El Lliure ultima su vuelta a casa
El teatro muestra su sede hist¨®rica de Gr¨¤cia que reabre remozada el d¨ªa 30
Milagro en Gr¨¤cia. Resucita el viejo Lliure. Antoni Dalmau, presidente de la fundaci¨®n Teatre Lliure, emple¨® ayer en una visita previa a la inauguraci¨®n oficial (el d¨ªa 30, con Gata sobre teulada de zinc calenta, de Tennessee Williams) hasta tres veces la palabra magia; parec¨ªa Joan Font. Frederic Amat, tan unido a la memoria del teatro, recalc¨® que hay lugares "tocados por los dioses", como este. Muntsa Alca?iz, que fue una de las actrices que la inauguraron en 1976, no acert¨® a describir ahora, demasiado conmovida, sus emociones ante la inminente reapertura de la sede hist¨®rica del teatro, en la que vuelve a actuar. El iluminador Xavi Clot, otro compa?ero miembro del disco duro del Lliure, mostraba ilusionado las nuevas hechuras de la casa. Hay un v¨¦rtigo. Es raro ver que ya no est¨¢ el cuarto de los espejos, aquel espacio abigarrado donde cos¨ªa el mago Fabi¨¤ Puigserver, ni los viejos vestuarios, ni el piano de cola, ni, en la sala por lo dem¨¢s tan parecida, el balc¨®n. Guillem-Jordi Graells no pod¨ªa esconder que a?oraba los antiguos despachos y aquella escalera crujiente de madera. Pero el nuevo Lliure de Gr¨¤cia luce bien, moderno, muy de tono gris, algo fr¨ªo quiz¨¢ (habr¨¢ que verlo funcionando y con p¨²blico); ya seguro y mucho m¨¢s c¨®modo para los que en ¨¦l han de trabajar. Dalmau y Clot recalcaban la importancia de contar con montacargas directo a la sala, y el telar ya no es aquel enrejado peque?o, sino el dispositivo que Dios manda.
El que fuera uno de los espacios emblem¨¢ticos e inolvidables del teatro, la escalera de acceso a la sala (cu¨¢ntos ratos de cola y espera expectante) lo ha marcado Amat con una intervenci¨®n radical: una especie de lluvia de sangre mural, con gotas de cer¨¢mica, que puede ser -se ha se?alado-, una ofrenda dionisiaca (vino y no hemoglobina) o el rojo tel¨®n que se diluye. La referencia a Macbeth, sin embargo, parece insoslayable.
As¨ª que el Lliure ya tiene lista su sede hist¨®rica. "Siempre supimos que no renunciar¨ªamos a ella, a nuestras ra¨ªces, a donde naci¨® todo", dijo ayer Dalmau. ?lex Rigola, director del Lliure, lo reabrir¨¢ con su Gata. "Yo lo cerr¨¦ y no quer¨ªa cargar con eso", dijo recordando que fue bajo su mandato que se ech¨® la persiana por cuestiones de seguridad. Recalc¨® que ha costado mucho convencer a las instituciones, y agradeci¨® especialmente al Ayuntamiento su aportaci¨®n extraordinaria de 1,4 millones (en total ha costado 3,5). Amat evoc¨® a Puigserver y rememor¨® que aquel, como un MacArthur de Arden, ya lo anunci¨®: "Volveremos".
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