RICOS
No hay casa bien que se precie que renuncie a poner un pol¨ªtico en la mesa. Todo rico tiene en su minicorte algunos elementos b¨¢sicos: un noble venido a menos, un artista, un cantante, un deportista... y un pol¨ªtico. O varios. Les encantan. Son divertidos, conocen a todo el mundo, cuentan an¨¦cdotas sin parar, tiene m¨¢s mala leche que nadie y adem¨¢s, pueden ser muy ¨²tiles. Basta ver a la due?a de L'Oreal.
Por eso les apasiona invitarlos a sus yates en vacaciones. Rajoy disfrut¨® con Jaume Matas del que tiene el due?o de Sol Meli¨¢, Gabriel Escarrer. En la izquierda, tambi¨¦n se dejan querer, como Anxo Quintana, del BNG. A ¨¦l le sali¨® caro: perdi¨® las elecciones entre otras cosas por la foto en el yate del constructor Jacinto Rey. Tambi¨¦n les gusta mucho prestarles sus casas, como hac¨ªa el due?o de Porcelanosa con Aznar, o llevarles en sus aviones privados. Es un amigo, suelen defenderse los pol¨ªticos que aceptan esos convites, que son minor¨ªa, pero son unos cuantos. Oiga, pero ?no es mucha casualidad que usted tenga tantos amigos millonarios?
Hubo un tiempo en que estos mecenas ten¨ªan incluso esca?o. Era el premio a su generosidad. ?Y c¨®mo lo luc¨ªan! Ahora suelen ver los toros desde la barrera, que la pol¨ªtica ha perdido prestancia, y los de Izquierda Unida incluso pretenden que las declaraciones de bienes de los diputados sean p¨²blicas. ?Qu¨¦ locura!
En las cenas de los ¨²ltimos meses, seg¨²n dicen algunos de los que acuden, solo hay un tema de conversaci¨®n entre ricos de los de verdad: ?qui¨¦n es m¨¢s manejable, Zapatero o Rajoy? Lo que s¨ª tienen claro es el mensaje: "Vosotros ver¨¦is si prefer¨ªs la huelga de los sindicatos o de los mercados", solt¨® uno hace poco a un diputado.
Algunos tienen su rico personal: Aznar, Rupert Murdoch, Felipe Gonz¨¢lez, Carlos Slim, y de ah¨ª va bajando el nivel. Muchos pol¨ªticos acaban trabajando para ellos cuando lo dejan. Los casos de Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra o Julio Anguita, que volvieron a sus empleos de antes, como profesores, son rar¨ªsimos.
Tan acostumbrados est¨¢n nuestros ricos a agasajar a los pol¨ªticos que algunos de ellos se acaban de llevar un buen chasco. Como es costumbre con alcaldes, presidentes auton¨®micos y miembros de la Familia Real, los empresarios de la Costa del Sol llenaron de regalos el hotel donde estaba alojada Michelle Obama. Los devolvi¨® todos, normas de la Casa Blanca. ?Qu¨¦ poca clase!
Se est¨¢ poniendo muy complicado lo de los regalos, con lo bonito que era. Cuentan algunos que, por culpa de G¨¹rtel, las Navidades ya no son ni la sombra de lo que fueron. Habr¨¢ que inventar otra cosa.
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