A vueltas con la transparencia
Espa?a ha presidido el semestre europeo con la anomal¨ªa de ser el ¨²nico pa¨ªs grande de la UE que carece de una ley de acceso y de transparencia de la Administraci¨®n P¨²blica. Esperamos que el Gobierno cumpla su promesa electoral y apruebe dicha ley antes de que finalice la legislatura. Adem¨¢s de aprobar la ley, le toca al Ejecutivo impulsar el reglamento, la cultura de la transparencia, la disposici¨®n de los archivos, el gobierno abierto, la formaci¨®n de los empleados p¨²blicos y el uso de las tecnolog¨ªas.
En Estados Unidos, la ley (FOIA: Freedom of Information Act) ha cumplido m¨¢s de 40 a?os y ha avanzado m¨¢s bajo las presidencias dem¨®cratas. Obama no ha sido menos y public¨® al d¨ªa siguiente de su toma de posesi¨®n el memorando que orientar¨¢ la libertad de acceso durante su mandato. El mensaje es sencillo: en caso de duda, prevalece el derecho de los ciudadanos sobre el secreto del Gobierno. Mediante tales medidas, ahora mismo est¨¢n disponibles todas las facturas firmadas por la presidencia, los v¨ªdeos de las intervenciones o la vinculaci¨®n entre los votos de los senadores y las donaciones que reciben para sus campa?as. George W. Bush dio instrucciones para que se hiciera exactamente lo contrario y se cumpliera la ley... al pie de la letra, sin un m¨ªnimo de inter¨¦s o apoyo por parte de la Administraci¨®n o las agencias federales.
Espa?a debe abordar una legislaci¨®n avanzada de acceso a la informaci¨®n de la Administraci¨®n
La cultura de la transparencia consiste no ¨²nicamente en la puesta a disposici¨®n del p¨²blico de datos, sino en la organizaci¨®n de la documentaci¨®n y su catalogaci¨®n, la eliminaci¨®n de la arbitrariedad y la obligaci¨®n de destinar recursos humanos y econ¨®micos. Es un trabajo arduo, pero puede servir de ancla para recuperar la credibilidad de los partidos pol¨ªticos y los Gobiernos en todos los niveles. Ante el auge de la corrupci¨®n, el nepotismo y la decadencia de algunas organizaciones sociopol¨ªticas, no est¨¢ de m¨¢s recordar el aforismo de Louis Brandeis, juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos entre 1916 y 1939: la transparencia es el mejor de los desinfectantes ("Sunlight is said to be the best of disinfectants"). Frente a la extensi¨®n de la man¨ªa de la rueda de prensa sin preguntas de periodistas, hace falta lo contrario. Hay que ejercer el derecho a preguntar, tener el acceso a las fuentes directas e insistir hasta que se responda por aquello que se ha preguntado.
Los periodistas tenemos mucho que aportar al buen desarrollo de la transparencia. La experiencia confirma que el periodismo de investigaci¨®n sale reforzado. No todos los a?os aparece una historia como el esc¨¢ndalo de Guant¨¢namo, los papeles del Pent¨¢gono o la imprevisi¨®n de Bush ante el inminente ataque de la entonces poco conocida Al Qaeda, pero s¨ª que existe un compromiso c¨ªvico con los lectores diarios. De hecho, en Estados Unidos, los diarios locales lideran el uso de la FOIA y, gracias a ella, dedican numerosas p¨¢ginas a contenidos exclusivos tales como los derechos de los consumidores, las cuestiones medioambientales que afectan a la comunidad, la denuncia de casos de nepotismo o corrupci¨®n.
Recientemente, nos ha impactado el v¨ªdeo de Reuters sobre el asesinato de un periodista en Irak, que ha visto la luz gracias al uso de esta ley. En M¨¦xico, el periodista Daniel Liz¨¢rraga revel¨® la opacidad en el gasto de las transiciones presidenciales. En Estados Unidos, se ha divulgado la correspondencia de Henry Kissinger, la din¨¢mica y alcance de la ayuda a la contra en Ir¨¢n o la documentaci¨®n acerca de la invasi¨®n de Bah¨ªa Cochinos. En Am¨¦rica Latina, los ciudadanos han empleado sus respectivas leyes de acceso y la propia FOIA estadounidense para la reconstrucci¨®n de la memoria de las dictaduras. Los desaparecidos, la violaci¨®n de los derechos humanos y el colaboracionismo de unos u otros Gobiernos quedan al descubierto porque exist¨ªa un registro de las acciones, de las personas que tomaban las decisiones y de los m¨¦todos empleados para la tortura y muerte.
Centenares de personas an¨®nimas han reclamado la informaci¨®n sobre sus familiares y amigos para saber qu¨¦ les sucedi¨® realmente. Acogi¨¦ndose a la FOIA, algunos vecinos de los Estados de Pensilvania o Virginia reclamaron a la Agencia Federal de Medioambiente informaci¨®n objetiva y veraz sobre las consecuencias de las emisiones de carb¨®n en determinadas poblaciones. En Alemania, cada uno puede acceder a los datos personales que la Stasi ten¨ªa almacenados y clasificados sobre ellos mismos. En la misma l¨ªnea, los movimientos sociales pueden recuperar y poner informaci¨®n que de otra manera se pierde en los Presupuestos Generales del Estado, las comisiones gubernamentales o las fundaciones p¨²blicas.
El desaf¨ªo de la transparencia informativa es una cuesti¨®n que debe abordarse pronto para adecuarnos a la realidad europea. Lo importante es la aprobaci¨®n de una legislaci¨®n avanzada, que aproveche el conocimiento adquirido por los pa¨ªses del entorno para legislar el acceso, los medios electr¨®nicos y los reglamentos correspondientes, as¨ª como reformar las leyes de archivo de la Administraci¨®n y la de secretos oficiales. La lucha contra la corrupci¨®n, la recuperaci¨®n de la credibilidad del Gobierno y el abono de la esfera p¨²blica pasan necesariamente por la rendici¨®n de cuentas, el ejercicio del buen periodismo y la mejora de la calidad de la democracia.
Juan Luis Manfredi es periodista y profesor de IE University.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.