Tropezando en la misma piedra

Durante los ¨²ltimos 16 a?os, los socialistas alicantinos se han especializado en perder elecciones, un asunto en el que han alcanzado un virtuosismo que todo el mundo les reconoce. Ante la cita electoral que se avecina, todo indica que no est¨¢n dispuestos a desaprovechar otra oportunidad de demostrar sus dotes. Si hemos de juzgarlos por el espect¨¢culo ofrecido durante las pasadas semanas, habr¨¢ que admitir que los actores est¨¢n en plena forma. En cuanto Fern¨¢ndez Valenzuela se ha postulado como candidato a la alcald¨ªa de Alicante, el partido ha iniciado una fren¨¦tica carrera para buscarle opositor. Ni un minuto se ha perdido en analizar la postura de Valenzuela, o en discutir sus ideas: se ha actuado con la visceralidad del que pretende defender su territorio. En cuatro d¨ªas, los socialistas han propuesto la candidatura a todo el que pasaba por delante de su puerta, de una manera tan apresurada como irreflexiva. Cuando las personas consultadas han declinado la oferta -con un innegable sentido com¨²n-, no ha quedado otro remedio que acudir a una militante disciplinada.

Se ha dicho que los problemas del socialismo alicantino son consecuencia de las diferentes familias que se reparten el poder en la agrupaci¨®n. Es probable que sea as¨ª. En cualquier caso, el socialismo alicantino no ha producido una figura de instinto pol¨ªtico en los ¨²ltimos veinte a?os. Para encontrar un individuo con esas cualidades, deber¨ªamos remontarnos a ?ngel Luna y, m¨¢s atr¨¢s, a Antonio Fern¨¢ndez Valenzuela. Durante ese largo periodo, en el que han enhebrado una derrota tras otra, los socialistas alicantinos han producido hombres voluntariosos pero grises, que en ning¨²n momento han logrado una proyecci¨®n p¨²blica. Si esto es consecuencia del efecto laminador que ejerce el aparato o de la falta de consistencia de los propios aspirantes, no sabr¨ªa decirlo.

El caso de Roque Moreno es ilustrativo de cuanto decimos. Moreno es un hombre serio, voluntarioso. Quienes le conocen, aseguran que es trabajador. Su labor en la agrupaci¨®n local ha sido reconocida por todo el mundo, incluidos sus opositores, que reconocen que Moreno ha hecho un buen trabajo. En el Ayuntamiento, Moreno ha tratado de hacer una oposici¨®n met¨®dica, sistem¨¢tica, como corresponde a su car¨¢cter. Toda esta tarea, sin embargo, apenas ha tenido eco en la opini¨®n p¨²blica, que la ha visto con indiferencia. Mientras Sonia Castedo revienta las p¨¢ginas de Facebook, Moreno contin¨²a siendo un desconocido para la inmensa mayor¨ªa de los alicantinos. Por desgracia, carece de esa cualidad tan necesaria al l¨ªder de hoy que es la visibilidad, sin la que el camino del ¨¦xito pol¨ªtico est¨¢ cerrado.

Entre el partido y la sociedad, el hombre del aparato -si sabe lo que le conviene, y suele saberlo- se inclinar¨¢ siempre por el partido. Esa es una de las razones por la que los candidatos socialistas a la alcald¨ªa de Alicante han sido tradicionalmente personas sin carisma o sin ambici¨®n. No eran candidatos naturales, sino el resultado de una correlaci¨®n de fuerzas; no respond¨ªan a las necesidades de la sociedad alicantina, sino a las exigencias de la agrupaci¨®n. Al d¨ªa de hoy, las cosas no han cambiado. Puestos en la disyuntiva de elegir entre un pol¨ªtico como Fern¨¢ndez Valenzuela o un funcionario del aparato, como Mart¨ªn, todo indica que los miembros del partido se inclinar¨¢n por Mart¨ªn. Les va en ello la supervivencia.