Lecuona
Me meto en un bar de la Parte Vieja a comer un pintxo de chatka de los de toda la vida, porque es el pintxo m¨¢s rico del mundo, por muy estirados que quieran ponerse algunos bares con sus salsas y sus reducciones extravagantes. Para m¨ª, ¨¦ste es uno de los momentazos del d¨ªa. El pan est¨¢ crujiente, la mayonesa es deliciosa y el sol brilla fuera. Estoy a punto de soltar un irrintzi, pero me contengo, porque me salen fatal y, sobre todo, porque no estoy sola en el bar. A mi lado, dos chicos ya en sus treinta comentan los pormenores de no s¨¦ qu¨¦ noticia que han o¨ªdo en la radio. Pongo la antena.
No es que quiera justificarme, pero, cuando est¨¢s sola en un bar, o lees o metes la oreja en la charla m¨¢s cercana. Mi cabeza no fabrica pensamientos tan poderosos como para ignorar ciertas conversaciones, as¨ª que, como me he dejado el libro en casa, me pongo a escuchar a mis vecinos de barra. Es as¨ª como descubro que hace un par de semanas muri¨® Lecuona. Y yo me entero ahora. Se acab¨® el momentazo. Se me ha cortado la mayonesa.
Por si alguno no lo conoce, Juan Antonio Lecuona era un periodista irundarra muy querido, por ser motor y esp¨ªritu de much¨ªsimas actividades en Ir¨²n. Pero, y ¨¦sta es la raz¨®n por la que yo supe de ¨¦l, tambi¨¦n se hizo muy famoso por sus erratas period¨ªsticas. Contaba las cosas con una ambig¨¹edad formidable y funcionaba seg¨²n su propia l¨®gica. Por eso, firm¨® muchas frases desafortunadas que probablemente pasar¨¢n a la Historia como aut¨¦nticas joyas. Son tema recurrente de sobremesa; por lo menos, lo han sido en mi vida, y no sabr¨ªa c¨®mo agradecer todas las risas que me han regalado. Y, al parecer, no soy la ¨²nica: Lecuona tiene su propio grupo de fans en Facebook e Internet est¨¢ plagado de p¨¢ginas que transcriben sus despistes.
Una de las erratas m¨¢s descabelladas de Lecuona fue: "El cad¨¢ver presentaba heridas, al parecer mortales". Otras frases muy graciosas fueron: "Al paso de la carrera ciclista de la Vuelta al Pa¨ªs Vasco por la localidad de Vera de Bidasoa, los primeros iban en cabeza" y "El partido concluy¨® con empate a cero, al descanso se lleg¨® con id¨¦ntico resultado". Y luego, est¨¢n estas otras muy divertidas: "El publico entusiasmado y puesto en pie aplaudi¨® hasta enronquecer"; "El baile fue amenizado por un numeroso cuarteto"; "Paseando entre el ganado, saludamos al se?or alcalde"; "Falleci¨® para siempre el que fuera gran deportista bidasotarra" y "Ayer, d¨ªa de Todos los Santos, se encontraba muy animado el cementerio".
Necesitar¨ªa cinco p¨¢ginas para poder repetir todas las frases hist¨®ricas de Juan Antonio Lecuona y, la verdad, me gustar¨ªa disponer de ellas. Hay gente que no se tendr¨ªa que morir.
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