La mala gesti¨®n en las inundaciones hunde a la clase pol¨ªtica paquistan¨ª
Un miembro de la coalici¨®n de gobierno pide al Ej¨¦rcito que tome el control
Por si no fuera suficiente con las inundaciones, los paquistan¨ªes tienen que hacer frente adem¨¢s a su clase pol¨ªtica. En el pen¨²ltimo episodio del drama nacional, el l¨ªder del Movimiento Nacional de Unidad (MQM, por sus siglas en urdu), Altaf Hussain, ha pedido que "alg¨²n general patriota" act¨²e contra pol¨ªticos corruptos y se?ores feudales. Aunque la reacci¨®n mayoritaria ha sido de apoyo a la democracia, algunos parlamentarios y medios de comunicaci¨®n han convertido el asunto en el eje de sus preocupaciones como si no hubiera 20 millones de ciudadanos necesitados de atenci¨®n.
Las cr¨ªticas de Hussain contra "la mafia que gobierna el pa¨ªs" son sin duda compartidas por muchos ciudadanos. Prueba de ello es que la mayor¨ªa desconf¨ªa de los fondos oficiales abiertos para la ayuda a las v¨ªctimas de las inundaciones y prefiere canalizar sus donativos a trav¨¦s de ONG o instituciones privadas que les ofrecen mayores garant¨ªas de transparencia. Sin embargo, el llamamiento al Ej¨¦rcito como salvapatrias resulta un tema delicado en un pa¨ªs que ha pasado la mitad de sus 63 a?os de independencia bajo el gobierno de los militares y cuya democracia es cuando menos fr¨¢gil.
La eficaz respuesta de los militares sobre el terreno ha elevado su perfil
"Es una verg¨¹enza porque el MQM est¨¢ en la coalici¨®n de gobierno y no ha anunciado su intenci¨®n de abandonarla", comenta a EL PA?S el periodista Mohammed Tahir Khan. La misma acusaci¨®n le han lanzado sus rivales pol¨ªticos, pero ni Hussain ni su partido se han dado por aludidos. "No es una cuesti¨®n de estar o no en el Gobierno. De hecho, hemos diagnosticado la enfermedad y solo queremos una cura. No importa c¨®mo se logre", ha desarrollado uno de los miembros de la ejecutiva del MQM, Mustafa Azizabadi, citado por el diario The News.
El "no importa c¨®mo" resulta extremadamente peligroso en un momento en que el pa¨ªs atraviesa una completa p¨¦rdida de fe en el Gobierno y los medios de comunicaci¨®n locales bombardean con im¨¢genes de las v¨ªctimas de las riadas quej¨¢ndose de falta de asistencia. Mientras las autoridades civiles se muestran obsesionadas con el coste de la reconstrucci¨®n, sobre el terreno, el Ej¨¦rcito, con sus 550.000 hombres, es la ¨²nica instituci¨®n con capacidad de facilitar ayuda a gran escala, lo que convierte su labor en especialmente visible. A ning¨²n paquistan¨ª le ha pasado inadvertida la r¨¢pida y organizada respuesta de los uniformados.
"Es su trabajo. Ellos tambi¨¦n forman parte del Estado y les pagamos con nuestros impuestos", asegura Farzana Bari. Esta activista social recuerda que en Pakist¨¢n la politizaci¨®n del Ej¨¦rcito viene de atr¨¢s y es fruto de que "las ¨¦lites gobernantes no tienen inter¨¦s por el pa¨ªs". Por eso, se?ala, "no permiten que el proceso democr¨¢tico arraigue".
Prueba de ello es el absurdo debate en el que se ha enzarzado el Parlamento. El principal partido de la oposici¨®n, la Liga Musulmana (PML) de Nawaf Sharif, present¨® una moci¨®n contra el llamamiento del l¨ªder del MQM a la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito, y el MQM ha respondido presentando tres contra el PML sobre el perd¨®n y vuelta del exilio de Sharif y su hermano, las relaciones de los l¨ªderes del PML con el jefe del Ej¨¦rcito y el reciente linchamiento de dos j¨®venes en una ciudad del Punjab, provincia en la que gobierna ese partido.
"Nuestros parlamentarios no parecen estar en sinton¨ªa con los sentimientos del pa¨ªs", editorializaba ayer Dawn, el diario m¨¢s prestigioso de Pakist¨¢n. La percepci¨®n p¨²blica es que los diputados (unos acusados de haber obtenido t¨ªtulos falsos y otros de v¨ªnculos mafiosos) pasan de los afectados. Salvo honrosas excepciones, apenas han aparecido por las zonas inundadas.
Esa desconexi¨®n, como el debate sobre la necesidad de que el Ej¨¦rcito tome las riendas, son fruto de la ausencia de una "narrativa nacional", tal como se?alaba ayer en un art¨ªculo Mohsin Hamid. Definido sucesivamente como baluarte del islam a su creaci¨®n, campo de batalla entre las superpotencias durante la guerra fr¨ªa o v¨ªctima de la vecina India a cada rato, Pakist¨¢n no ha sabido crear en seis d¨¦cadas una cohesi¨®n interna que sustente su democracia y su peso exterior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.