Viviendo entre toros
La 'Casa dels braus', en la Gran Via, reforma su fachada sin restaurar las fotos sobre la lidia de Catal¨¤-Roca
?Cu¨¢l es el colmo de una ciudad antitaurina? Que uno de sus edificios sea, tal vez, el m¨¢s taurino del mundo. Es lo que ocurre en Barcelona con la Casa dels braus (Gran Via de les Corts Catalanes, 798-814), un edificio de viviendas levantado en 1959 cerca de La Monumental en el que est¨¢n representadas todas las fases de una corrida. Desde el pase¨ªllo hasta el toro muerto arrastrado por las mulas. Esto mismo, que a partir de 2012 no podr¨¢ verse ya en Catalu?a, aparece reproducido en enormes fotograf¨ªas en blanco y negro realizadas por Francesc Catal¨¤-Roca. Su amigo, el arquitecto Antoni de Moragas, gran aficionado a los toros, las coloc¨®, plastificadas, en los techos de los balcones de la Gran Via para "individualizar cada vivienda".
"Sustituir las im¨¢genes es caro, unos 600 euros cada una", dice un vecino
El debate vivido recientemente sobre la prohibici¨®n de los toros parece no haber afectado a los habitantes de estas 178 viviendas taurinas, inmersos en plena rehabilitaci¨®n de su edificio. "No soy taurino y por eso firm¨¦ contra las corridas, pero no se me ocurrir¨ªa, salvando las distancias, romper un cuadro de Goya porque represente temas de toros", asegura Pere Torres, uno de los vecinos que durante a?os ha sido presidente de una de las tres escaleras del bloque, la central, a la que se traslad¨® a vivir en 1964.
"Con las fotograf¨ªas ocurre lo mismo, son parte de nuestra historia, aunque no me gusten nada las corridas", prosigue. "El tema nunca se ha tratado en las asambleas de vecinos, al menos que yo sepa, a no ser para comentar la restauraci¨®n de algunas de las fotograf¨ªas de los balcones". Parad¨®jicamente, en este inmueble residen dos activistas que se han destacado en la defensa de los animales. Seg¨²n otro de los vecinos, que prefiere no identificarse, "son vecinos de toda la vida y nunca se han manifestado en contra de las fotograf¨ªas pese a que la organizaci¨®n a la que pertenecen, e incluso uno de ellos preside, lideraron en 2004 la declaraci¨®n de Barcelona como ciudad antitaurina".
La rehabilitaci¨®n de la fachada, seg¨²n Torres, consiste en la limpieza de los ladrillos de obra vista, la sustituci¨®n de los paramentos recubiertos de gresite -"muchos se hab¨ªan desprendido"- y en la eliminaci¨®n de las jardineras de hormig¨®n situadas bajo los ventanales de los comedores y que caracterizan muchos de los edificios construidos por Moragas. Pero no se est¨¢ interviniendo en las fotograf¨ªas de Catal¨¤- Roca que, junto a la volumetr¨ªa y carpinter¨ªa de la fachada, tienen una protecci¨®n media en el Cat¨¢logo del Ayuntamiento de Barcelona por "su alto valor patrimonial". Pese a ello, muchas presentan un muy mal estado de conservaci¨®n. "Sustituirlas es caro, unos 600 euros aproximadamente cada una", asegura Torres, por lo que se ha aplazado su restauraci¨®n.
De hecho, hace diez a?os los vecinos de la escalera cambiaron por unas nuevas las fotograf¨ªas de la porter¨ªa que se hab¨ªan deteriorado y que reproducen, al detalle, el bordado de la chaquetilla de un picador. "Nos pusimos en contacto con los herederos de Catal¨¤-Roca para localizar los negativos y los reprodujimos", asegura Torres. Lo corrobora Andreu Catal¨¤, hijo del fot¨®grafo: "A mi padre le gustaban mucho estas im¨¢genes porque era aficionado a los toros y adem¨¢s le gustaban las fotograf¨ªas grandes". Seg¨²n explica, su padre conserv¨® los negativos pensando que, con el tiempo, pod¨ªan ser necesarios. As¨ª ha sido.
El cuidado por conservar las fotograf¨ªas no ha corrido la misma suerte en las otras dos porter¨ªas. Hace a?os las fotograf¨ªas de Catal¨¤-Roca fueron sustituidas por baldosas cer¨¢micas decoradas con elementos geom¨¦tricos.
El arquitecto del Hotel Park
La obra m¨¢s celebrada de Antoni Moragas i Gallis¨¤ (Barcelona, 1913-1985) es, seguramente, el Hotel Park, este peque?o y a¨²n moderno establecimiento de la calle Marqu¨¨s de l'Argentera, frente a la estaci¨®n de Francia, que construy¨® entre 1950 y 1953. Es uno de los seis edificios catalogados que tiene este arquitecto posracionalista, que apost¨® fuerte por incorporar los avances de la industria a la arquitectura. En sus diferentes etapas supo fusionar las nuevas corrientes racionalistas, desde la modernidad n¨®rdica en sus inicios al brutalismo brit¨¢nico de sus ¨²ltimos edificios de viviendas, como en la Casa dels braus, pasando por el organicismo que aplic¨® a los muchos cines que dise?¨®: F¨¦mina, Liceo, Arenas o Dante.
En el cat¨¢logo de la exposici¨®n que en 1997 le dedic¨® el Colegio de Arquitectos de Catalu?a (COAC) hay una fotograf¨ªa significativa. Es de 1951 y en ella aparece Moragas junto a Alvar Aalto en la plaza de toros de la ciudad. Da cuenta de su inter¨¦s por las corridas y, tambi¨¦n, de su intensa labor como promotor cultural. Desde el COAC trajo por primera vez a Espa?a a figuras como el propio Aalto o Bruno Zevi y fue uno de los fundadores del Grupo R -que revolucion¨® la arquitectura en los a?os cincuenta-, presidente del FAD y consejero de Edicions 62.
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