Sarkozy descarta quitar la nacionalidad a quienes practiquen la poligamia
Perder¨¢ la ciudadan¨ªa quien atente contra la vida de gendarmes y polic¨ªas
En una reuni¨®n celebrada ayer el presidente de la Rep¨²blica Francesa, Nicolas Sarkozy, acompa?ado de varios de sus ministros m¨¢s relevantes, zanj¨® un espinoso y pol¨¦mico asunto: si se debe o no retirar la nacionalidad a los franceses de origen extranjero y por qu¨¦. Sarkozy, envuelto en su particular cruzada por la seguridad ciudadana y la lucha contra lo que ¨¦l denomina la inmigraci¨®n ilegal -cuestiones a las que apela siempre que los sondeos cabecean hacia abajo-, ya anunci¨®, hace un mes, en Grenoble, que unos firmes candidatos a perder la nacionalidad eran aquellos que asesinaran polic¨ªas.
El ministro del Interior, Brice Hortefeux, era partidario de extender la medida a los franceses de origen extranjero que practicaran la poligamia y que se aprovecharan de ello a la hora de ara?ar ayudas estatales. Tambi¨¦n se especul¨® con la posibilidad de retirar la nacionalidad a menores condenados a prisi¨®n nacidos en Francia de padres no franceses.
La medida hasta ahora solo se aplicaba a los terroristas
Al t¨¦rmino de la reuni¨®n, un comunicado emitido por El El¨ªseo especific¨® que, mediante una enmienda gubernamental a la nueva Ley de Inmigraci¨®n que se debatir¨¢ en la Asamblea antes de finales del mes, podr¨¢n perder la nacionalidad todos aquellos franceses de origen extranjero que, en los 10 primeros a?os tras adquirir este t¨ªtulo, cometan un crimen "contra la vida de una autoridad p¨²blica, especialmente un polic¨ªa o un gendarme".
El ministro de Inmigraci¨®n, ?ric Besson, uno de los asistentes a la reuni¨®n -junto con Hortefeux y el primer ministro, Fran?ois Fillon-, explic¨® que retirar la nacionalidad a los pol¨ªgamos no contaba con todas las garant¨ªas legales y que era posible que el Consejo Constitucional, encargado de garantizar la constitucionalidad de las leyes francesas, rechazara la enmienda.
Con respecto a los menores, Besson dijo que, dada la "delicadeza" del asunto, Sarkozy y sus ministros decidieron que una comisi¨®n de expertos analice el tema. "Esto no quiere decir que se vaya para atr¨¢s o que se entierre el tema. Quiere decir, simplemente, que tocar el derecho de los nacidos en Francia merece un an¨¢lisis muy profundo".
Besson no quiso entrar en la lectura pol¨ªtica del asunto: el ministro Hortefeux, partidario de castigar la poligamia, sal¨ªa derrotado delante de Sarkozy frente a ¨¦l, que optaba solo por castigar a los asesinos de polic¨ªas. "No se trata de una l¨ªnea o de otra. Todos jugamos con la misma camiseta. Y todos estamos contra la poligamia. Pero, jur¨ªdicamente, era imposible despojar a alguien de la nacionalidad francesa por eso", dijo. Tambi¨¦n especific¨® que las penas previstas en el C¨®digo Penal contra la poligamia se endurecer¨¢n.
La cruzada de Hortefeux contra la poligamia comenz¨® hace meses, cuando una mujer de Nantes denunci¨® que un polic¨ªa le hab¨ªa multado por conducir con el niqab, prenda musulmana que tapa el rostro pero no los ojos. Hortefeux no tard¨® en denunciar a su vez que el marido de la mujer, franc¨¦s de origen argelino, viv¨ªa con varias esposas y se aprovechaba de varias subvenciones estatales.
La extensi¨®n de la retirada de la nacionalidad, hasta ahora prevista solo para terroristas, ha sido contestada por asociaciones de defensa de los derechos humanos, intelectuales y por los partidos de la oposici¨®n. La principal cr¨ªtica es que crea franceses de primera y de segunda divisi¨®n, que parecen quedar a prueba 10 a?os. Muchos recuerdan que la ley es inoperante desde el punto de vista pr¨¢ctico y que no disminuir¨¢ la delincuencia.
Tambi¨¦n en sus propias filas, el presidente de la Rep¨²blica se ha topado con personalidades contrarias a la enmienda: el ex primer ministro Alain Jupp¨¦, de la Uni¨®n para un Movimiento Popular, el partido de Sarkozy, aseguraba que las medidas "no iban a aportar gran cosa".
El escritor Tahar Ben Jelloum, con doble nacionalidad, escribi¨® hace unos d¨ªas en el diario Le Monde un art¨ªculo que empezaba as¨ª: "Soy marroqu¨ª y franc¨¦s desde 1991. Soy feliz por pertenecer a dos pa¨ªses, a dos culturas, a dos lenguas (....). Pero desde sus declaraciones en Grenoble sobre la posibilidad de despojar de la nacionalidad francesa a alguien que cometa un delito grave, siento mi parte francesa amenazada. Y no porque tenga la intenci¨®n de caer en la delincuencia (...), sino porque veo un ataque a una base fundamental del pa¨ªs y de la Constituci¨®n".
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