La dulce convivencia del papel y el bit
No parece probable que el tebeo de toda la vida -en papel y con olor a tinta reci¨¦n impresa- pueda desaparecer, pero es evidente que la aparici¨®n de dispositivos como el iPad y similares, que permiten una experiencia de lectura bastante pr¨®xima a la obtenida con el papel, impactar¨¢ notablemente en las costumbres lectoras de los aficionados al c¨®mic. Un cambio de h¨¢bitos que se traducir¨¢ en una transformaci¨®n mucho m¨¢s profunda de los modelos de consumo y negocio tradicionales asociados al c¨®mic. Si bien el c¨®mic en papel perdurar¨¢, parece razonable pensar que aquellas formas m¨¢s populares, basadas en entregas peri¨®dicas como el comic-book americano o el manga, ser¨¢n las m¨¢s afectadas por los nuevos formatos. Una realidad a la que las editoriales m¨¢s importantes del sector se est¨¢n adelantando, intentando situarse en el futuro mercado de venta de c¨®mics en formato digital. Las americanas Marvel, DC o Image ya disponen de aplicaciones para el iPhone o iPad que permiten descargarse los c¨®mics a un precio ligeramente m¨¢s barato que sus equivalentes en papel, pero todav¨ªa centrando su modelo de negocio en el antiguo concepto de compra de una unidad f¨ªsica, pese a la realidad digital.
Sin embargo, las posibilidades del c¨®mic digital abren un impresionante abanico de nuevas ideas. Izneo (www.izneo.com), el portal digital formado por la gran mayor¨ªa de grandes editoriales francesas, propone como alternativa (a un precio, eso s¨ª, muy inferior al de la versi¨®n impresa), la opci¨®n del alquiler: por 1,99 euros es posible leer un c¨®mic durante 10 d¨ªas, retomando en cierta manera aquella costumbre de las tiendas de cambio y alquiler de tebeos o novelitas que se prodigaban hace d¨¦cadas en nuestro pa¨ªs. Desaparecido el objeto f¨ªsico, la pulsi¨®n coleccionista que acompa?a a mucho aficionado ser¨¢ posiblemente alimentada con cuidadas ediciones de lujo en papel, pero ya no tendr¨¢ esa componente acumulativa que caracteriza al coleccionista. Al igual que ocurre en m¨²sica o cine, es probable que aparezcan portales que ofrezcan acceso a ingentes bibliotecas de c¨®mics por peque?as cuotas mensuales que hagan in¨²til almacenar decenas de miles de tebeos en casa.
Cambios que afectar¨¢n tambi¨¦n a los autores y su relaci¨®n con la editorial, donde ya hay ejemplos de iniciativas originales y novedosas: Sandwave (www.sandwave.com), en Francia, propone que los autores ofrezcan proyectos a los lectores y que sean estos los que se involucren en la producci¨®n de los ¨¢lbumes, invirtiendo en las futuras obras no ya como lector, sino como accionista de las posibles ganancias. Por su parte, el portal Amusedom (www.amusedom.com), impulsado desde Estados Unidos por el dibujante espa?ol Pepe Moreno, propone un sistema de autoedici¨®n y promoci¨®n basado en las redes sociales que busca tanto la venta como la difusi¨®n y el intercambio de ideas entre lectores, autores y todas las industrias colaterales, desde el cine al merchandising.
Un futuro donde papel y bites convivir¨¢n para dar al lector infinitas posibilidades para leer sus c¨®mics de siempre. O lo que venga.
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