Suave transici¨®n
ABAC, en Barcelona, con la cocina de su nuevo chef, el joven Jordi Cruz
No sin cierto morbo, el pasado mes de mayo, tras la salida del gran cocinero Xavier Pellicer (alumno dilecto de Santi Santamar¨ªa que a?os atr¨¢s ejerci¨® en Can Fabes como primer jefe de cocina), el joven Jordi Cruz se hac¨ªa cargo de Abac, restaurante situado en el hotel del mismo nombre, en la parte alta de Barcelona. A partir de ese momento, sobre este explosivo y medi¨¢tico cocinero catal¨¢n, que a sus 32 a?os acumula numerosos galardones (cocinero del a?o 2006 y asesor gastron¨®mico del AVE Madrid-Barcelona durante 2009), ha reca¨ªdo una responsabilidad de mucho peso: mantener las dos estrellas Michelin que Pellicer dej¨® en este local a modo de legado y, al mismo tiempo, hacer compatible su nuevo trabajo con la gesti¨®n de L'Angle, el restaurante que tambi¨¦n dirige en Sant Fruit¨®s de Bages, junto a la Fundaci¨®n Alicia (Alimentaci¨®n y Ciencia), galardonado con una estrella. Empe?o dif¨ªcil trat¨¢ndose de dos locales situados a casi 100 kil¨®metros de distancia.
ABAC
Direcci¨®nAvenida del Tibidabo, 1. Tel¨¦fono: 933 19 66 00. Web: www.abacbarcelona.com. Cierra: domingos y lunes. Precios: entre 130 y 160 euros por persona. Men¨² Abac, 125 euros. Men¨² gran Abac, 145 euros. Gambas a la brasa en dos servicios, 33. Vieira con alcachofas y naranjas confitadas, 39. Foie-gras asado con peras al cardamomo, 40. Texturas de chocolate, regaliz, caf¨¦ y toffee, 14.
Con la agudeza que le caracteriza, Cruz ha querido realizar en la ciudad una transici¨®n suave. "En L'Angle, por donde desfilan cocineros y cient¨ªficos internacionales, practicamos una cocina de t¨¦cnicas avanzadas", asegura. "En Abac, tradici¨®n y modernidad caminan de la mano para adaptarnos a los gustos de nuestra clientela". Prop¨®sito que no siempre consigue porque con el respaldo de sus m¨²ltiples conocimientos pone en pie platos efectistas de est¨¦tica a veces demasiado abigarrada, con los que asume algunos riesgos creativos. Composiciones, eso s¨ª, en las que respeta las materias primas.
Gambas rojas a la brasa
Despu¨¦s de un gracioso aperitivo servido en copa de martini con b¨ªter, naranjas, cerezas y yuzu (c¨ªtrico japon¨¦s), llega un entrante armonioso compuesto por crema de patata con panceta de ib¨¦ricos y ruqueta. Bastante m¨¢s divertidas resultan las gambas rojas a la brasa, que se presentan sobre minibarbacoas de sala con puerros asados, patatas en suquet y una salsa romesco introducida en un tubo de pasta de dientes. Y como guarnici¨®n l¨ªquida, consom¨¦ de gambas infusionadas con trompetas de la muerte. Conjunto barroco al que le sobran cosas.
El estilo mejora con los tacos de bogavante con lima k¨¦fir y chufa, a pesar de que al crust¨¢ceo no le beneficia un sorbete de coco demasiado dulce. Lo que no se le puede reprochar a Cruz es que no sepa manejar los aderezos, ¨¢cidos, agridulces y amargos. Como primer ejemplo vale la receta de vieira con alcachofas, crema de ra¨ªz de apio, rebozuelos y perlitas de salsa de soja, aderezos que dignifican la aburrida insipidez de este molusco. Es suculento el foie-gras asado con ma¨ªz sobre brioche a la mantequilla, con hinojo al regaliz, y m¨¢s que convincente el lenguado con pur¨¦ de calabac¨ªn, crema de ostras, alga codium y brotes vegetales al aceite de naranja.
El ¨²nico desajuste del men¨² se aprecia en la pintada con cigalas con trozos de tend¨®n de ternera y tomate confitado sobre caldo de verduras asadas, un mar y monta?a forzado en el que los ingredientes est¨¢n disociados.
Los postres (agua de gazpacho con melocot¨®n y fresas, espumoso de an¨ªs con sorbete de moras), que aportan notas c¨ªtricas y sensaciones dulces y saladas, alcanzan un nivel equiparable. Igual que el servicio, que est¨¢ a la altura del ambiente del lugar y de su elevado nivel de precios.
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