Un escritor novel de 67 a?os, ¨¦xito en la Feira de A Coru?a
?nxel V¨¢zquez de la Cruz: "Soy un m¨¦dico de letras"
Uno de los ¨¦xitos de ventas en la m¨¢s que concurrida Feira do Libro de A Coru?a, y no por falta de novedades de relumbre, ha sido Luz de tebra, el primer libro de un autor novel de 67 a?os. Fue una de las obras m¨¢s solicitadas para su firma, y una de las presentaciones que desbord¨® la carpa que acog¨ªa los actos literarios.
Bien es cierto que ?nxel V¨¢zquez de la Cruz (Tui, 1942) es un m¨¦dico de prestigio en la ciudad (fue director del Hospital Materno Infantil) y sobre todo, en los c¨ªrculos intelectuales est¨¢ considerado un excelente narrador oral, de la estirpe de Castelao, Fole o Cunqueiro. Como en esos cl¨¢sicos del relato, "Luz de tebra nos va llevando, relato a relato, escal¨®n a escal¨®n, del fr¨ªo al calor, de la intemperie a un horno comunal o a un furancho de los de loureiro en la entrada", dice en el pr¨®logo Manuel Rivas.
La obra est¨¢ estructurada alrededor de las ciudades en las que residi¨® V¨¢zquez de la Cruz: Tui, Santiago, Vigo y A Coru?a. Tui, su lugar natal, en donde escuchaba cuentos a la "luz de Tebra" (una poblaci¨®n vecina, pero tambi¨¦n las tinieblas de la ¨¦poca). La Compostela estudiantil, a medias entre la Casa de la Troya y el despertar del 68. Vigo, "en donde, en lugar de irme a Estados Unidos, decid¨ª quedarme a trabajar en un hospital de pobres, en uno de esos espacios rurales que hab¨ªa y hay, y que son lo m¨¢s caracter¨ªstico y m¨¢s noble de la ciudad".
Quiz¨¢ ese roce cotidiano con el dolor motive que las historias siempre tengan un punto de tragedia o de infelicidad. "Nunca me salen historias festivas, a pesar de que provengo de gente pavera y algo alocada. Pero la melancol¨ªa es un derecho que tenemos los enfermeros. 'El hombre es un ser d¨¦bil que ama la melancol¨ªa como la libertad', dec¨ªa Cunqueiro".
A pesar de sus cualidades de narrador oral, o quiz¨¢ por ello, V¨¢zquez de la Cruz siempre se hab¨ªa negado a publicar -"con todo lo que tengo que leer, para qu¨¦ voy a escribir"-, hasta que lo convencieron el editor Manuel Bragado y Eduardo Galeano, que lo defin¨ªa como "el ¨¢ngel ese que acepta ser llamado doctor aunque ¨¦l cura contando". "En la presentaci¨®n se me acerc¨® Xos¨¦ Fern¨¢ndez Ferreiro para reprocharme que empezara ahora, 'co pouco que che queda'. Pero escribir, escrib¨ª siempre: en peri¨®dicos, desde La Noche, o haciendo aquellos estudios que se titulaban Alternativa para a sanidade. Incluso en algunos informes m¨¦dicos y en las cartas al personal cuando era director del hospital soltaba la pluma, o met¨ªa versos. Soy un m¨¦dico de letras", justifica la tardanza.
Tambi¨¦n argumenta estrenarse con un libro en gallego. "En algunos de los ambientes en los que me muevo me dijeron: '?qu¨¦ pena que est¨¦ en gallego!' Lo est¨¢ porque es el idioma de la tierra, del paisaje de mi infancia y el de mis personajes, incluido uno que es chino. Y adem¨¢s en las actuales circunstancias, es en lo que hay que escribir. Si perdemos el idioma, como dec¨ªa Manuel Antonio, ir¨ªamos quedando 's¨®s, o mar, a terra e n¨®s".
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