"El polic¨ªa no dispara donde ve"
Un sargento de los Mossos explica en un libro las reacciones "instintivas" de los agentes en situaciones de alto riesgo
Un polic¨ªa no es un superhombre. O sea que, cuando afronta un peligro repentino, reacciona como el com¨²n de los mortales. De poco le sirven su formaci¨®n y su uniforme. El instinto se impone y, con la pistola en la mano, el agente hace lo que puede sin controlar del todo lo que ocurre. Lo normal es que, en situaciones extremas, el tiro le salga mal. "Una cosa es lo que quiero hacer, y otra lo que hago", explica David Berengueras, sargento de los Mossos d'Esquadra que ha estudiado qu¨¦ ocurre en el cerebro de un agente ante una intervenci¨®n armada.
El 2 de mayo de 2007, el mosso d'esquadra Miguel L. G., que entonces ten¨ªa 28 a?os, dispar¨® cuatro veces a un esquizofr¨¦nico que le amenazaba con un pico. La Audiencia de Barcelona le ha absuelto este a?o porque considera que actu¨® en leg¨ªtima defensa. ?Podr¨ªa haber reducido Miguel a su agresor sin acabar con su vida? No puede saberse. Pero lo que el sargento Berengueras tiene claro es que, a toro pasado, es muy dif¨ªcil juzgarle. "En casos as¨ª, la parte m¨¢s instintiva aflora. Hay un momento en el que el polic¨ªa no es consciente de lo que ocurre".
El polic¨ªa cubre su cara con la mano y gira el cuerpo en una intervenci¨®n armada
Berengueras ha analizado el comportamiento de cientos de compa?eros en situaciones de riesgo y ha comprobado que el polic¨ªa es incapaz de aplicar lo que ha aprendido en la formaci¨®n. No es que sean malos polic¨ªas, es que el cerebro tiene sus caprichos. Por eso, cuando alguien le apunte con un arma, el agente tender¨¢ (involuntariamente) a cubrirse la cara con la mano y a girar el cuerpo. Su mente le dice "huye" y, como esta funciona m¨¢s deprisa que el cuerpo, muchas veces cae al suelo.
El sargento ha observado esos comportamientos y ha plasmado sus conclusiones en el libro Cara a cara ante una intervenci¨®n armada, que est¨¢ teniendo buena acogida entre los profesionales de la seguridad. De vocaci¨®n cient¨ªfica, el libro explica las bases neurol¨®gicas y conductuales en situaciones armadas. El resultado es que el polic¨ªa no controla siempre lo que pasa a su alrededor. "El polic¨ªa no dispara donde ve. Muchas veces, baja el arma para poder ver a su oponente". De ah¨ª que la mayor¨ªa de disparos que se efect¨²an vayan a parar a la parte inferior del cuerpo. El conocido efecto t¨²nel (solo se ve lo que se tiene ante los ojos, nada m¨¢s) hace que el polic¨ªa pierda de vista posibles amenazas que puedan haber a los lados o detr¨¢s del sujeto que empu?a el cuchillo o la pistola.
"Aunque no nos guste lo que pasa, es as¨ª", dice Berengueras, que tambi¨¦n es responsable de formaci¨®n del Sindicato de Polic¨ªas de Catalunya y que no se resigna a vencer, en la medida de lo posible, el instinto. "En situaciones de vida o muerte, el polic¨ªa ha de poder hacer aquello para lo que en teor¨ªa le preparan". El sargento afirma que la formaci¨®n que reciben los funcionarios no sirve para afrontar lo que ocurre en la calle. Los simulacros de la escuela de polic¨ªa son insuficientes. Adem¨¢s, las clases no deber¨ªan ser generalistas. "No todo el mundo reacciona igual: hay halcones y hay palomas", a?ade.
Cuando analizan c¨®mo se han comportado ante una situaci¨®n de riesgo (aunque sea simulada) los polic¨ªas se sorprenden. De ah¨ª que, en los casos en los que pueden ser acusados de negligencia -por disparar donde no deb¨ªan, por ejemplo- puedan sentirse frustrados o incapaces de dar una explicaci¨®n. "Desde fuera es m¨¢s f¨¢cil", concluye Berengueras, que ha sido invitado a hablar sobre el tema por el Departamento de Polic¨ªa de Nueva York.
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