Controlados

Los controladores a¨¦reos han tardado en llegar a un acuerdo de bases con AENA el tiempo que han necesitado, seis meses, para convencerse de que el Ministerio de Fomento no iba a dar marcha atr¨¢s respecto a su decisi¨®n de poner fin a la situaci¨®n de privilegio y abuso de posici¨®n de ese sector. Si el acuerdo es ratificado ma?ana por la asamblea, se habr¨¢ puesto fin a un conflicto que ha sido acuciante durante las ¨²ltimas semanas, pero que en realidad ha durado meses, y cuyas ra¨ªces se remontan a hace al menos seis a?os.

Fue en 2004 cuando, ante la falta de acuerdo para renovar el convenio colectivo firmado en 1999, se recurri¨® a la pr¨®rroga del anterior, muy favorable para los intereses gremiales de los controladores, sobre todo porque la respuesta que daba a la necesidad de ampliar la jornada para atender al aumento de tr¨¢fico era el recurso a horas extras, pagadas al triple de las ordinarias. Ello condujo a un incremento desmesurado de las remuneraciones de esos empleados (una media de unos 350.000 euros anuales, seg¨²n AENA, con algunos casos de m¨¢s del doble de esa cantidad), lo que repercut¨ªa en que las tasas a¨¦reas espa?olas fueran las m¨¢s elevadas de Europa.

Al mismo tiempo, el enorme poder desestabilizador que tiene ese colectivo frenaba los intentos de poner fin a esos abusos, por lo que el convenio segu¨ªa prorrog¨¢ndose. Pero un efecto de las crisis econ¨®micas es que ciertas inercias dejen de ser consideradas como inevitables. El escepticismo con que a fines del a?o pasado fueron acogidas las declaraciones del ministro de Fomento se convirti¨® en sorpresa cuando en febrero cumpli¨® su aviso de modificar por decreto, ante la falta de acuerdo, las condiciones laborales de los controladores. Por una parte, se fijaba una jornada equivalente a la que realmente hac¨ªan si se inclu¨ªan las horas extras, con lo que estas dejaban de ser pagadas al triple. Por otra, se suprim¨ªa la capacidad pr¨¢ctica de organizar su trabajo aut¨®nomamente. A la vez, se abri¨® la posibilidad legal de contratar el servicio con empresas privadas.

La respuesta fue una sucesi¨®n de huelgas encubiertas disfrazadas de bajas laborales, seguida por la votaci¨®n en asamblea de una huelga formal en agosto. Pero una novedad fue la difusi¨®n desde enero pasado de los datos sobre sueldos y condiciones laborales privilegiadas de los controladores, lo que puso a la opini¨®n p¨²blica del lado de Fomento e hizo que el aviso de huelga fuera acogido con gran irritaci¨®n. Ese respaldo ha sido seguramente decisivo para que AENA y el Ministerio resistieran las presiones, incluyendo el ultim¨¢tum de 48 horas para que les recibiera el ministro si quer¨ªa evitar la huelga.

El pulso se ha zanjado con la retirada definitiva de la huelga y un acuerdo que mantiene lo esencial de la oferta existente en materia salarial, aunque se flexibiliza la jornada laboral. Y se abre una negociaci¨®n sin chantajes para renovar el convenio antes de fin de a?o. Un desenlace que no es el mejor de los posibles para las partes, pero s¨ª el menos malo de los probables.