En esa misma ¨¦poca se levant¨® el Multitusos Fontes do Sar y las piscinas del complejo deportivo de Santa Isabel.
Los que hasta ahora no estaban edificados son los 5.270 metros cuadrados sobre los que se construir¨¢, a la margen derecha del Sar, el Centro Nacional de Patrimonio Natural, adscrito al CSIC, y cuya ubicaci¨®n bail¨®, en pleno debate sobre los usos de la Cidade da Cultura, entre el Gai¨¢s y las Bra?as hasta septiembre de 2009, cuando se firm¨® el convenio que colocaba el centro en las tierras de Sar . "Es una manera de abaratar costes", asegura Xan Turmu?o, responsable de la asociaci¨®n ecologista Verdegaia, cuyas alegaciones al documento de inicio del Plan especial fueron rechazadas por la conseller¨ªa de Medio Ambiente en 2009. El proyecto se acometer¨¢, por lo tanto, sin evaluaci¨®n de impacto ambiental.
Si finalmente se construye el telef¨¦rico anhelado por Bugallo, las cabinas sobrevolar¨ªan sin remedio las bra?as. El Consorcio se decanta por esta opci¨®n tras descartar la del tranv¨ªa. "Es la soluci¨®n que menos afectar¨ªa a las bra?as", sostiene ?ngel Panero, director t¨¦cnico del proyecto. En 2008, el Icomos, ¨®rgano asesor de la Unesco, desaconsejaba la instalaci¨®n del telef¨¦rico: mermar¨ªa, seg¨²n el texto, "la autenticidad y el car¨¢cter" de las bra?as. El estudio arremet¨ªa incluso contra el propio proyecto del Gai¨¢s, "completamente ajeno a las claves paisaj¨ªsticas del lugar y del contorno".
Consorcio, Ayuntamiento y ecologistas difieren en el modo de acometer la intervenci¨®n. "Me cuesta pensar que se pueda hacer de modo m¨¢s garantista", asegura Panero. Para el arquitecto, la salvaci¨®n de Bra?as de Sar pasa por la intervenci¨®n. Pero para el ecologista de Verdegaia Xan Turmu?o, tal soluci¨®n consolida la p¨¦rdida del ecosistema bra?ego y altera el drenaje caracter¨ªstico del humedal. Dentro del proyecto de Bra?as se incluye el aprovechamiento de calzadas tradicionales y la rehabilitaci¨®n de molinos, cercados y pontones, as¨ª como nuevos senderos para facilitar el paseo a los vecinos. Los terrenos m¨¢s f¨¦rtiles del norte ser¨¢n convertidos en huertas urbanas -a la manera de las ya existentes en Belv¨ªs- y un vivero proveer¨¢ de especies aut¨®ctonas los m¨¢rgenes del r¨ªo, que en algunas zonas ha perdido su vegetaci¨®n de galer¨ªa caracter¨ªstica.
Panero reconoce que las comunicaciones entre Santiago y la Cidade da Cultura "van afectar necesariamente a las bra?as". Se resiste a relacionar los dos proyectos, pero admite que la construcci¨®n del Gai¨¢s supuso "el momento oportuno" para plantear una intervenci¨®n en los humedales. Las Bra?as de Sar -naturales, pero profundamente humanizadas por la actividad agr¨ªcola- ya fueron objeto de un plan municipal a finales de los 80, que permiti¨® levantar el Multiusos. El PXOM de 2008 las considera parte "del corredor verde de la ciudad" y, por lo tanto, ajenas a la actividad inmobiliaria.
35% menos de superficie en 40 a?os
Al este de Santiago, entre el casco viejo y el monte Gai¨¢s - coronado por las obras inacabadas de la Cidade da Cultura- crecen coles, patatas y vides, aunque lo que abunda es el ma¨ªz, que en esta ¨¦poca del a?o ya ha empezado a espigar. Durante d¨¦cadas, este humedal de m¨¢s de 330.000 metros cuadrados fue el granero y la conciencia rural de una ciudad que a principios del siglo XIX empez¨® a crecer fuera de sus cauces. Las tierras de Sar ya no se trabajan como antes, pero nunca han dejado de ser el verdadero pulm¨®n verde de la capital.
Los humedales del Sar lo son porque recogen el agua que escurre de los montes circundantes -el Gai¨¢s, el Viso, el Pedroso- y por el desbordamiento del r¨ªo, origen de un ecosistema fr¨¢gil, inundable, que ha convivido con una tradici¨®n agr¨ªcola plenamente asentada. Los ecologistas de Verdegaia calculan que desde los sesenta, la presi¨®n urban¨ªstica ha acabado con el 35% de la superficie del humedal, que ha perdido parte de su permeabilidad. No es la ¨²nica causa del retroceso de las bra?as. El abandono de las tierras, las deficiencias del sistema de saneamiento, los vertidos sobre el r¨ªo o la instalaci¨®n de colectores tambi¨¦n explican el deterioro que sufr¨ªa el humedal en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Un desgaste mayor en la zona norte, la que tiene m¨¢s suelo edificado y la que concentrar¨¢ la mayor parte de las nuevas obras. La parte sur, que acoge la mayor¨ªa de las tierras inundables, requiere una intervenci¨®n m¨¢s delicada. "No puede ser que los nuevos senderos act¨²en como una barrera del agua", advierte Carlos Blanco, arquitecto del Ayuntamiento compostelano.
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