Francesco Cossiga, un "irregular" pol¨ªtico
Con la muerte de Francesco Cossiga (fue el octavo presidente de la Rep¨²blica Italiana, el m¨¢s joven elegido en la primera votaci¨®n) desaparece una paradoja t¨ªpicamente italiana. Ten¨ªa cualidades que ning¨²n pol¨ªtico posee hoy: cultura (hist¨®rica, pol¨ªtica, internacional), gran amplitud de miras (entend¨ªa los cambios con gran antelaci¨®n), iron¨ªa y finura. En resumen, nada que ver con la rudeza de hoy de los dedos medio alzados, de la ostentaci¨®n de las escort (prostitutas) y de la obsesi¨®n por el dinero.
Diecis¨¦is licenciaturas, amigo de los catalanes y de los espa?oles, cultivador de la lengua alemana, enamorado del british style of life. Pero obligado a veces a dimitir y reelegido para cargos cada vez de mayor responsabilidad. Bromeando, me dec¨ªa: "Se ve que no sab¨ªan a qui¨¦n elegir".
En efecto, fue un "irregular" de la pol¨ªtica italiana, que nunca pudo ser enmarcado en ninguna "corriente", ni propia ni ajena. Fue ministro del Interior durante el secuestro de Aldo Moro: un tr¨¢gico fracaso del pa¨ªs a cuyo t¨¦rmino solo ¨¦l dimiti¨®. Hered¨® frecuentes depresiones y el vit¨ªligo [una enfermedad degenerativa de la piel]. Pero fue elegido presidente del Consejo. Fue obligado a dimitir porque se sospechaba que hab¨ªa avisado a su compa?ero de partido Donal Cattin de que su hijo Marco, terrorista, era buscado por el asesinato del juez milan¨¦s Alessandrini, propiciando as¨ª su fuga. Pero fue elegido presidente de la Rep¨²blica, cargo del que dimiti¨® con dos meses de antelaci¨®n, despu¨¦s de una furibunda campa?a para lograr su destituci¨®n, desencadenada precisamente por el PCI de Occhetto (Cossiga era primo de Berlinguer, secretario del PCI y sardo tambi¨¦n) debido a las revelaciones sobre Gladio, la estructura constituida por la OTAN en muchos pa¨ªses europeos con funci¨®n anticomunista y antisovi¨¦tica.
Se le denomin¨® "el demoledor" de las instituciones, pero sus feroces cr¨ªticas se dirig¨ªan contra su partido agonizante y contra el sistema pol¨ªtico italiano, que iba camino del suicidio por su egocentrismo y miop¨ªa. En realidad, ve¨ªa su agon¨ªa: los escombros del muro de Berl¨ªn estaban cayendo principalmente sobre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano, pero nadie los ve¨ªa. Tangentopoli hizo el resto.
Quiz¨¢ por una n¨¦mesis, fue ¨¦l precisamente quien llev¨® a cabo el proyecto de Aldo Moro de legitimaci¨®n del PCI (con un lenguaje muy prudente, Moro hablaba de "convergencias paralelas" y estrategia de atenci¨®n hacia el PCI). En 1998, una vez que Prodi cay¨® por mano de su mayor¨ªa, se pas¨®, con un pu?ado de diputados, del centro-derecha al centro-izquierda (los llam¨® "harapientos de Valmy") y consinti¨® que se eligiera como jefe del Gobierno a Massimo d'Alema. En un pa¨ªs en el que nadie hab¨ªa muerto, perdido la libertad o los bienes a causa de leyes sancionadas por una mayor¨ªa comunista (mientras que todo esto hab¨ªa ocurrido durante la dictadura fascista), esta legitimaci¨®n tuvo lugar con cinco a?os de retraso respecto a la que realiz¨® Berlusconi con los fascistas del MSI (reci¨¦n convertidos en AN).
?ramos muy buenos amigos. Cossiga se sent¨ªa responsable de mi despido de Radio24 (de Confindustria) por haber hablado de la "rudeza" con la que los industriales ped¨ªan la reforma del Estatuto de los Trabajadores. Cuando volv¨ª a la radio, dos a?os despu¨¦s, le llam¨¦ y le dije: "Presidente, est¨¢ claro que la primera retransmisi¨®n en directo ser¨¢ con usted". Y ¨¦l: "Santalmassi, ?quiere que le vuelvan a despedir?". Pero vino y se lo pas¨® muy bien. Hace dos a?os desde la ¨²ltima dimisi¨®n: tambi¨¦n de senador vitalicio. El 17 de agosto, de la vida.
Giancarlo Santalmassi es periodista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.