Gull¨®n rechaza la validez de la junta que la ex presidenta celebr¨® en un coche
La madre de los gestores, apartada de la empresa, se nombra administradora ¨²nica
Un Mercedes. Ese ha sido el escenario de la pol¨¦mica junta extraordinaria que han llevado a cabo los tres accionistas mayoritarios de Gull¨®n. Pol¨¦mica porque los actuales gestores de Gull¨®n no la dan por buena. Y pol¨¦mica porque los tres accionistas, entre los que est¨¢n la ex presidenta ejecutiva y el ex director general, consideran que es leg¨ªtima y que gracias a ella la actual direcci¨®n ha sido apartada de sus puestos. Un embrollo con tintes de telenovela donde la antigua y la nueva direcci¨®n son madre e hijos.
Mar¨ªa Teresa Rodr¨ªguez es oficialmente la principal accionista de Galletas Gull¨®n, la mayor f¨¢brica de galletas de Europa, situada en Aguilar de Campoo (Palencia). Tiene el 55,2% de las participaciones. Rodr¨ªguez, que asumi¨® las riendas de Gull¨®n en 1983 cuando muri¨® su marido, Jos¨¦ Manuel Gull¨®n, fue presidenta ejecutiva de la compa?¨ªa hasta el 26 de septiembre en 2009. Ese d¨ªa, tres de sus cuatro hijos y sus dos hermanos provocaron su destituci¨®n. Su hijo peque?o, F¨¦lix Gull¨®n, asumi¨® su cargo. La mano derecha de la matriarca durante casi toda su vida empresarial, Juan Miguel Mart¨ªnez Gabald¨®n, fue tambi¨¦n despedido de su puesto de director general.
Teresa Rodr¨ªguez fue apartada de la presidencia por sus hijos y hermanos
Retom¨® el control en la reuni¨®n de accionistas que sus hijos no aceptan
Su salida desencaden¨® una guerra de pleitos. Los hijos de Rodr¨ªguez consideraron que Mart¨ªnez Gabald¨®n, que por su trabajo cobraba 1,8 millones de euros brutos al a?o, se extralimitaba en sus funciones y se aprovechaba de su puesto. Su madre, sin embargo, lo defend¨ªa a capa y espada. Un juzgado les oblig¨®, al despedirle, a indemnizarle con 8,2 millones o readmitirle. Optaron por readmitirle, pero, mantienen contra ¨¦l una querella criminal.
Pese a la restituci¨®n de Mart¨ªnez Gabald¨®n, la matriarca consider¨® que su salida de la compa?¨ªa era un acto excesivo de ambici¨®n por parte de sus hijos. Acudi¨® a un juez para exigir una junta de accionistas en la que, con el apoyo del ex director y de su hija, Lourdes Gull¨®n (que siempre apoy¨® su regreso) y uniendo todos sus derechos como accionistas (suman un 80,2%), pudieran destituir a la actual directiva. En el orden del d¨ªa de la junta, que autoriz¨® un juzgado de Palencia, el punto segundo contemplaba el nombramiento de un administrador ¨²nico, Mar¨ªa Teresa Rodr¨ªguez.
La junta extraordinaria, que deb¨ªa celebrarse ayer, ya estaba condenada a ser rocambolesca. El actual consejo de administraci¨®n no acept¨® su convocatoria y por eso adelant¨® que no se celebrar¨ªa. Aducen dos motivos: para empezar, un defecto es su formulaci¨®n. La publicaci¨®n de la misma en el Borme, dicen, no fue la correcta. Adem¨¢s, ponen en duda que Mar¨ªa Teresa Rodr¨ªguez pudiera convocarla, ya que, a pesar de que es accionista mayoritaria, sus hijos denuncian que el 55,2% que posee es en realidad de su propiedad. Y solo lo pod¨ªa controlar hasta que sus ellos fueran mayores de edad. Adem¨¢s, a?aden, en la junta de ayer no estaban ni el actual presidente ejecutivo ni el secretario, por lo que no era legal. Ayer calificaron las acciones de su madre de "esperpento".
Mar¨ªa Teresa Rodr¨ªguez, su hija Lourdes y Mart¨ªnez Gabald¨®n, sin embargo, defienden que la junta pod¨ªa celebrarse. La convocatoria fue avalada por un juez, y solo un juez pod¨ªa desconvocar la junta. Y no lo hizo. Adem¨¢s, la responsabilidad de publicarla en el Borme de forma correcta, aducen, era de la actual junta directiva, y por tanto, si hay fallos no es culpa suya. Por eso celebraron la junta. Y aunque un guardia de seguridad, bajo las ¨®rdenes de F¨¦lix Gull¨®n, les prohibi¨® la entrada a la sede de Aguilar del Campoo, encontraron d¨®nde llevarla a cabo: un coche. En el parabrisas colocaron un cartel: "Junta de accionistas de Gull¨®n". La notario Encarnaci¨®n Fern¨¢ndez levant¨® el acta. ?Es legal? Si nadie da su brazo a torcer, dicen ambas partes, la justicia decidir¨¢.
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