ETA proclama otro alto el fuego
La banda anuncia con un v¨ªdeo que ha dejado las "acciones armadas ofensivas" - El comunicado unilateral no menciona condiciones ni a los presos
Cinco meses despu¨¦s de que la izquierda abertzale reclamara a ETA un alto el fuego, a trav¨¦s de sus apoyos internacionales irlandeses y surafricanos, la banda terrorista respondi¨® ayer a su demanda a trav¨¦s de un v¨ªdeo enviado a la radiotelevisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica (BBC). El comunicado constata la existencia de un alto el fuego bajo la f¨®rmula de "no llevar a cabo acciones ofensivas", y aclara que la decisi¨®n se tom¨® hace meses. Es una declaraci¨®n at¨ªpica de alto el fuego respecto a treguas anteriores, ya que no precisa su duraci¨®n y alcance, y tampoco plantea condiciones. El consejero de Interior del Gobierno vasco, el socialista Rodolfo Ares, valor¨® la declaraci¨®n de ETA como "absolutamente insuficiente", y consider¨® que "los tiempos de las treguas ya pasaron". Ares, en estrecho contacto con el ministro del Interior, Alfredo Perez Rubalcaba, represent¨® tambi¨¦n la voz del Gobierno central, que ayer call¨®.
El alto el fuego de ETA se produce cuatro a?os y medio despu¨¦s de que la banda terrorista declarara la ¨²ltima tregua, en marzo de 2006; m¨¢s de tres a?os despu¨¦s de que la rompiera; y tras doce meses sin cometer atentados en Espa?a. El ¨²ltimo fue en agosto de 2009, en Palma de Mallorca.
Pero sobre todo se produce en un momento de gran presi¨®n policial, judicial y pol¨ªtica, tanto en Espa?a como a nivel internacional.
Con los precedentes de treguas rotas por parte de ETA, no sorprende que el comunicado de ayer fuera recibido con recelo por el Gobierno vasco, los partidos y la sociedad, en contraste con el entusiasmo generado hace cuatro a?os. Tampoco que no llamara mucho la atenci¨®n su declaraci¨®n, ya que la izquierda abertzale ven¨ªa anunciando desde hace semanas una tregua en septiembre.
Sorprendi¨®, sin embargo, que el comunicado no recogiera la petici¨®n de declarar un alto el fuego m¨¢s comprometido, "permanente y verificable", tal y como le reclam¨® la pasada semana la izquierda abertzale a trav¨¦s de un texto conjunto con Eusko Alkartasuna y, en marzo, a trav¨¦s de sus apoyos internacionales irlandeses y surafricanos (los premios Nobel de la Paz John Hume, Mary Robinson, Desmond Tutu y Frederic Willem de Clerk; y por la Fundaci¨®n Nelson Mandela).
Este esquema, impulsado por el asesor sudafricano de la izquierda abertzale, Brian Currin, respond¨ªa al utilizado por el IRA en el ¨²ltimo alto el fuego, previo al proceso de final de la violencia en Irlanda del Norte.
Pero el alto el fuego proclamado ayer por ETA tiene otra peculiaridad importante respecto a procesos anteriores, como destac¨® ayer en un comunicado el propio Currin: su unilateralidad. ETA ha tomado la decisi¨®n sin haberse comprometido previamente con el Gobierno u otros partidos. En la ¨²ltima tregua, la de 2006, declar¨® el alto el fuego despu¨¦s de haber pactado algunos compromisos con el Ejecutivo socialista. La pen¨²ltima, la de Lizarra, en 1998, la declar¨® tras haber pactado previamente con el PNV y EA una actuaci¨®n com¨²n en la pol¨ªtica vasca.
En esta ocasi¨®n, la banda ha tomado la decisi¨®n unilateralmente, bajo la presi¨®n de la izquierda abertzale, y tras una situaci¨®n in¨¦dita de debilidad por el acoso sistem¨¢tico de la colaboraci¨®n internacional con las fuerzas de seguridad espa?olas, que desde que la organizaci¨®n rompi¨® su ¨²ltima tregua han desarticulado todas sus c¨²pulas y sus comandos m¨¢s operativos.
La izquierda abertzale evit¨® ayer pronunciarse sobre las carencias del comunicado y la falta de respuesta a su reclamaci¨®n de una tregua permanente y verificable por instancias internacionales que, a su juicio, hubiera otorgado una mayor credibilidad al anuncio.
Sus portavoces ayer -Tasio Erkizia, Agurne Barroso, Marina Pueyo y Txelui Moreno- pusieron el acento en los aspectos m¨¢s positivos del documento: su car¨¢cter unilateral y la ausencia de condiciones; adem¨¢s, llenaron el vac¨ªo dejado en el texto sobre el alcance del alto el fuego con un adjetivo, "indefinido", que ya utiliz¨® la organizaci¨®n terrorista en la tregua de Lizarra (1998).
ETA trata con esta declaraci¨®n de reafirmarse y aliviar la presi¨®n que ten¨ªa de la izquierda abertzale, necesitada de un alto el fuego para que su apuesta por los "medios pac¨ªficos y pol¨ªticos" gane credibilidad ante la sociedad. Pero a la banda tambi¨¦n le viene bien la declaraci¨®n de alto el fuego para ganar tiempo y aclarar sus posiciones internas, divididas entre quienes est¨¢n por el abandono definitivo de las armas y quienes se autoproclaman garantes de las reivindicaciones soberanistas.
Pero lo peculiar de esta tregua y lo que le diferencia de las anteriores no est¨¢ en el comunicado -visto como "insuficiente" por todos los partidos-, sino en el contexto en el que se produce, que es la exigencia de la izquierda abertzale para que ETA acabe. Ayer sus portavoces recalcaron el car¨¢cter "irreversible" de este nuevo alto el fuego.
Con esta declaraci¨®n, la izquierda abertzale culmina la primera parte de la nueva etapa que abri¨® con su declaraci¨®n de Alsasua de noviembre del a?o pasado, en la que proclam¨®, por vez primera, su apuesta por lograr sus fines soberanistas por "medios pac¨ªficos", y apost¨® por aplicar los principios Mitchell (el desarme verificado de las bandas armadas). La propuesta proced¨ªa de Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria y Rafael D¨ªez Usabiaga, escarmentados tras la ruptura de la ¨²ltima tregua de ETA, y conjurados para evitar que se repita la historia.
La aprobaci¨®n masiva de estos principios en un proceso de asambleas entre las bases, de noviembre a febrero de este a?o, supuso un espaldarazo a las tesis de los dirigentes de la izquierda abertzale que, a partir de ese momento, empezaron a reclamar a ETA que se atuviera, como parte de ese colectivo, a lo decidido por las bases.
A partir de ahora, la izquierda abertzale tratar¨¢ de consolidar el alto el fuego e iniciar¨¢ una campa?a para tratar de regresar a la vida pol¨ªtica e incluso presentarse a las elecciones municipales de 2011, al hilo de la situaci¨®n creada con el par¨®n de las acciones armadas de ETA.
Todo este proceso ha sido seguido con escepticismo por el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, tambi¨¦n muy escarmentado por el ¨²ltimo proceso frustrado de final dialogado del terrorismo; por el Gobierno vasco de Patxi L¨®pez; y por la mayor¨ªa de los partidos, incluidos los nacionalistas PNV y Aralar. Todos reaccionaron ayer con prudencia o gran recelo a la declaraci¨®n.
Se espera ahora a que sea ETA la que aclare el principal interrogante que ayer dej¨® su declaraci¨®n: si el alto el fuego se va a consolidar en un par¨®n definitivo, que es la condici¨®n que le ponen el Gobierno y los partidos para que resulte cre¨ªble.
En esta nueva etapa, la izquierda abertzale jugar¨¢ un papel importante para convencer a ETA de que d¨¦ ese paso definitivo o, en caso contrario, romper con ella.
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