Llorente es demasiado para el H¨¦rcules

Un partido a las seis de la tarde en plena ola de calor de agosto, al que se a?adi¨® un molesto viento de Levante, iba a depender de las jugadas a bal¨®n parado: decidi¨® el gol de Llorente a centro de falta de Gabilondo.

No quiso arriesgar Esteban y los locales s¨®lo presentaron la del veterano Cort¨¦s en el lateral y del argentino Fritzler en el eje del centro del campo, aun cuando ha fichado a nueve jugadores y espera la llegada del punta Trezeguet. Y, claro, en el arranque se pareci¨® m¨¢s al equipo de Segunda que al que pretende ser de Primera. Los herculanos todav¨ªa muestran m¨¢s dudas que certezas, sobre todo en defensa y, en el centro del campo, el lesionado Farin¨®s es m¨¢s necesario de lo que pod¨ªa pensarse con tanto refuerzo.

El Athletic se estren¨® sin otra novedad que la presencia de Aurtenetxe en el lateral izquierdo, un coladero al principio para dos veteranos como Cort¨¦s y Tote. Con un pase del madrile?o lleg¨® el primer peligro de los herculanos, aunque Portillo se encontr¨® siempre con un excelente Iraizoz, en la l¨ªnea de la temporada anterior.

En el Athletic, repiten jugadores y entrenador, as¨ª que fuera de casa se espera que haga lo que hizo: enviar balones en largo para prever una buena segunda jugada, confiar arriba en la capacidad de Toquero en la presi¨®n, en la habilidad de Llorente y en los lanzamientos de falta de Susaeta.

Pero los de Caparr¨®s tienen una mina en las jugadas de estrategia. El recurso m¨¢s f¨¢cil es colgar un bal¨®n y que un cabeceador lo meta dentro. Si quien centra es la pierna izquierda de Gabilondo y consigue rematar Llorente, el ¨¦xito es casi seguro. 40 segundos tras la reanudaci¨®n tard¨® el Athletic en marcar. Gabilondo ya hab¨ªa cumplido y se march¨® al banquillo ocho minutos despu¨¦s.

Esteban Vigo tiene por delante una labor ardua. Sus centrales son remisos a sacar el bal¨®n bien jugado y el centro del campo necesita a alguien que pueda hilar las costuras cuando, por ejemplo, reforz¨® las bandas con la entrada de Kiko Femen¨ªa y Thomert. Porque esos cambios acabaron de descomponer a los locales, impotentes ante el nivel defensivo de un Athletic, que pudo haber ampliado el marcador si no fuera porque Calatayud mostr¨® sus galones.

Un par de arreones por las bandas del H¨¦rcules en la recta final, con el Athletic ya replegado, fueron resueltos por la defensa vasca con soltura. Su excelente nivel f¨ªsico le situ¨® un pelda?o por encima.