Pakist¨¢n naufraga
Las inundaciones muestran la torpeza de un Gobierno que no lidera la lucha contra el desastre
Las lluvias provocadas por un monz¨®n han anegado desde hace d¨ªas el noroeste de Pakist¨¢n y las inundaciones van poco a poco extendi¨¦ndose hacia el sur. Los ¨²ltimos datos hablan de m¨¢s de 1.300 personas fallecidas, de dos millones de desplazados, de 14 millones de afectados (el 8% de la poblaci¨®n). Se estima que son seis millones las personas que necesitan atenci¨®n urgente, se han perdido 14.000 reses de ganado, y la destrucci¨®n de las cosechas amenaza con provocar una hambruna. La ONU calcul¨® el mi¨¦rcoles que se necesitan 350 millones de euros para empezar a batirse con esta terrible tragedia. Eso s¨ª, la ayuda debe llegar de inmediato, pues enfermedades como el c¨®lera podr¨ªan agravar un panorama ya de por s¨ª desolador.
Los desastres naturales son imprevisibles y poco o nada puede hacerse para evitarlos. Donde la mano del hombre s¨ª puede intervenir es en la manera de prevenir sus efectos y en la respuesta que se orquesta para paliar los estragos que producen. Asif Al¨ª Zardari, el presidente de Pakist¨¢n, se encontraba de viaje por Europa cuando supo del desastre, pero fue ayer cuando visit¨® por primera vez una de las zonas afectadas despu¨¦s de regresar el martes. Por mucho que lloviera en Pakist¨¢n, decidi¨® quedarse en Par¨ªs y Londres, y ha justificado su ausencia diciendo que su petici¨®n de ayuda ha sido m¨¢s eficaz al haberla hecho in situ.
No hay excusa, sin embargo, que sirva al l¨ªder de una naci¨®n para no estar al frente de los suyos cuando se desata una cat¨¢strofe de esta envergadura. Las ayudas para enfrentarse a las peores inundaciones en 80 a?os han tardado en llegar, pero sobre todo no se han distribuido con eficacia. Las autoridades tachan de calderilla el monto de los recursos prometidos por la comunidad internacional, y los expertos han hecho ya comparaciones: por ce?irse a Pakist¨¢n, lo recaudado hasta ahora equivale a tres d¨®lares por afectado, frente a los 70 que llegaron durante el se¨ªsmo de hace cinco a?os.
Ausencia del Gobierno y falta de liderazgo, pues, a la hora de responder a la cat¨¢strofe. La fragilidad de los resortes estatales en las distintas regiones del pa¨ªs y la corrupci¨®n generalizada, sin embargo, estaban ah¨ª, y complicar¨¢n la gesti¨®n de los recursos. Los talibanes, mientras tanto, podr¨¢n servirse de la tragedia para debilitar a¨²n m¨¢s a un Estado cada vez m¨¢s fr¨¢gil y con sus responsables m¨¢s ensimismados y alejados de su poblaci¨®n. La torpeza de Zardari colabora con ellos.
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