No solo contra Obama
Un juez federal devuelve a tiempos de Bush la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre embrionarias
La iniciativa de pol¨ªtica cient¨ªfica m¨¢s importante del presidente Obama, el decreto que dio luz verde a la investigaci¨®n p¨²blica con c¨¦lulas madre, ha quedado sin efecto por decisi¨®n de un juez federal del distrito de Columbia. Al declarar "ilegal" el decreto presidencial, la decisi¨®n judicial paraliza de hecho las investigaciones en curso de decenas de laboratorios, y devuelve a la mayor maquinaria de investigaci¨®n biom¨¦dica del planeta al estancamiento que ya sufrieron durante los ocho a?os de Bush. Es una decisi¨®n contra Obama, pero tambi¨¦n contra el progreso cient¨ªfico.
Desde sus inicios a finales de los a?os ochenta, la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre embrionarias ha estado muy determinada por la pol¨ªtica. En atenci¨®n a su granero de votantes evang¨¦licos, Bush se aline¨® con la derecha cristiana hasta el final de su segundo mandato. La demanda actual tambi¨¦n tiene su origen en grupos religiosos que consideran seres humanos a los embriones de una semana, sobrantes de tratamientos de fecundaci¨®n in vitro y congelados en las cl¨ªnicas. En lugar de "matarlos" para obtener c¨¦lulas madre, los demandantes promueven su "adopci¨®n" por parejas est¨¦riles. El conservadurismo religioso sostiene en Espa?a estas mismas ideas, que tambi¨¦n subyacen a su rechazo al aborto.
La admisi¨®n a tr¨¢mite de la demanda por el juez federal Royce Lambert, sin embargo, no se apoya en premisas religiosas, sino en un argumento netamente jur¨ªdico. En Estados Unidos, una ley proh¨ªbe destruir embriones para obtener l¨ªneas de c¨¦lulas madre. Para esquivar ese escollo, el decreto de Obama solo permiti¨® la investigaci¨®n p¨²blica con las l¨ªneas de c¨¦lulas ya establecidas, cuando ya no se destruyen embriones. Pero el juez Lambert interpreta que, si el primer paso de una investigaci¨®n implica la destrucci¨®n de un embri¨®n, la investigaci¨®n entera lo implica tambi¨¦n.
Durante 10 a?os, los cient¨ªficos norteamericanos se quedaron descolgados de una de las grandes l¨ªneas de investigaci¨®n biom¨¦dica, que promete a medio plazo hallar tratamientos para enfermedades hoy incurables. Parec¨ªa que esos tiempos adversos se hab¨ªan acabado con Obama. Ahora es obvio que no es as¨ª, y que el asunto puede requerir una reforma legal m¨¢s ambiciosa que un decreto ley. Si quiere hacerla, a Obama no le faltar¨¢n apoyos, incluso de parte de sus adversarios pol¨ªticos.
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