Alumno 801401
A?o tras a?o, cerca de medio mill¨®n de indios intenta aprobar el examen de ingreso en los institutos tecnol¨®gicos del pa¨ªs, que impulsan su crecimiento econ¨®mico y nutren de cerebros al Silicon Valley norteamericano
Cyrus Vakyl no olvida el n¨²mero 801401. "De tanto repetirlo y escucharlo", afirma este indio nacido en Bombay hace 47 a?os. Cuando los profesores pasaban lista en su universidad cantaban una ristra de cifras. Ning¨²n maestro llamaba a sus alumnos por su nombre. Tampoco figuraba Vakyl en el tabl¨®n de notas, tan s¨®lo aquel fr¨ªo 801401.
Vakyl, de Bombay y hoy jefe de estudios de un colegio internacional en Pune, fue uno de los alumnos de los prestigiosos IIT,los institutos indios de tecnolog¨ªa que se reparten por el pa¨ªs.
Puede que el nombre de estos centros no diga nada a nadie. Pero tal vez alguno de estos, s¨ª: Krishna Bharat, creador de Google News; Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems; Arun Sarin, ex presidente de Vodafone; Victor Menezes, director ejecutivo de Citibank. Estos protagonistas del 2.0, las telecomunicaciones y las finanzas son licenciados de uno de los 15 IIT de la India, unas universidades ideadas tras la independencia (1947) y destinadas a crear un ej¨¦rcito de ingenieros e inform¨¢ticos capaces de impulsar el desarrollo econ¨®mico y social del pa¨ªs. El objetivo se super¨® con creces: los ingenieros indios dominan el mundo.
Cada a?o tras terminar el bachillerato accede la cosecha m¨¢s inteligente del pa¨ªs. La criba: un examen que se enorgullece de ser el m¨¢s dif¨ªcil del mundo. En abril se presentaron 450.000 candidatos, el 18,3% m¨¢s que el a?o anterior, para 9.509 plazas.
Cyrus Vakyl entr¨® sin problemas en el IIT de Bombay en 1981. Una haza?a, ya que s¨®lo el 2% aprueba, frente al 10% de Harvard y al 5% de Cambridge. "En mi ¨¦poca a¨²n era m¨¢s dif¨ªcil pertenecer al selecto club de los IIT, s¨®lo hab¨ªa siete", advierte Vakyl.
El car¨¢cter libre y estramb¨®tico de Vakyl no encaj¨® con la dura disciplina del centro. Seg¨²n cuenta, sus profesores estaban resentidos con el mundo y, por ende, con ellos mismos: "Sab¨ªan que sus alumnos acabar¨ªan ganando un sueldo muy superior al suyo", relata.
Al cabo de un a?o huy¨® a Estados Unidos con una beca. Y se decant¨® por estudiar la ant¨ªtesis, humanidades. "No me arrepiento de haberme ido. El ambiente era tenso, fr¨ªo y autoritario. Lo que he hecho despu¨¦s ha sido una reacci¨®n a la disciplina que imponen".
Y 30 a?os m¨¢s tarde, las cosas parecen haber cambiado algo: los profesores siguen pasando lista pronunciando n¨²meros, pero una visita al IIT de Bombay demuestra que el sitio no est¨¢ nada mal, pese a que data de 1958; fue el segundo del pa¨ªs.
Al norte de la ciudad india, en Powai, se sit¨²a un campus de m¨¢s de 200 hect¨¢reas. Un remanso de paz y vegetaci¨®n donde conviven 15.000 personas, 150 especies de aves y una infinidad de reptiles, aparte de piscinas, pistas de tenis, hockey, f¨²tbol, cr¨ªquet...
"Practicamos mucho deporte y nos hemos apuntado a varias actividades. A un ni?o indio se le niega la oportunidad de jugar porque en este pa¨ªs casi no hay infraestructuras", cuenta Rahul Borimal, de 19 a?os. Estudia inform¨¢tica, la carrera m¨¢s solicitada. "Las clases del primer a?o eran m¨¢s f¨¢ciles, pero cada a?o se complican m¨¢s. Cada vez tenemos menos tiempo libre".
Borimal y su amigo Mayank Mundhra comparten habitaci¨®n y se han vuelto inseparables. "La comida es horrible, pero no nos importa". Se les ve felices y relajados paseando entre las avenidas arboladas que separan los edificios. "Se nos ha abierto un mundo nuevo, lejos de nuestros padres. Aqu¨ª somos libres", subraya Mayank.
Aseguran que lo que hace especiales a los IIT es el grado de exigencia: "Cuando llegas te crees el mejor; pero enseguida te das cuenta de que todos eran los mejores en sus pueblos o ciudades", dice Borimal.
Se ven muy pocas mujeres en el campus. Shruti Srikantiah, con 20 a?os, es una de ellas. "Creo que por cada 10 alumnos, hay una. Pero no me siento inc¨®moda". Srikantiah estudia ingenier¨ªa qu¨ªmica, su segunda opci¨®n. "Me habr¨ªa gustado cursar inform¨¢tica, pero para eso tienes que estar entre los 300 primeros".
Entrar en un IIT casi garantiza tu porvenir y el de tu familia. La presi¨®n en muchos casos no se aguanta.
"Ha habido suicidios, s¨ª. No sabr¨ªa decir cu¨¢ntos, pero varios... No s¨¦ si el n¨²mero es el normal entre j¨®venes de sus edades. De todos modos, en otros m¨¢s alejados de las ciudades hay muchos m¨¢s que en el de Bombay", dice Devang Kakkar, director del centro.
'Tres idiotas'
El IIT de Bombay no sale muy bien parado en el filme indio Three idiots (tres idiotas, 2009), en el que tres estudiantes de ingenier¨ªa de un IIT sobreviven como pueden unidos por la amistad a la vida fren¨¦tica en el campus. La pel¨ªcula muestra el maltrato psicol¨®gico al que se ven sometidos por los profesores y los suicidios de alumnos que no pueden lidiar con tanto estr¨¦s.
Parag Mehta estudi¨® matem¨¢ticas entre 1994 y 1996. "Nada m¨¢s llegar me enter¨¦ de que en mi habitaci¨®n se acababa de suicidar un chico. Durante los dos a?os que estudi¨¦ hubo tres o cuatro m¨¢s", relata. "A los nuevos nos hac¨ªan muchas novatadas: met¨ªan la cabeza en el v¨¢ter y tiraban de la cadena. Tambi¨¦n te obligaban a limpiarles los zapatos con la lengua".
Mehta aborrece sus d¨ªas en el IIT de Bombay: "No quer¨ªa entrar, pero un amigo me llev¨®. Hab¨ªa 10 preguntas. Sud¨¦ much¨ªsimo". Su amigo le pregunt¨® cu¨¢ntas preguntas hab¨ªa respondido, "s¨®lo cinco", dijo. Su amigo se ech¨® a re¨ªr: "Nadie contesta m¨¢s de dos o tres".
Laboratorios de ideas
Los lazos entre los 15 institutos indios de tecnolog¨ªa y la empresa son estrechos. "Los profesores mantienen relaciones con el mundo empresarial e involucran a sus alumnos en la investigaci¨®n", explica Devang Kakkar, director del IIT de Bombay.
Las patentes se multiplican y los inventos sorprenden. Uno de los ¨²ltimos en saltar a las portadas de varios peri¨®dicos es un ordenador port¨¢til, de pantalla t¨¢ctil, como la del iPad de Apple, que ronda los 27 euros. Un artilugio basado en el sistema operativo Linux, de 8,9 por 7 pulgadas, de un kilo y medio de peso, con lector de PDF y apto para videoconferencias y contenidos multimedia. Ha sido ideado por cuatro de estos institutos (Bombay, Madr¨¢s, Kanpur y Kharagpur) con la colaboraci¨®n del Instituto Indio de Ciencia de Bangalore, el Silicon Valley indio. Seg¨²n el Gobierno, el curso que viene cada universitario contar¨¢ con uno.
Adem¨¢s, IBM y el IIT de Bombay anunciaron a principios de agosto un acuerdo de colaboraci¨®n. Est¨¢n desarrollando nuevas interfaces para m¨®viles basadas en el c¨®digo abierto. Sus destinatarios: los m¨¢s desfavorecidos, los analfabetos o semianalfabetos. Otros de los inventos nacidos en las IIT son la web AQUA, con informaci¨®n para los agricultores (del IIT Bombay), o un sanitario que no necesita agua (el IIT de Delhi) para las muchas zonas del pa¨ªs sin canalizaci¨®n acu¨ªfera.
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