?frica canta 50 a?os de libertad
Staff Benda Bilili o Konono n? 1 toman el relevo musical de cl¨¢sicos como Manu Dibango y Youssou N'Dour - 17 pa¨ªses del continente celebran medio siglo de independencia
?frica empieza ahora a vislumbrarse tal como es: rica y diversa. Sus m¨²sicas contribuyen a cambiar la visi¨®n deformada que se tiene en Europa. Viejas grabaciones de Les Bantous de la Capitale, Orchestre Baobab, Bembeya Jazz National o ?toile de Dakar -primer grupo de Youssou N'Dour- son desempolvadas, y se editan numerosos recopilatorios, mientras nuevos discos de Les Amazones de Guin¨¦e, Mulatu Astatk¨¦, Tumi and The Volume o Sierra Leone's Refugge All Stars llegan a las tiendas y est¨¢n disponibles en Internet.
"?frica tiene muchas im¨¢genes. No todas son hermosas, no todas son positivas; pero no todas son horrorosas, desesperanzadoras, negativas", dijo la escritora sudafricana Nadine Gordimer. El profesor senegal¨¦s Ibrahima Thioub explicaba en Le Monde: "El problema son esas ¨¦lites que han militarizado las sociedades a partir de la trata atl¨¢ntica de esclavos en connivencia con compa?¨ªas europeas, para insuflar esta cultura predadora que entrega las materias primas y no desarrolla la producci¨®n". Igual que hace 50 a?os, cuando la mayor parte del continente era colonia de pa¨ªses europeos.
Nadine Gordimer: "?frica tiene muchas im¨¢genes, no todas desesperanzadoras"
Hoy es visible v¨ªa 'hip-hop' y 'reggae', la ida y vuelta con Am¨¦rica
1960. A?o de independencias: enero, Camer¨²n; abril, Togo y Senegal; junio, Madagascar y Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (ex Congo belga); julio, Somalia; agosto, Benin, N¨ªger, Costa de Marfil, Rep¨²blica Centroafricana, Rep¨²blica Popular de Congo (ex Congo franc¨¦s), Chad y Gab¨®n; agosto, Burkina Faso; septiembre, Mal¨ª; octubre, Nigeria, y noviembre, Mauritania. Diecisiete pa¨ªses africanos nac¨ªan como Estados soberanos. Hace medio siglo.
Escribi¨® el poeta, y primer presidente de Senegal, L¨¦opold Sedar Senghor, que en ?frica no hay fronteras; ni siquiera entre la vida y la muerte. Pero las potencias coloniales redibujaron sus lindes. Lo hicieron sobre los mapas de exploradores como Henry Morton Stanley, el periodista al que The New York Herald envi¨® en busca del doctor Livingstone. A golpe de comp¨¢s y cartab¨®n se trocearon culturas ancestrales o reforzaron estereotipos ¨¦tnicos. Sin importar las consecuencias.
A¨²n perduran los efectos perversos de aquellas decisiones. ?lodie Maillot, representante de la Poly-Rythmo de Cotonou, orquesta surgida en los primeros a?os de independencia de Benin, refleja en su blog las dificultades en las comunicaciones. Dec¨ªa el escritor Paul Theroux, en un art¨ªculo en EL PA?S: "Produce tristeza pensar que a muchos africanos les resulta m¨¢s f¨¢cil viajar a Nueva York o Londres que al interior de su propio pa¨ªs".
El periodista Xavier Rekalde cont¨® que "?frica es un enigma cultural e hist¨®rico para el ciudadano medio occidental". En 1949, un estudiante camerun¨¦s llamado Manu Dibango -todav¨ªa no se le hab¨ªa ocurrido componer su universal Soul makossa- llegaba a Francia con tres kilos de caf¨¦, un bien escaso en Europa con el que pagar el primer plazo de su estancia: Dibango era el primer hombre de raza negra que ve¨ªan en el pueblecito de Saint-Calais. La mayor¨ªa de los europeos ignoraba las atrocidades cometidas por Leopoldo II, rey de los belgas, que se hizo due?o de los inmensos recursos de un gigantesco territorio que jam¨¢s pis¨®, pero que gobern¨® como si fuera su cortijo. Precisamente de los altavoces que usaban los belgas en su colonia se han servido los congole?os de Konono n? 1 para crear por medio de sus likemb¨¦s -pianos de pulgar- electrificados una m¨²sica sugerentemente distorsionada, que les ha llevado a tocar con Bj?rk y Herbie Hancock, y a ser portada del n¨²mero de abril de la revista The Wire. Sus discos los graba el mismo sello belga que ha publicado el primero de Staff Benda Bilili, un grupo de m¨²sicos de la calle, v¨ªctimas de la polio, que sobreviven en ese infierno que es la ciudad de Kinshasa. En el ¨²ltimo Festival de Cannes se proyect¨® un documental sobre ellos. Por la noche, elegantemente vestidos, ofrecieron un concierto, y Stanley Greene escribi¨® en Le Monde: "Yo, que estoy tan acostumbrado a fotografiar africanos en las guerras y los ba?os de sangre, he podido por una vez tomar una imagen positiva, de aut¨¦nticos supervivientes. Ya pueden ir en silla de ruedas, que forman parte de las personas m¨¢s grandes y rectas que me haya encontrado. Comparten una historia colectiva: la sed de hacer m¨²sica".
Los primeros a?os de independencia, acompa?ados de un estallido musical sin precedentes, se vivieron con esperanza y euforia. En Guinea, Keita Fodeba recibi¨® el encargo del presidente Sekou Tour¨¦ de fundar la Orquesta Nacional. Entre las ra¨ªces y la apertura al rock, el jazz o los ritmos cubanos, surgieron el afrobeat, el highlife, el mbalax, el makossa, el soukous... La aparici¨®n del vinilo en los cincuenta y el desarrollo de la radio permitieron la circulaci¨®n de la m¨²sica y alimentaron el panafricanismo. Desde Radio Brazzaville iba a propagarse por toda ?frica la rumba congole?a. Sus ondas transmit¨ªan las canciones de Franco Luambo, Tabu Ley Rochereau o el Gran Kalle. En Kinshasa, al otro lado del r¨ªo que Conrad describi¨® en El coraz¨®n de las tinieblas, tambi¨¦n mandaba la rumba (y el dictador Mobutu). Y en Bamako, Abidjan o Banjul, coincidiendo con el ¨¦xodo masivo del campo a la ciudad, los m¨²sicos despertaban pasiones en dancings y night-clubs. Franco Luambo espet¨® a dos periodistas estadounidenses: "Nosotros lo sabemos todo sobre Otis Redding, Aretha Franklin o James Brown. Pero ustedes, ?qu¨¦ conocen de nuestra m¨²sica?".
En Dakar, reci¨¦n cumplidos los 50, vive Youssou N'Dour, un ejemplo que anima a quedarse en Senegal a unos j¨®venes que solo sue?an con irse. Su ¨¦xito internacional, junto al de malienses como Ali Farka Tour¨¦, Toumani Diabat¨¦ o Salif Keita, congole?os como Ray Lema y Papa Wemba, o la beninesa Ang¨¦lique Kidjo, ha despertado el inter¨¦s por artistas como Cheikh L? (Senegal), Amadou y Mariam, Oumou Sangar¨¦, Rokia Traor¨¦ (Mali), Femi Kuti (Nigeria), Lokua Kanza (Congo), K'naan (Somalia)... Con el aval de Damon Albarn, Manu Chao o Franz Ferdinand. Ya sucedi¨® antes: Ginger Baker present¨® a Fela Kuti al p¨²blico occidental. Y, en los ochenta, cuando Paul Simon, Peter Gabriel, Brian Eno o David Byrne cayeron bajo el embrujo musical de ?frica, se empez¨® a hablar de King Sunny Ad¨¦, Mory Kant¨¦, Ladysmith Black Mambazo, Alpha Blondy... En estos lustros, se ha hecho de nuevo visible, v¨ªa hip-hop y reggae, la ida y vuelta entre ?frica y Am¨¦rica.
Para diciembre de 2011 est¨¢ previsto en Dakar, que en 1966 acogi¨® la primera edici¨®n -la segunda se celebr¨® en 1977 en Lagos-, el tercer Festival Mundial de las Artes Negras. La intenci¨®n del entonces presidente Senghor: contribuir a elaborar un nuevo humanismo que incluyera esta vez a todos los hombres. Hay cosas que no han cambiado.
Una peque?a selecci¨®n musical
Consulta en Spotify una lista de reproducci¨®n con los siguientes artistas:
Konono N¡ã1 - Paradiso
Staff Benda Bilili - Je t'aime
Salif Keita - Africa
Femi Kuti - Truth Don Die
Angelique Kidjo - Move On Up (feat. Bono & John Legend)
Sierra Leone Refugee All Stars - Living like A Refugee
Amadou & Mariam - La R¨¦alit¨¦
Toumani Diabat¨¦ - Toumani
Alpha Blondy - Sankara
Youssou N'Dour - Pullo ?rdo
Cheikh Lo - Senegal - Bresil
Les Bantous De La Capitale - Congo Na Biso
Orchestra Baobab - Utrus Horas
Ali Farka Tour¨¦ - Ruby
Mulatu Astatke - Green Africa
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