Ir¨¢n irrumpe en la campa?a electoral brasile?a

En una campa?a electoral donde las diferencias de los principales aspirantes a la presidencia en los comicios del 3 de octubre son m¨ªnimas, la cuesti¨®n del programa nuclear iran¨ª y la condena a la lapidaci¨®n de Sakineh Ashtian¨ª han irrumpido en el casi mon¨®tono debate como un rayo y ha puesto en tela de juicio la pol¨ªtica exterior del pa¨ªs. Tanto el candidato socialdem¨®crata Jos¨¦ Serra como la tercera en liza, la ecologista Marina Silva, han hallado un flanco d¨¦bil para atacar a Dilma Rousseff, la candidata del Partido de los Trabajadores de Lula y protegida del mandatario, que lidera las encuestas.

"Todo esto tiene que ver con derechos humanos", declar¨® Serra esta semana. El r¨¦gimen iran¨ª "apedrea a mujeres hasta la muerte, arresta a periodistas (...) y ahorca a disidentes por el simple hecho de pensar en forma diferente (...). En mi Gobierno no vamos a tolerar esto", insisti¨®. Silva tambi¨¦n atac¨® por aqu¨ª: "En lo que respecta a los derechos humanos, Brasil est¨¢ perdiendo la oportunidad de, siendo un pa¨ªs de tradici¨®n democr¨¢tica y de cultura de paz, reafirmar esos principios en la cuesti¨®n de los presos cubanos e Ir¨¢n", el viernes en un mitin en Belo Horizonte.

El caso de la mujer iran¨ª condenada a lapidaci¨®n ha dado armas a la oposici¨®n

Rousseff ha tenido que negar en firme que simpatizara con l¨ªderes totalitarios

Aunque la campa?a ha estado centrada en el tema econ¨®mico y el tema del programa nuclear iran¨ª a los brasile?os en general les ha sonado lejano, la condena a lapidaci¨®n por adulterio de Sakineh Ashtian¨ª, de 43 a?os, dos hijos, ha calado hondo en la sociedad. "Puede que la gente no entienda a Ir¨¢n, pero entiende a una mujer que ser¨¢ apedreada hasta la muerte", dijo la analista pol¨ªtica Maria do Socorro Souza Braga a la agencia Reuters.

Rousseff ha salido en defensa de la pol¨ªtica de Lula hacia Teher¨¢n arguyendo que la gesti¨®n de Brasilia puede ayudar a evitar un conflicto en Oriente Pr¨®ximo y ha rechazado la idea de que el presidente o ella misma simpatizaran con Gobiernos autoritarios como el de Ir¨¢n, aunque destacando que los "buenos contactos" son cruciales para todos los pa¨ªses.

Los analistas brasile?os consultados por la prensa local no creen que el tema iran¨ª pueda costarle el fuerte liderazgo de Rousseff en las encuestas, pero ninguno se atreve a aventurar qu¨¦ pasar¨¢ si Ashtian¨ª es finalmente ejecutada. Tal vez, este desgraciado hecho podr¨ªa restarle votos a la candidata del partido de Lula a la hora de imponerse en la primera vuelta.

Son miles los usuarios de la red social Twitter que cada semana publican mensajes solicitando a Lula que interceda por la vida de la mujer azer¨ª y no menos intensa es la campa?a internacional de los organismos de derechos humanos que pesa sobre la diplomacia brasile?a.

Hasta ahora Brasilia ha fracasado en su intento de salvar a la condenada. La primera reacci¨®n de Lula fue la de no interferir: "Hay que tener cuidado. Las personas tienen leyes, tienen reglas. Si empezasen a desobedecer sus leyes para escuchar las peticiones de los presidentes en poco tiempo todo ser¨ªa un caos". Lula a?adi¨® que "estaba contra la pena de muerte, pero que deseaba mantenerse ajeno al asunto".

M¨¢s tarde, el Ministerio de Exteriores aconsej¨® al presidente ofrecer asilo a la mujer condenada para contrarrestar las cada vez m¨¢s duras cr¨ªticas por no aprovechar su buena relaci¨®n con el r¨¦gimen de Teher¨¢n para interceder en el caso. Brasil, junto a Turqu¨ªa, present¨® en mayo pasado un plan para que Ir¨¢n pudiese intercambiar uranio poco enriquecido por otro de mayor pureza y evitar as¨ª el bloqueo internacional. Finalmente no pudo y Brasilia tuvo que firmar, a rega?adientes, las nuevas sanciones.

Durante un acto p¨²blico, a finales del mes pasado, Lula declar¨®: "Pido a mi amigo el se?or Ahmadineyad que si esa mujer le incomoda, la env¨ªe a Brasil". La escritora iran¨ª Azar Nafisi, por esas fechas presente en la Feria del Libro de Paraty, critic¨® a Lula: "Esa mujer no es inc¨®moda, es el presidente Ahmadineyad quien incomoda a esa mujer mat¨¢ndola", afirm¨®, ante la ovaci¨®n del p¨²blico. "Lula piensa que este tipo [Ahmadineyad] es su amigo. Este tipo apedrea a sus ciudadanos hasta la muerte. En Brasil no hay pena de muerte. ?C¨®mo ¨¦l puede ser su amigo?", concluy¨® Nafisi.

El Gobierno de Teher¨¢n respondi¨® que Lula "se hab¨ªa dejado llevar por los sentimientos, y que desconoc¨ªa las leyes del pa¨ªs". Despu¨¦s, el embajador de Ir¨¢n en Brasil, Mohsen Shaterzadeh, lleg¨® a negar que Brasil hubiera oficialmente ofrecido asilo a la condenada. "No hemos recibido de forma oficial petici¨®n alguna (de asilo o refugio pol¨ªtico) para que esa se?ora sea tra¨ªda a Brasil".

El jueves pasado la televisi¨®n iran¨ª difundi¨® un v¨ªdeo en el que la acusada reconoc¨ªa todos los cargos, criticaba la injerencia occidental en su caso y dec¨ªa desconocer a Mohammad Mostafaei, su abogado, que ya ha buscado refugio en Noruega. La emisi¨®n de la confesi¨®n hizo saltar todas las alarmas en las ONG de derechos humanos que creen que la ejecuci¨®n es inminente. Ese mismo d¨ªa, el ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, declar¨® que "un gesto humanitario ser¨ªa muy positivo para Ir¨¢n y para su imagen en el mundo".

La pol¨ªtica exterior de Brasil en el ¨²ltimo a?o de Lula ha descolocado a m¨¢s de un diplom¨¢tico occidental. No es f¨¢cil entender c¨®mo el presidente y la candidata a sucederle, Dilma Rousseff, que han sufrido la c¨¢rcel y hasta la tortura, no son m¨¢s en¨¦rgicos a la hora de condenar las violaciones a los derechos humanos en pa¨ªses como Ir¨¢n. El pa¨ªs, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, ejecut¨® a unas 400 personas el a?o pasado, al menos 14 de ellas en p¨²blico.