Nadie a mi derecha
El mismo d¨ªa en que palestinos e israel¨ªes se reun¨ªan bajo los auspicios del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el ex presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar pronunciaba una conferencia en Jerusal¨¦n, ante la junta directiva del Congreso Jud¨ªo Mundial, llena de reproches y advertencias cr¨ªticas hacia el actual inquilino de la Casa Blanca, incluso por las negociaciones directas que acababan de empezar. Aznar es la exacta inversi¨®n del esp¨ªritu izquierdista de aquel a?o 68 que no se olvida de denigrar en sus discursos. En aquel entonces, una de las mejores y m¨¢s demag¨®gicas expresiones de los l¨ªderes narcisistas consist¨ªa en demostrar y exhibir que no hab¨ªa nadie a su izquierda. Ahora Aznar hace lo mismo pero en direcci¨®n contraria: no puede soportar que quede alguien a su derecha.
La ¨²ltima metamorfosis de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar le sit¨²a como l¨ªder de la derecha m¨¢s extrema de Europa y Am¨¦rica
Aznar se acogi¨® en Jerusal¨¦n a una cl¨¢usula obligada: la del optimismo, pero se extendi¨® en su pesimismo de fondo respecto al futuro de las negociaciones, naturalmente debido ¨²nicamente "a las circunstancias de la parte palestina". Para ¨¦l todo el resto son ventajas: si no hay acuerdo, no se podr¨¢ decir que los israel¨ªes no lo han intentado; y si lo hay, quedar¨¢ demostrado "ante el mundo entero cu¨¢n err¨®neo era atribuir a Israel todos los males de la regi¨®n o convertir la ausencia de acuerdo entre israel¨ªes y palestinos en la fuente de violencia desde Marruecos hasta el Hindu Kush".
El principal reproche para Obama es que desde su toma de posesi¨®n "ha buscado una nueva relaci¨®n con el mundo isl¨¢mico incluso a costa de erosionar al mayor aliado de Estados Unidos en la regi¨®n y lo mismo ha hecho respecto a Europa con la recuperaci¨®n de las relaciones con Mosc¨²". El reproche alcanza a las conversaciones directas, "a las que parece haber dedicado m¨¢s tiempo y energ¨ªa que en intentar la prevenci¨®n de que Ir¨¢n construya la bomba nuclear".
Aznar no puede reprimir su tendencia a la hip¨¦rbole. Si Estados Unidos no cumple con sus deberes, ser¨¢ Israel quien lo haga, asegura amenazante; en la regi¨®n y m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n: "Es vital entenderlo, sobre todo en el momento en que el l¨ªder hist¨®rico de Occidente, Estados Unidos de Am¨¦rica, atraviesa un per¨ªodo de introspecci¨®n, cansancio e incluso confusi¨®n". La exageraci¨®n afecta tambi¨¦n a las ideas: el Israel que Aznar defiende, se supone que con colonos y ultraortodoxos incluidos, se identifica en su esquema con los m¨¢s b¨¢sicos valores occidentales y con el sistema liberal. E incluso m¨¢s all¨¢: su actitud es ejemplar, porque es "una de las pocas naciones dispuestas a pagar un precio por su supervivencia, una naci¨®n que har¨¢ lo que tenga que hacer para defenderse a s¨ª misma".
La exageraci¨®n conduce a la insignificancia, es verdad. No he encontrado ni una sola l¨ªnea de esta intervenci¨®n tan curiosa en el diario Haaretz que suelo leer cada d¨ªa. Recuerdo todav¨ªa las fotos de Aznar con Arafat, besos incluidos. Una frase suya perfecta, a pesar de todo, en plena tormenta neocon: "M¨¢s Powell y menos Rumsfeld". Sus esfuerzos por evitar que Sharon aislara y eliminara pol¨ªticamente a Arafat. Y tantas cosas m¨¢s de su anterior vida pol¨ªtica, cuando ¨¦l y sus ministros de Exteriores, Josep Piqu¨¦ y Ana Palacio, acompa?aban los gestos de amistad y sumisi¨®n a Bush en guerra con una permanente presi¨®n para que se comprometiera en la resoluci¨®n del conflicto entre israel¨ªes y palestinos.
Mucho ha cambiado desde entonces. Nadie a su derecha. El Israel de la intransigencia como modelo de la democracia liberal occidental. La demonizaci¨®n en bloque del mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n. A la derecha de la derecha en Europa, junto al xen¨®fobo e islam¨®fobo Geert Wilders, y en cabeza del extremismo americano, con el Tea Party, Glen Beck y Sarah Palin. Nada sabemos del misterio que ha llevado a este cambio. ?Son los ladridos de un rencor que ha ido derivando por las esquinas m¨¢s extremistas? ?Es una estrategia oportunista para alimentar la locomotora electoral de la derecha con el carb¨®n de la ultraderecha? ?O acaso quiere convertirse en el l¨ªder de una internacional populista, xen¨®foba y antiisl¨¢mica?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.