La 'rentr¨¦e': modelo para armar
M¨¢s all¨¢ del 11 de septiembre -bienvenidos a la fiesta sagrada, d¨ªa cumbre del Tea Party del nacionalcatalanismo sentimental- el futuro inmediato garantiza l¨ªo y vacile. Nos esperan elecciones catalanas -tan importantes "que marcar¨¢n a una generaci¨®n", seg¨²n el presidente Montilla-, precedidas de una huelga general obvia y arriesgada, todo ello combinado con la presunta discusi¨®n de unos presupuestos generales que confirmar¨¢n que venimos a menos porque, como se argumentar¨¢ debidamente, aspiramos a m¨¢s. As¨ª, el despido y los 4,5 millones de parados ser¨¢n, una vez m¨¢s, la firme garant¨ªa para que todo siga igual aunque Catalu?a acepte o rechace la independencia o la colaboraci¨®n con Espa?a.
La tecnolog¨ªa, o la informaci¨®n, en bruto, sin criterio, no es nada. Incluso puede ser un estorbo al conocimiento
Todo eso se acompa?ar¨¢ de esl¨®ganes, arengas, soflamas, visitas sonadas -en las que Zapatero, en espera de que llegue Obama, y el Papa se fotografiar¨¢n con Montilla, mientras Mas buscar¨¢ en Jordi Pujol su icono milagro- y, obviamente, especulaciones de variado calibre. Entre estas ¨²ltimas las preferidas ser¨¢n: uno, la de una crisis amplia del Gobierno socialista espa?ol y, dos, la que a?ade a elecciones municipales (y auton¨®micas, que a¨²n estamos en Espa?a) las elecciones generales. Con ello ya tenemos el puesto del se?or Zapatero en juego y al pa¨ªs patas arriba; nada nuevo. ?Qui¨¦n dijo que la vida era rutinaria? La posmodernidad decadente es pura excitaci¨®n, expectaci¨®n, fragmentaci¨®n, incertidumbre y disoluci¨®n en el caos. Todo ello sin contar con la crisis econ¨®mica, cuyo fantasma va y viene, es el traje a medida de la coyuntura.
El panorama se completa con la agenda secreta electoral que marcan los casos Millet y Pretoria, entre otras cuestiones no menos turbias. ?Qui¨¦n habla de racismo? La exclusi¨®n o la inclusi¨®n social de personas de todo tipo -cada d¨ªa se parecen m¨¢s los inmigrantes a los parados- estar¨¢ en el centro de una realidad en la que el reparto del bienestar logrado entre todos lo hace un pu?ado de taca?os y de ineptos.
Ineptos, adem¨¢s de insensatos, son, sobre todo, aquellos que lo saben todo. Un catedr¨¢tico barcelon¨¦s, experto en supercomputaci¨®n (sic) proclama, por ejemplo, que "Internet es un derecho universal" (v¨¦ase La Vanguardia del pasado 8 de septiembre). Tras comparar sus beneficios con los de la electricidad -ignora el valor de lo que la red transmite, o sea, los contenidos- asegura que, gracias al masivo acceso a Internet, Finlandia se lleva el liderazgo en el sector educativo. Maravilloso, ?no? ?La inclusi¨®n en Internet solucionar¨¢ el racismo y la exclusi¨®n social, y har¨¢ sabios a nuestros ni?os?
Tal doctrina parecen compartirla, en esta descoyuntada rentr¨¦e, nuestras autoridades pol¨ªticas y acad¨¦micas. As¨ª, en Catalu?a se asegura que hay miles de ni?os entusiasmados por el milagro que obrar¨¢ en sus inteligencias y conocimientos el cambiar libros de texto -y hasta profesores- por el ordenador. ?viva la ultramodernidad!, ?yo aprendo s¨®lo con mi ordenador derecho humano! Qu¨¦ bonita es la ingenuidad radical. "La informaci¨®n, como la tecnolog¨ªa, solo es ¨²til gracias a los conocimientos y a las competencias que permiten utilizarla adecuadamente", escribe, sin aspavientos, el profesor Christensen, del departamento de medios e informaci¨®n de la Universidad de Upsala (Suecia) (Le Monde Diplomatique, septiembre de 2010) a prop¨®sito de las decenas de miles de documentos vertidos por Wikileaks en la red. La tecnolog¨ªa, o la informaci¨®n, en bruto o en avalancha, sin criterio y sin preparaci¨®n, no es nada. Incluso puede ser un estorbo al desarrollo del conocimiento humano.
En el polo opuesto, el hito de este oto?o es un libro singular en el que un sabio que tambi¨¦n es artista descompone su vida, "un rompecabezas", y la reconstruye de nuevo para entenderla: "Reordeno las piezas del rompecabezas para sentirme libre. Pinto mi autorretrato para sentirme libre. Libre por primera vez, ni m¨¢s ni menos". En contra del frenes¨ª que impera en nuestra superficie contempor¨¢nea, Rafael Argullol, provocador y profeta de anhelos latentes en nuestra desconcertada colectividad, ha escrito, a mano, un libro, Visi¨®n desde el fondo del mar (Acantilado), que es un canto a la inteligencia humana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.