La figura de Hillary Clinton se agranda ante el declive de Obama

Mientras Barack Obama libra una batalla pol¨ªtica interna por la supervivencia y el brillo de su figura se apaga, Hillary Clinton pronunci¨® el mi¨¦rcoles en Washington el mejor discurso de su carrera como secretaria de Estado, quiz¨¢ uno de los mejores discursos que se ha escuchado antes a cualquier miembro de esta Administraci¨®n. La coincidencia obliga a pensar en los rumbos tan distintos que han tomado estos dos personajes que pelearon despiadadamente en 2007 y 2008 por la nominaci¨®n dem¨®crata: a la baja el presidente, al alza la que pudo llegar a serlo.

El discurso, pronunciado ante el Council of Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores, un prestigioso think-tank), constituye en s¨ª mismo una gran reflexi¨®n sobre el momento por el que atraviesa el mundo y el papel que Estados Unidos juega en esta situaci¨®n. Clinton no escap¨® de temas tan pol¨¦micos como Ir¨¢n o la semejanza entre la crisis que vive actualmente M¨¦xico con la que Colombia soport¨® en a?os anteriores, lo que ha provocado una fuerte reacci¨®n de las autoridades mexicanas.

"El mundo exige un nuevo 'momento americano", dice la jefa de la diplomacia

Compara la violencia de M¨¦xico con la de Colombia en los ochenta

Pero el impacto del discurso, m¨¢s que a lo que dijo, obedece a la comparaci¨®n con Obama; tanto con lo que Obama ha declarado antes sobre pol¨ªtica exterior como con la credibilidad actual de ambos pol¨ªticos.

Clinton destac¨® el papel de liderazgo que Estados Unidos ocupa en el mundo. "Estados Unidos puede, debe y ser¨¢ el l¨ªder de este nuevo siglo", afirm¨®. "Las complejidades y conexiones del mundo actual exigen un nuevo momento americano, un momento que debemos de ocupar para sentar las bases de un duradero liderazgo norteamericano en las d¨¦cadas futuras", a?adi¨®.

El presidente ha destacado, obviamente, en otras ocasiones la necesidad un liderazgo norteamericano, pero el ¨¦nfasis de sus discursos fue puesto m¨¢s en la aceptaci¨®n de un mundo con m¨²ltiples centros de poder que en la excepcionalidad del papel de Estados Unidos. "Este ya no es un mundo en el que Stalin, Churchill y Roosevelt se re¨²nen para decidirlo todo", dijo en 2009 en Londres, en su primer viaje al extranjero. "Mi Administraci¨®n trabaja para establecer una nueva era de compromiso en el que todas las naciones asuman responsabilidades", declar¨® tras la concesi¨®n del premio Nobel de la Paz.

Unas y otras no tienen por qu¨¦ ser posiciones contradictorias. Clinton, de hecho, cit¨® a Obama en su discurso del mi¨¦rcoles. Pero cit¨® tambi¨¦n a Dean Acheson, un secretario de Estado de Harry Truman famoso, entre otras cosas, por haber convencido al presidente de la necesidad de enviar tropas a Corea. "La habilidad de conseguir el apoyo de los otros es tan importante como la capacidad para obtenerlo por la fuerza", dijo Clinton en palabras de Acheson.

La secretaria de Estado aludi¨® a la vigencia de la "vieja diplomacia" y advirti¨® que, aunque no se trata de actuar de forma unilateral, "Estados Unidos tiene los medios y la resoluci¨®n para movilizar los esfuerzos compartidos que se requieren para resolver los problemas a escala mundial, en defensa de nuestros intereses y como una fuerza para el progreso".

Las palabras de Clinton han merecido el aplauso de algunos comentaristas conservadores, que han dejado de utilizar a la esposa del ex presidente como blanco principal de sus ataques desde que es Obama el que goza de ese privilegio.

Su buen trabajo en la Secretar¨ªa de Estado es elogiado, no obstante, por analistas de todas las tendencias. En estos momentos es, sin duda, el m¨¢s destacado y exitoso de los asesores de Obama. Los miembros del equipo econ¨®mico sufren la impopularidad que los malos resultados permiten deducir. El secretario de Defensa, Robert Gates, es el hombre eficaz, disciplinado y gris que siempre se supo que ser¨ªa. S¨®lo Clinton est¨¢ por encima del resto.

Tan por encima que la duda, en este punto, es la de si no estar¨¢ tambi¨¦n por encima de Obama. Ya se ha empezado a especular con su candidatura en 2012 o en 2016. Prudente y brillante al mismo tiempo, Clinton ha sabido mantenerse fiel al presidente sin renunciar a ninguna oportunidad de mostrar su autoridad. La pr¨®xima semana regresar¨¢ a Oriente Pr¨®ximo para sumarse a las conversaciones de paz. Mientras tanto, Obama se consume en una guerra sucia contra el Tea Party.