Vallecas ser¨¢ pop
Con sus bulevares sobredimensionados que se extienden hacia el horizonte, carentes de tr¨¢fico o paseantes, y sus aisladas agrupaciones de edificios, recogidas entre solares vac¨ªos, parques semiabandonados, reservas de suelo, viejas v¨ªas pecuarias y espacios "verdes" sin definir, el ensanche de Vallecas en el sureste de Madrid revela la desmesura del boom inmobiliario de la ¨²ltima d¨¦cada y la desolaci¨®n de la crisis actual. Fue promocionado en su d¨ªa como una nueva ciudad de 100.000 habitantes. Hoy los campos y cielos de la meseta todav¨ªa dominan sus calles. Aqu¨ª el Ayuntamiento de Madrid est¨¢ construyendo los ¨²ltimos proyectos de vivienda p¨²blica puestos en marcha antes de la crisis, siguiendo sus programas en los ensanches de Sanchinarro y Carabanchel y en otras partes de la ciudad. Mientras en sus actuaciones anteriores la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) hab¨ªa dado el protagonismo a proyectos firmados por arquitectos internacionales como David Chipperfield, Thom Mayne, los holandeses MVRDV o Alejandro Zaera, en Vallecas los trabajos de estudios locales, y de arquitectos j¨®venes en particular, han tomado el relevo, convirtiendo el barrio en un escaparate de obras de la ¨²ltima generaci¨®n de arquitectos madrile?os. La EMVS ha entregado un total de 31 proyectos y 3.000 viviendas en el barrio, en reg¨ªmenes de venta y de alquiler, y tiene 29 proyectos y casi 2.000 pisos en marcha.
Los proyectos mantienen vivo el viejo impulso de la arquitectura racionalista de crear los prototipos de una futura utop¨ªa social
Son proyectos ganados en concursos abiertos por sus autores, que proponen investigar nuevas maneras de ocupar el terreno, nuevas t¨¦cnicas constructivas, nuevos materiales y nuevas configuraciones tipol¨®gicas. Est¨¢n condicionados por los ajustados presupuestos y la exhaustiva normativa de la vivienda p¨²blica, aunque la EMVS ha actuado en muchos casos para hacer los cambios puntuales en el plan urbano necesarios para su realizaci¨®n.
En su esp¨ªritu inventivo, los proyectos mantienen vivo el viejo impulso de la arquitectura racionalista de crear los prototipos de una futura utop¨ªa social. Las reivindicaciones de los maestros del movimiento moderno del siglo pasado por una vivienda social sana, digna y funcional, bien iluminada y ventilada, y ubicada en un barrio dotado con servicios b¨¢sicos, est¨¢n ya m¨¢s que satisfechas en una operaci¨®n de la envergadura de Vallecas. Lo que queda por hacer para la arquitectura son las tareas de afrontar las deficiencias de los planes urbanos, por lo menos en la peque?a escala de la manzana, de avanzar en campos t¨¦cnicos donde los promotores privados todav¨ªa se resisten a entrar -los acabados de ladrillo han desaparecido por completo en la vivienda p¨²blica, por ejemplo- y de crear hitos, irrupciones de color e individualidad en un paisaje que carece de hitos, donde todas las manzanas suelen repetir los mismos vol¨²menes y las mismas alturas.
La colecci¨®n m¨¢s densa de proyectos p¨²blicos se encuentra en el bulevar de la Naturaleza, alrededor de sus famosos "¨¢rboles de aire" del estudio Ecosistema Urbano, ahora reproducidos para el pabell¨®n de Madrid en la Expo de Shanghai. Es la primera zona terminada del ensanche, aunque aqu¨ª tambi¨¦n hay solares sin edificar. Ubicada en un rinc¨®n del plan urbano, lejos de las manzanas de promoci¨®n libre, conforma un peque?o n¨²cleo de vivienda social, pero por su propia concentraci¨®n alcanza una densidad urbana que todav¨ªa falta en el resto del barrio.
Los "¨¢rboles de aire", plazas de sombra envueltas en mallas verdes de vegetaci¨®n, ocupan los cruces del bulevar, cerrando vistas que en el resto del ensanche son demasiado abiertas. Son los ¨²nicos lugares en la zona donde se oye el canto de los p¨¢jaros. Alrededor se sit¨²an algunos de los proyectos m¨¢s atrevidos de la EMVS, con acabados de planchas met¨¢licas galvanizadas, texturas corrugadas y colores de una intensidad pop. Es una aut¨¦ntica utop¨ªa de la joven arquitectura madrile?a, apenas un cruce de calles, como las utop¨ªas suelen ser.
En una de las manzanas se encuentra la propuesta de Enrique Barrera y C¨¦sar de la Cueva, del estudio Haiku Arquitectura, que rompen con la t¨ªpica manzana cerrada del barrio. En su lugar, hacen flotar sobre el solar varias barras extendidas de viviendas, apiladas unas sobre otras, y desliz¨¢ndose sutilmente en sus orientaciones. Est¨¢n sujetas exclusivamente por las columnas de las escaleras y ascensores, mientras cerchas de dos plantas de altura en cada barra permiten luces de hasta 18 metros. La orientaci¨®n norte-sur es id¨®nea para la iluminaci¨®n natural y el ahorro energ¨¦tico, el suelo se convierte en un jard¨ªn, y los huecos entre las barras se prestan para terrazas comunes y viviendas de tipolog¨ªa especial.
En una manzana pr¨®xima, Javier Camacho y Mar¨ªa Eugenia Mac¨ªas han proyectado un bloque de viviendas como si fuera un gran armario de madera lacada, donde las ventanas se ocultan del sol detr¨¢s de puertas plegables. Para las fachadas han empleado un nuevo sistema ligero de tableros baquelizados de alta densidad, de color mostaza, y facetada para reflejar la luz de la tarde. El juego de colores y texturas contin¨²a en el otro lado del bulevar, donde Hugo Araujo y Mari¨¦n Brieva han creado una manzana-fortaleza rematada por torres recubiertas de planchas met¨¢licas de un color verde ¨¢cido, en donde cada planta es un piso individual.
La zona tambi¨¦n recoge obras de arquitectos m¨¢s experimentados. En los bloques proyectados por Mariano Bay¨®n se destacan las luminosas fachadas de vidrio. Eugenio Aguinaga ha salpicado las fachadas de otra manzana con rojos, naranjas y amarillos, una variaci¨®n sobre el colorido proyecto en la zona de Campamento que realiz¨® con el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta. Y Salvador P¨¦rez Arroyo, junto con Eva Hurtado, han proyectado una obra contundente y rigurosa, con bloques de hormig¨®n blanco que parecen flotar sobre el suelo, animados con elementos de color y huecos a gran escala.
Dejando el bulevar de la Naturaleza por los terrenos menos poblados alrededor de la avenida de Gavia o al otro lado de la M-45, se encuentran muchos proyectos que se quedaron parados por la bancarrota de sus constructores, aunque ahora los trabajos han comenzado de nuevo despu¨¦s de su readjudicaci¨®n, seg¨²n fuentes de la EMVS. Entre ellos se destacan bloques de pisos de Guillermo V¨¢zquez Consuegra y el ingl¨¦s Peter Cook, antiguo miembro de Archigram (en colaboraci¨®n con Salvador P¨¦rez Arroyo), dos promociones de casas adosadas de los estudios Selgascano y Dosmasuno, y la ¨²ltima obra de Miguel Fisac, proyectada antes de su muerte en 2006 con 92 a?os, donde sigui¨® experimentando con sus curiosos encofrados blandos para el hormig¨®n y otras t¨¦cnicas patentadas de su propia invenci¨®n.
Entre los pocos proyectos de la EMVS terminados en estas zonas, Fernando Pino y Manuel G. de Paredes han empleado acabados met¨¢licos -en este caso, de chapa de aluminio- y un abanico de colores llamativos para la fachada exterior de un bloque de pisos en alquiler. El per¨ªmetro dentellado otorga privacidad a los salones y dormitorios. Anchas galer¨ªas de acceso trepan por su cara interior, y la cubierta alberga un sol¨¢rium com¨²n. En una zona m¨¢s aislada del ensanche, Javier Parro ha terminado una manzana de 23 casas de dos alturas, colocadas en filas sobre el solar como contenedores de mercanc¨ªas. Y en un bloque de pisos situado en la calle de Antonio Gades, Luc¨ªa Esteban y Francisco Ortiz han proyectado una fachada de balcones continuos y ondulados, como olas, una propuesta a la vez original y con referencias ex¨®ticas al pasado, desde Gaud¨ª hasta los edificios Watergate en Washington, proyectados por Luigi Moretti en los a?os sesenta.
Desde la calle de Antonio Gades se puede ver la torre de 23 plantas del Estudio Entresitio (C¨¦sar Jim¨¦nez de Tejada y los hermanos Mar¨ªa y Jos¨¦ Mar¨ªa Hurtado de Mendoza). Los arquitectos han renunciado a ocupar el 30% del solar para no tener que seguir la volumetr¨ªa del plan urbano y sus esquinas recortadas en chafl¨¢n, que consideran poco pr¨¢cticas o elegantes. Con la altura de la torre recuperan los metros cuadrados perdidos por este sacrificio de terreno. Y cambian los juegos de colores en los acabados de sus compa?eros por la sobriedad del zinc negro, creando as¨ª un objeto extra?o y refinado, un punto de ruptura en la textura urbana que funciona tambi¨¦n como punto de orientaci¨®n. Es quiz¨¢ el mejor ejemplo del intento de todos los proyectos en Vallecas de ofrecer calidad y variedad dentro de los l¨ªmites estrictos de la vivienda p¨²blica. Y despu¨¦s de a?os dedicados a una invenci¨®n formal m¨¢s libre, representa una nueva tendencia hacia la sobriedad y la contundencia formal que est¨¢ surgiendo dentro de la ¨²ltima generaci¨®n de arquitectos madrile?os.
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