Jos¨¦ Luis Brea, pensador generoso y rizom¨¢tico
La lectura, ahora hace una semana, de Los ¨²ltimos d¨ªas, el que ser¨ªa el pen¨²ltimo art¨ªculo de Jos¨¦ Luis Brea, profesor titular de Est¨¦tica y Teor¨ªa del Arte Contempor¨¢neo en la Universidad Carlos III de Madrid, en la revista online por ¨¦l creada ::salonKritik:: a m¨¢s de uno nos caus¨® una profunda inquietud y desasosiego. El art¨ªculo, ciertamente, no era ni un adi¨®s ni un apunte autobiogr¨¢fico, sino la reproducci¨®n ¨ªntegra del texto que sirvi¨® de argumento te¨®rico a la exposici¨®n del mismo nombre que Brea present¨® en la aur¨¢tica Sevilla de 1992, el Brea que en aquellos a?os lideraba el fin de la era del entusiasmo y la llegada de las "auras fr¨ªas".
El art¨ªculo no era una despedida, pero su subliminalidad no dejaba resquicio a la duda. Todos los que conoc¨ªamos a Jos¨¦ Luis sab¨ªamos de su enfermedad, aunque no pod¨ªamos imaginar que estaba viviendo sus ¨²ltimos d¨ªas. Falleci¨® el 2 de septiembre a los 53 a?os.
Fue pionero al abordar la mutaci¨®n de la cultura en la era electr¨®nica
El art¨ªculo en cuesti¨®n se publicaba en la secci¨®n Pensamiento libre, secci¨®n que define la iluminadora y vers¨¢til aportaci¨®n de Brea al discurso te¨®rico y cr¨ªtico de las ¨²ltimas d¨¦cadas: un pensamiento libre y rizom¨¢tico que tanto informaba de ensayos de car¨¢cter acad¨¦mico como El tercer umbral. Estatuto de las pr¨¢cticas art¨ªsticas en la era del capitalismo cultural (Premio Espa¨ªs a la Cr¨ªtica de Arte, 2003) o su ya ¨²ltimo libro, Las tres eras de la imagen: Imagen-materia, film, e-image (2010), como de ejercicios de literatura cr¨ªtica, sea el caso de Las auras fr¨ªas (finalista Anagrama de ensayo, 1990) o La era posmedia (2002).
A partir de fil¨®sofos de cabecera como Deleuze o Nietzsche, Brea se mov¨ªa a gusto en las estructuras reticulares siempre en permanente fluir. Solo a partir de tales registros se pueden entender algunos de sus textos publicados en la revista por ¨¦l dirigida Estudios Visuales (siete n¨²meros desde 2003 hasta 2010), que supuso la llegada a nuestro pa¨ªs del pensamiento de los visual studies.
Brea cre¨® un cuerpo de pensamiento interesado por la universalidad del conocimiento y las nuevas humanidades y por la intersecci¨®n entre arte, ciencia y tecnolog¨ªa que, entre otras publicaciones, se plasm¨® en el texto Estudios Visuales. La epistemolog¨ªa de la visualidad en la era de la globalizaci¨®n (2005), iniciador de la colecci¨®n que dirig¨ªa en la editorial Akal. Fue, asimismo, uno de los pioneros, tanto a trav¨¦s de la creaci¨®n de websites de arte como aleph, de revistas como artes.zin, de proyectos como la exposici¨®n online La conquista de la ubicuidad (2003) o de textos como cultura_RAM (2007), en abordar la compleja mutaci¨®n de la cultura en la era de la distribuci¨®n electr¨®nica.
En ning¨²n momento de su trayectoria Brea fue un pensador acomodaticio al sistema y no ahorr¨® penetrantes, casi heroicas, cr¨ªticas a ciertas pol¨ªticas muse¨ªsticas e institucionales que lo convirtieron en un personaje inc¨®modo y por las que fue objeto de incomprensiones e injustos olvidos. Pero, sobre todo, practic¨® aquello poco com¨²n en nuestra profesi¨®n: la generosidad... y no ¨²nicamente la de amigo a amigo, de colega a colega, sino la m¨¢s dif¨ªcil: la generosidad cient¨ªfica. Solo hay que consultar su p¨¢gina web (www.joseluisbrea.net) para constatar que todo o casi toda su obra est¨¢ en software libre al alcance de un lector global.
Y ello sin dejar de espolear lo que denominaba "econom¨ªa de afectividad": la geograf¨ªa de los afectos, la afectividad precisa y cristalogr¨¢fica. Es precisamente esta met¨¢fora de lo mineral la que late cr¨ªpticamente en su ¨²ltimo art¨ªculo en ::salonKritik::, art¨ªculo que por voluntad del autor solo pod¨ªa ser publicado y le¨ªdo despu¨¦s de su muerte: me refiero al ensayo Mineralidad absoluta (el cristal se venga) en el que bajo el dictado de Nietzsche camufla el v¨¦rtigo de una muerte inminente en la figura del "cristal", el nivel m¨¢s puro de la materia como dec¨ªa el fil¨®sofo alem¨¢n para referirse al hecho que nuestro destino no era otro que el reino mineral.
Con una valent¨ªa y un coraje absolutos, Brea nos hace part¨ªcipes de la conciencia de un tiempo ¨²ltimo, sin regreso, de una vida en su fuga definitiva, en la que la materialidad absoluta m¨¢s que la negra noche de un agujero en el centro de la materia es n¨²cleo desde el que afloran la luz, los puntos interconectados, las chispas "sin¨¢pticas" o transmisoras que nos llevan hacia lo imprevisible: el destino final. Descansa en paz, siempre amigo.
Anna Maria Guasch es profesora de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona y cr¨ªtica de arte.
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