Un liberal que sab¨ªa escuchar
As¨ª se defini¨® Juan Marichal y no hay quiz¨¢ mejor elogio de su larga vida: la de un intelectual que, transterrado en los a?os de su juventud, supo escuchar las voces que le llegaban desde la lejan¨ªa del tiempo y de la distancia con el consciente prop¨®sito de poner en valor una tradici¨®n de pensamiento y de acci¨®n brutalmente quebrada por la dictadura. Se rebel¨®, desde su exilio, contra el designio de Franco de borrar de nuestra historia el siglo XIX por liberal y el XVIII por ilustrado y fue recomponiendo la tradici¨®n liberal espa?ola a base de piezas breves, primorosamente esculpidas, como quien restaura un mosaico destruido tras un incendio. Esta manera de plantarse sit¨²a a Juan Marichal en la primera fila de los ensayistas hispanos.
Fue recomponiendo la tradici¨®n liberal espa?ola a base de piezas primorosas
Su inter¨¦s por el pasado le sirve de equipaje para abrir sus o¨ªdos al presente
Ensayos, mosaico, pero no obra fragmentaria, pues esas breves piezas van encajando unas en otras hasta adquirir plenitud de sentido en su proyecto de reconstrucci¨®n ideal de una larga y fecunda tradici¨®n. A trav¨¦s de sus ensayos, Marichal descubre las ra¨ªces y da cuenta de las diversas ramificaciones del liberalismo espa?ol, situ¨¢ndolo en una perspectiva europea. De ah¨ª procede su revisi¨®n del siglo XVIII como plenamente espa?ol, su indagaci¨®n en el origen de la palabra liberal y de su cambio sem¨¢ntico en el C¨¢diz de las Cortes, cuando liberalismo se identifica con desprendimiento, con imperativo de generosidad, o su evocaci¨®n de las nubes de melancol¨ªa que cubr¨ªan la frente de Larra el d¨ªa de difuntos de 1836.
De 1836 a 1936, la recuperaci¨®n liberal que atribuye al Unamuno de principios del siglo XX o el programa de europeizaci¨®n que encuentra en Ortega rodaron por los suelos como resultado de la rebeli¨®n militar y de una guerra civil que ya no puede concebirse como una peculiaridad espa?ola, sino -y as¨ª lo escuch¨® a un campesino- como una "lucha por la libertad del mundo".
En la guerra, Juan Negr¨ªn, el pol¨ªtico, de quien destaca su capacidad de resistencia y, sobre todo, Manuel Aza?a: editor de sus Obras Completas, nadie ha visto como Marichal cumplirse en el presidente de la Rep¨²blica el drama del liberalismo espa?ol, el de unos hombres que "entran en la acci¨®n pol¨ªtica para afirmar los principios de la conciencia individual y que al participar en las luchas pol¨ªticas ven todos los riesgos que para su propia conciencia individual comporta esa defensa, esa afirmaci¨®n de la primac¨ªa de la conciencia".
La guerra, con la tragedia y derrota, podr¨ªa haber significado, para una mirada dogm¨¢tica o rencorosa, el punto final a las indagaciones sobre la tradici¨®n liberal. Pero en Marichal no hab¨ªa solo madera del historiador, sino que, precisamente por su arraigado liberalismo, su inter¨¦s por el pasado le sirve de equipaje para abrir sus o¨ªdos a las voces del presente.
Por eso, desde la universidad de Harvard, dedic¨® tambi¨¦n su reflexi¨®n a El nuevo pensamiento pol¨ªtico espa?ol, unos ensayos en los que percibi¨® la voluntad de convivencia intelectual en los falangistas de Escorial, como Pedro La¨ªn Entralgo y Dionisio Ridruejo; el neotacitismo y el af¨¢n reformista de Enrique Tierno Galv¨¢n; la equivalencia entre orden cristiano y democracia efectiva de Gim¨¦nez Fern¨¢ndez; o la preocupaci¨®n por las Espa?as en el historicismo pactista de Jaume Vicens Vives. Y as¨ª desde el exilio, Marichal contribuy¨® a tender puentes con el interior entrando en fecundo di¨¢logo con disidentes de la dictadura, sin importarle que algunos, en otro tiempo, formaran en la coalici¨®n vencedora.
Esta capacidad para escuchar voces que llegaban del interior y hasta del campo contrario, de los "otros", es lo que nos da la talla de Marichal: no solo que haya rastreado las ra¨ªces espa?olas del liberalismo, que haya rescatado personajes y p¨¢ginas de esa tradici¨®n; no solo que haya entendido en su tr¨¢gica circunstancia a pol¨ªticos controvertidos, sino que despu¨¦s del incendio supo percibir bajo las cenizas rescoldos que animar¨ªan un futuro menos sombr¨ªo.
Republicano y liberal, en su Nueva apelaci¨®n a la Rep¨²blica Juan Marichal mostr¨® su esperanza en aquellos espa?oles "que saben olvidar todos los errores y todos los horrores, los ajenos y los propios, miran hacia el futuro y hacia sus pr¨®jimos con aut¨¦ntica voluntad de convivencia, con verdadero esp¨ªritu de di¨¢logo". Y este es, en definitiva, el legado de alguien que pudo decir de s¨ª mismo: soy un liberal que sabe escuchar.
Santos Juli¨¢ es historiador, especialista en la obra de Manuel Aza?a.
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