La industria pierde uno de cada tres empleos durante la recesi¨®n
El crecimiento de la construcci¨®n disimul¨® durante a?os el declive del sector
A pesar del buen arranque exportador del a?o, la industria valenciana vive horas bajas. Entre 2006 y 2009 el sector perdi¨® un tercio de sus empleos: 148.000. Uno de cada cuatro puestos de trabajo que se esfumaron en la comunidad aut¨®noma entre 2007 y 2009 correspond¨ªan a empleos industriales indefinidos. Y un 25% de todos los trabajadores industriales despedidos en Espa?a durante ese periodo eran valencianos. Visto as¨ª, la situaci¨®n parece mala. Si se mira con perspectiva, es a¨²n peor.
Cuando la recesi¨®n econ¨®mica golpe¨® a la industria valenciana, esta se encontraba inmersa en su propia crisis. Su variaci¨®n interanual (en la contribuci¨®n al PIB) fue negativa casi todos los a?os desde 2002. Es decir, mucho m¨¢s que en el conjunto de Espa?a. Era la ¨¦poca del boom. A?os en los que la industria valenciana retroced¨ªa un 0,9%, la construcci¨®n aumentaba un 4,8%, y el Producto Interior Bruto ofrec¨ªa crecimientos superiores al 3%. Una etapa en la que la bonanza general disimulaba el declive industrial.
El 25% de puestos de trabajo industriales perdidos en Espa?a eran valencianos
Con la llegada de Zaplana al Consell, la cuesti¨®n pas¨® a un segundo plano
El declive no era generalizado. Afectaba sobre todo a los llamados sectores tradicionales. El calzado, el textil, el juguete y (en menor medida) la madera registraban ca¨ªdas interanuales en el ?ndice de Producci¨®n Industrial de ¨®rdago. Otras industrias, en cambio, especialmente aquellas m¨¢s vinculadas a la construcci¨®n, marchaban bien. Son datos oficiales, que Comisiones Obreras del Pa¨ªs Valenciano ha recopilado en un informe sobre la situaci¨®n socioecon¨®mica de la comunidad aut¨®noma.
Esa era la situaci¨®n cuando estall¨® la crisis, primero financiera, que se traslad¨® a la econom¨ªa real agravada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. La consecuencia fue que el calzado, que en 2003 hab¨ªa perdido el 26% de su producci¨®n industrial, perdi¨® el 32,5% en 2007. Y que la industria azulejera, que se hab¨ªa mantenido razonablemente bien hasta ese momento pero que era (y es) muy dependiente del ladrillo, se desplom¨® un 33,5% en 2008. Los subsectores que lo estaban pasando mal, empeoraron. Los que hab¨ªan vivido bien al calor de la construcci¨®n, entraron en la misma din¨¢mica negativa.
Una de las principales cr¨ªticas que CC OO, UGT y los expertos consultados hacen al Gobierno auton¨®mico es que el problema industrial valenciano se ve¨ªa venir desde hac¨ªa a?os (o d¨¦cadas) y que la respuesta del Consell fue, al menos, tibia.
"Nuestra especializaci¨®n en sectores industriales intensivos en el uso de trabajo no cualificado fue un ¨¦xito mientras nuestros costes laborales unitarios eran relativamente bajos", se?ala Vicent Soler, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada, sobre la evoluci¨®n de los sectores tradicionales. "Supon¨ªa trabajar con unos costes de producci¨®n competitivos en los segmentos de mercado donde el precio jugaba un papel primordial. La emergencia de nuevos pa¨ªses industriales (particularmente, los asi¨¢ticos) con costes laborales unitarios a¨²n m¨¢s bajos hac¨ªa desvanecer nuestras ventajas comparativas. El problema ya fue detectado en los a?os ochenta. Por ello, la Generalitat cre¨® una agencia, el Impiva [Instituto de la Mediana y Peque?a Industria Valenciana], para concertar con las empresas pol¨ªticas que permitieran nuevas estrategias competitivas que deb¨ªan centrarse en la diferenciaci¨®n del producto y la mejora de la productividad", a?ade.
La llegada a la Generalitat de Eduardo Zaplana, en 1995, implic¨® un cambio estrat¨¦gico, apunta Soler. ?Un ejemplo? Zaplana llevaba en su programa electoral la supresi¨®n del Impiva, entidad puesta por la OCDE como "modelo de pol¨ªticas para las pymes". Y las pymes (peque?as y medianas empresas) definen el tejido econ¨®mico valenciano. El Impiva finalmente no desapareci¨®, pero perdi¨® centralidad en una etapa en la que la preocupaci¨®n por la industria pas¨® a un segundo plano.
All¨ª se mantuvo hasta que la crisis y sus efectos dejaron claro que a la construcci¨®n le espera larga convalecencia y que otras apuestas (la atracci¨®n de turismo por medio de grandes eventos, por ejemplo) no ofrec¨ªan la rentabilidad esperada. En ese contexto el vicepresidente primero del Consell y consejero de Industria, Vicente Rambla, present¨® hace unos meses la Estrategia de Pol¨ªtica Industrial (EPI), que ahora negocia con sindicatos y empresarios.
"La situaci¨®n global ha cambiado y no podemos pensar en la industria tal y como la conocemos hasta ahora. Y es precisamente por esta raz¨®n por la que tiene sentido la EPI: para potenciar una industria m¨¢s competitiva, m¨¢s internacionalizada y donde el peso de los sectores emergentes sea mayor que el actual", se?ala una portavoz de la consejer¨ªa, y a?ade: "Mantener un sector industrial con peso espec¨ªfico importante resulta esencial a largo plazo por distintas razones. Una, porque el sector industrial presenta mayores tasas de crecimiento de la productividad que otras actividades econ¨®micas. Dos, porque es m¨¢s intensivo en I+D+i. Tres, porque genera empleo estable, cualificado y de calidad". Un an¨¢lisis que compartir¨ªan casi todos los cr¨ªticos con la pol¨ªtica industrial de la Generalitat. La duda es si la apuesta es seria, y si estamos a tiempo.
?Es posible una reindustrializaci¨®n valenciana?
La Estrategia de Pol¨ªtica Industrial (EPI) de la Generalitat es ambiciosa. Al menos sobre el papel. Est¨¢ articulada en tres l¨ªneas. Fomentar la innovaci¨®n en los sectores tradicionales. Apoyar la creaci¨®n de empresas de base tecnol¨®gica (el objetivo es incorporar 800 al a?o hasta 2015). Y captar inversiones espa?olas e internacionales. Establece siete "hipersectores" prioritarios en los que el territorio tendr¨ªa ventajas competitivas: alimentaci¨®n; energ¨ªa y agua; h¨¢bitat; indumentaria (textil y calzado); log¨ªstica; procesos industriales, y salud y calidad de vida.
A pesar de las dificultades econ¨®micas del Consell, Industria se ha comprometido a destinar 1.100 millones de euros para financiar la estrategia hasta 2015 y a incluir una parte en los pr¨®ximos presupuestos para ponerla en marcha en 2011, una vez acordada con empresarios y sindicatos.
A los empresarios les gusta la m¨²sica. Y los dos grandes sindicatos est¨¢n dispuestos a negociarla hasta el final por varias razones. Primero, se?alan Paco Molina, secretario general de CC OO, y Ana Toral, secretaria de Industria e Innovaci¨®n de UGT, porque llevan mucho tiempo reclamando un plan para el sector y ser¨ªa incoherente no poner de su parte. Segundo, porque es la primera vez, que recuerden, que un Ejecutivo del PP trata de consensuar con ellos una estrategia industrial. En iniciativas anteriores la Generalitat solo busc¨® la complicidad con los empresarios.
Pero eso no significa que est¨¦n dispuestos a firmar un documento que sea ¨²nicamente una declaraci¨®n de buenas intenciones, advierte Molina, a unos meses de las elecciones auton¨®micas y locales. Adem¨¢s de comprometer fondos, ambos sindicatos quieren que la EPI contenga evaluciaciones peri¨®dicas de lo conseguido. Una idea que apoya la patronal auton¨®mica, Cierval, se?ala su secretario general, Rafael Montero. Los sindicatos quieren que la EPI incluya no tanto una autocr¨ªtica como un an¨¢lisis de da?os. "Una explicaci¨®n de por qu¨¦ el peso de la industria en el PIB ha ca¨ªdo casi ocho puntos en una d¨¦cada, hasta poco m¨¢s del 12%", dice Molina.
?Es viable, con esa trayectoria, un proceso de reindustrializaci¨®n? "Yo no hablar¨ªa de reindustrializaci¨®n, porque el peso del sector industrial manufacturero en las econom¨ªas desarrolladas no se eleva. Ese no es un proceso reversible", responde Vicente Pallard¨®, profesor de Estructura Econ¨®mica de la Universitat de Val¨¨ncia. "Lo que s¨ª puede hacerse y debe intentarse, es parar la reducci¨®n del sector industrial fomentando la especializaci¨®n y la adaptaci¨®n a la nueva competencia internacional de los sectores tradicionales y el nacimiento de empresas en nuevos sectores, en los que la demanda sea creciente en calidad-cantidad".
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