Enredo
El Gobierno espa?ol necesita el apoyo del PNV para aprobar los Presupuestos de 2011 y no verse obligado a adelantar las elecciones. El PNV necesita el apoyo de los socialistas para aprobar los presupuestos de las Diputaciones y tampoco le conviene el adelanto electoral. Todo parece indicar que nos hallamos ante un matrimonio de conveniencia, en el que los intereses que lo motivan suelen ir camuflados con amorosas proclamas de intenciones. No ocurre as¨ª, sin embargo, en el caso que nos ocupa, al que si algo le caracteriza es la rasposa sucesi¨®n de dimes y diretes. Y es que se da la circunstancia de que lo que podr¨ªa haber sido una feliz coyunda a dos, se nos ha convertido en un imposible m¨¦nage ¨¤ trois. Y hay celos, y rabietas, casi hasta emboscados, en esta historia que adquiere tintes calderonianos. No sabr¨ªa decir qui¨¦n es el gal¨¢n y qui¨¦n la dama, como tampoco precisar el sexo del tercero en discordia, ni a¨²n el del cuarto, pero ya les voy adelantando que en esta historia los personajes se desdoblan, y hasta se multiplican, y que uno/a de ellos/as est¨¢ hist¨¦rico/a.
Veamos, tenemos por un lado al Gobierno espa?ol y al Gobierno vasco, que, pese a las apariencias, no son uno, sino dos personajes. Y tenemos, por otro lado, al PNV, ¨²nico ¨¦ste, pero que no parece muy convencido de si aqu¨¦l/ella con quien se quiere casar es uno, dos o multitud. Parece claro que con quien ¨¦l/ella se quiere casar es con Zapatero, porque le parece m¨¢s guapo, y lo ve tan rico, solo y necesitado, que halla la ocasi¨®n pintiparada para sacarle de dote un hotel de cinco estrellas. Pero hete aqu¨ª a Patxi, el/la chicazo/a del barrio, que ¨²ltimamente le roba todos los pretendientes, y que no es Zapatero, aunque lo pueda parecer. El empe?o del PNV consiste en demostrar que Patxi no es Zapatero, o a la inversa, y en conseguir que no sea Patxi quien se lleve la dote del hotel de cinco estrellas de su matrimonio con aqu¨¦l. Para eso necesita probar que Patxi es en realidad el sosias de otro/a chicazo/a del barrio, malo, mal¨ªsimo, que se llama Basagoiti, y necesita adem¨¢s jorobarle a Patxi, o a Basagoiti, o a los dos, o a quien se tercie. ?Qu¨¦ dote le puede sacar a Zapatero que no suponga un beneficio indirecto para Patxi, sino un perjuicio que lo hunda en la miseria? ?Ser¨¢ esa la dote, el cero patatero del deshonor del rival?
Este enredo que les acabo de contar viene a ser, con otras palabras, el discurso de Zarautz de I?igo Urkullu. Un penoso ejercicio m¨¢s de deslegitimaci¨®n de nuestra primera autoridad y de confusi¨®n entre los intereses del pa¨ªs y los intereses de un partido. Una confusi¨®n a la que Egibar le puso la guinda al acusar al lehendakari de "representar a un pueblo en el que no cree". El pueblo de Egibar no es el pueblo al que representa el lehendakari. El pueblo de ¨¦ste es el conjunto de los ciudadanos de Euskadi, justo ¨¦se en el que Egibar no ha cre¨ªdo jam¨¢s. Justo ¨¦se al que parece que van a ignorar cuando vayan a negociar con Zapatero.
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