El precio de Internet
El auge de los dispositivos m¨®viles obliga a las operadoras a pensar en redes m¨¢s robustas
Hay dos pol¨¦micas persistentes en Internet que afectan a la base del sistema: la neutralidad en la Red y las tarifas. Dos asuntos que, a veces, se confunden a pesar de no ser lo mismo. Chile acaba de proclamar por ley, y de forma pionera, la protecci¨®n de la neutralidad en Internet. En un ¨²nico art¨ªculo, la norma establece que ninguna operadora podr¨¢ discriminar "arbitrariamente", bloquear o restringir el derecho de cualquier internauta a utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier contenido, aplicaci¨®n o servicio legal. Obviamente, las operadoras podr¨¢n tomar medidas t¨¦cnicas para gestionar el tr¨¢fico, pero estas no han de tener como objetivo alterar la libre competencia.
En EE UU, el debate sigue abierto. En principio, las operadoras defienden la posibilidad de discriminar el tr¨¢fico mientras que los grandes proveedores de contenidos y servicios se oponen a ello. Google, inicialmente entre estos ¨²ltimos, ha dado un giro aceptando notables excepciones en el mundo de la telefon¨ªa m¨®vil. Europa, por su parte, tiene abierta una consulta en la propia Red antes de tomar una decisi¨®n regulatoria. Una consulta que los internautas han criticado por cr¨ªptica, convocada en plenas vacaciones y con poco ¨¢nimo de fomentar la participaci¨®n. La neutralidad en la Red es un principio que debe ser defendido para evitar que cualquier operadora, por ejemplo, pueda primar la velocidad de acceso a servicios en los que tuviera intereses y, al mismo tiempo, penalizara ofertas competidoras.
Las operadoras, esta semana las espa?olas, han vuelto a plantear el tema de las tarifas en el Internet para m¨®vil. No es solo un problema de cuant¨ªa. La migraci¨®n del internauta de las redes fijas a las m¨®viles y el volumen de tr¨¢fico que acabar¨¢n exigiendo las aplicaciones audiovisuales en el tel¨¦fono o las tabletas pedir¨¢ una robustez in¨¦dita de las infraestructuras inal¨¢mbricas. De hecho, las operadoras aplican una tarifa ondulada que penaliza, con menos velocidad, a quien supere cierto umbral de tr¨¢fico. En este escenario es necesario respetar el acceso universal a Internet, que, por ley, en Espa?a ser¨¢ un derecho el a?o pr¨®ximo, aunque sea con una humilde velocidad de un mega. Este derecho tambi¨¦n supone precios asequibles y el reto est¨¢ en combinar ello con la necesidad de las operadoras de disponer de capacidad inversora para mejorar las redes. Un reto que, seg¨²n las estad¨ªsticas europeas, Espa?a no tiene resuelto.
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