Fritanga y cari?o de base

Al barullo habitual de la plaza de Lavapi¨¦s, cruce de caminos de inmigrantes variopintos y aficionados al ocio nocturno, se sumaron ayer por la noche otras dos fuerzas de desorden: las fiestas de San Lorenzo, por un lado, con cientos de personas entre los puestos de fritanga, y por otro lado, m¨¢s bien en medio, la lucha de c¨¢maras, fot¨®grafos y redactores de prensa por cazar una imagen o unas palabras de Tom¨¢s G¨®mez, el l¨ªder del PSM, un hombre de moda por su lucha contra la ejecutiva federal socialista por ser el candidato a las elecciones de 2011 a la Comunidad de Madrid.

El pol¨ªtico apareci¨® en la caseta de fiesta del PSM antes de las diez de la noche, reci¨¦n llegado de una corrida en la plaza de toros de San Lorenzo del Escorial, camisa blanca, pantal¨®n negro, inamovible sonrisa de rigor. En unos segundos, los periodista lo estaban encimando contra las sillas de pl¨¢stico de la mesa donde cenaban sus compa?eros de partido. Preguntas y m¨¢s preguntas. Su sonrisa no se movi¨®; sus palabras, menos: la competici¨®n con la ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez, la candidatura a las elecciones auton¨®micas es buena para el partido y su mayor dicha es el apoyo de la base socialista madrile?a, un discurso cerrado, s¨®lido, perfecto para no descomponer el gesto.

Salvado el asalto de los medios, camino entre las mesas con su men¨² de la noche. Besos, agradecimientos, cercan¨ªa con la gente.Entr¨® en la caseta socialista, saludo a los encargados y pos¨® para los fot¨®grafos sosteniendo una espumadera con entresijos.

G¨®mez avanz¨®. Se sent¨® en una mesa con tres se?ores mayores, parec¨ªa que fuesen antiguos conocidos de cuando era ni?o, o viejos afiliados al partido. Ni una cosa ni otra. Sus comensales no lo esperaban cuando se pararon all¨ª a tomar cerveza y gallinejas. Y solo sab¨ªan de ¨¦l desde que ocup¨® telediarios y portadas de prensa los ¨²ltimos d¨ªas. "Le dijimos que el a?o pasado no lo vimos aqu¨ª, pero nos dijo que no, que s¨ª que estuvo", cont¨® una de sus interlocutoras, Rosa Jim¨¦nez, de 70 a?os. "Se ve que como el a?o pasado no lo conoc¨ªamos nadie, pas¨® desapercibido, pero ahora que ha aparecido en la tele...".

El l¨ªder del PSM guard¨® las formas ante las c¨¢maras y los micr¨®fonos, pero entre las mesas de manteles de cuadros le sal¨ªa una mirada p¨ªcara y sus palabras jugaban m¨¢s. "?Echa de menos aqu¨ª a alg¨²n compa?ero del PSM?". "No, a ninguno", dijo. "?Ni a David Lucas

[posible candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid]?". "Tampoco vino el a?o pasado. Adem¨¢s, no s¨¦ qui¨¦n ser¨¢ el candidato a la alcald¨ªa, no parece que David quiera...". La sonrisa, ahora, fue m¨¢s personal, el lazito de una referencia mordaz a su colega de partido, que no le ha dado su apoyo en la batalla interna del partido y ha manifestado p¨²blicamente que su cargo est¨¢ a disposici¨®n de la c¨²pula del PSOE.

Una vez acab¨® con los saludos y los periodistas se fueron, Tom¨¢s G¨®mez se sent¨®, abri¨® un botell¨ªn de agua y descans¨®, frente a frente con su mano derecha, la portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Men¨¦ndez. En la plaza de Lavapi¨¦s sonaba la m¨²sica de un grupo de mariachis. "El mariachi loco / quiere bailar, / quiere bailar pero no hay pareja, / quiere bailar pero no lo dejan".