Europa ante Francia

Si el presidente de la Comisi¨®n Europea cree que con un lacrim¨®geno llamamiento a "no despertar los fantasmas del pasado", como el que ayer dirigi¨®, sin nombrarlo, al Gobierno franc¨¦s desde el Parlamento Europeo a prop¨®sito de la deportaci¨®n de gitanos, ha cumplido con sus obligaciones, es que Dur?o Barroso vive en la inopia. Su inane queja contrasta con la firmeza demostrada por su antecesor, Romano Prodi, frente al acceso del ultraderechista Haider al Gobierno austriaco. Y es tanto m¨¢s de lamentar en el a?o de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que se supon¨ªa crucial para el desarrollo de la UE y que contiene una Carta de Derechos Fundamentales plenamente constitucionalizada.

Si resulta mordaz que Par¨ªs se?ale la efem¨¦rides violando los derechos de la minor¨ªa gitana, todav¨ªa es peor que la Comisi¨®n, guardiana legal de los Tratados, reduzca esta obligaci¨®n a mera ret¨®rica. La reprimenda ayer a Francia del Parlamento Europeo, con la excepci¨®n del PP y apenas un centenar de diputados en los esca?os, no a?ade especial intensidad a la general indiferencia de las instituciones y los l¨ªderes de la UE por una situaci¨®n lacerante.

La expulsi¨®n de gitanos ordenada por Nicolas Sarkozy, m¨¢s de 8.000 en lo que va de a?o, adem¨¢s de atentar contra la Constituci¨®n francesa violenta media docena de art¨ªculos de la nueva Carta europea de derechos. Muy directamente el 19, por el cual "se proh¨ªben las expulsiones colectivas"; el 22, que ordena respetar la "diversidad cultural"; y el 45, que defiende el "derecho a la libre circulaci¨®n y residencia". La Carta no obliga ¨²nicamente a las instituciones comunitarias, sino tambi¨¦n "a los Estados miembros cuando apliquen el derecho de la Uni¨®n".

La libre circulaci¨®n de los gitanos no es un privilegio susceptible de otorgarse o denegarse seg¨²n los caprichos de un dirigente, sino puro derecho com¨²n. El Ejecutivo comunitario viene obligado, pues, a abrir una aut¨¦ntica investigaci¨®n sobre la actuaci¨®n francesa; y a adoptar las medidas pertinentes. El Gobierno de Francia es responsable de atentar contra su propia ley, hundir el prestigio de su historia como pa¨ªs palad¨ªn de las libertades y de crear falsos culpables en esta coyuntura de crisis. La Comisi¨®n de Bruselas solo es un vulgar c¨®mplice. Sucede, sin embargo, que esta act¨²a no solo en nombre de los franceses, sino tambi¨¦n de todos los europeos. En nuestro nombre.