Alonso y Ferrari lo hacen todo mal
Las cosas se le est¨¢n complicando a Fernando Alonso en sus aspiraciones de ganar el t¨ªtulo mundial de F-1 en su primera temporada en Ferrari. No es un problema del coche porque el F10 funciona bien y es competitivo tal y como ayer se encarg¨® de demostrar Felipe Massa, que acab¨® cuarto sin ning¨²n problema. Lo que realmente est¨¢ perjudicando al espa?ol son los terribles errores que est¨¢n cometiendo tanto ¨¦l mismo como el propio equipo.
Ayer se produjo un amplio muestreo de lo que no debe ocurrir. Lo hicieron mal todo. Se equivocaron ya antes de afrontar la clasificaci¨®n, cuando Fernando opt¨® por instalar en su b¨®lido una configuraci¨®n de lluvia, buscando la sorpresa y jugando a una carta tremendamente arriesgada. Aquello le cost¨® salir en la d¨¦cima posici¨®n, con la merma de posibilidades que supone partir de un lugar tan atrasado en la parrilla.
Despu¨¦s, en la carrera volvieron a errar casi en cada decisi¨®n. Tuvieron mala suerte cuando Rubens Barrichello choc¨® contra Alonso. Aquello pudo costarle la retirada, pero sali¨® mucho mejor parado de lo que cab¨ªa esperar. Sin embargo, cuando apareci¨® la lluvia y entr¨® en el taller para colocar los neum¨¢ticos intermedios, volvi¨® a fallar. Los l¨ªderes no lo hicieron y sacaron partido de ello. Fernando, en cambio, tuvo que entrar solo dos vueltas m¨¢s tarde para recuperar los neum¨¢ticos lisos de seco.
Su carrera ya qued¨® marcada. Y entonces le entr¨® la locura. Ten¨ªa prisa cuando tuvo el incidente con Vettel por el que fue investigado. Y sent¨ªa una necesidad imperiosa de mejorar su posici¨®n en la 38? vuelta, cuando, bajo la lluvia, toc¨® la hierba, perdi¨® el control de su coche y acab¨® estrell¨¢ndose contra el muro de protecci¨®n, destrozando su suspensi¨®n delantera y vi¨¦ndose obligado a abandonar.
Fueron demasiados errores. Y no es la primera vez. Si Ferrari no hubiera fallado tantas veces en las estrategias y Alonso no hubiese fallado en China, al salir antes de hora, o en M¨®naco, al perderse la clasificaci¨®n, es probable que ahora estuvi¨¦ramos hablando de un Fernando l¨ªder indiscutible del campeonato. En cambio, se encuentra a 41 puntos de Hamilton, el nuevo l¨ªder, a falta de seis carreras para la conclusi¨®n.
No lo tiene todo perdido. Le quedan opciones todav¨ªa. Pero ni ¨¦l ni el equipo pueden cometer m¨¢s errores. El t¨ªtulo lo ganar¨¢ quien se mantenga m¨¢s regular, quien se equivoque menos. Y, en este sentido, Hamilton y Webber son quienes mejor lo est¨¢n haciendo. McLaren prob¨® unas piezas nuevas en Silverstone, que no le funcionaron, y dio un paso atr¨¢s para poder dar despu¨¦s otros dos hacia adelante. Y Red Bull sigue manteniendo el mejor coche de la parrilla y ha encontrado en el australiano al hombre experimentado y tranquilo, capaz de sacarle el m¨¢ximo rendimiento. Por encima incluso de un Vettel que acusa demasiado la presi¨®n del momento.
La parte final del campeonato puede ser apasionante porque la pugna entre McLaren y Red Bull se ir¨¢ ajustando cada vez m¨¢s. Y los de Maranello seguir¨¢n al acecho, atacando y buscando los puntos que les han sido esquivos en tantas ocasiones.
Ferrari tiene el coche. Y tiene el piloto para seguir aspirando al t¨ªtulo. Si Massa es el term¨®metro que marca exactamente el estado de salud del F10, Alonso es el hombre capaz de sacarle otras tres d¨¦cimas suplementarias para llevarlo a la victoria. Pero sin m¨¢s errores, sin estrategias equivocadas, sin prisas. Da la sensaci¨®n de que tanto Ferrari como Alonso se han impuesto la responsabilidad de ganar la corona en su primer intento conjunto. Quieren hacerlo y tienen en la mano las armas para conseguirlo. Pero la presi¨®n que se han autoimpuesto se est¨¢ convirtiendo en su peor enemigo.
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