El precio de la excelencia

No hay respiro para la parroquia deportiva, que encuentra emociones cada jornada reh¨¦n de alguna parab¨®lica que le permita frotarse los ojos ante el H¨¦rcules, bostezar en el estreno de Mourinho en Chamart¨ªn, escuchar a Florentino P¨¦rez en su particular¨ªsimo dow jones futbol¨ªstico, ver a los tifosi rendidos ante Fernando Alonso, contemplar el fascinante paraje de los Lagos de Covadonga, deleitarsecon la plasticidad de Kevin Jordan Durant y bajar el tel¨®n con una leyenda de 24 a?os como Rafa Nadal. El espectacular momento del deporte espa?ol ha elevado el nivel de exigencia, hoy solo hay hueco para las excelencias. Ni una selecci¨®n tan brillante como la de baloncesto est¨¢ ya a salvo. Solo el Bar?a es una excepci¨®n moment¨¢nea. Pese a su batacazo ante el H¨¦rcules y la victoria del Madrid, la respuesta de las hinchadas fue sintom¨¢tica. El Bar?a, por t¨ªtulos y estilo recientes, a¨²n no precisa disculparse ante sus aficionados, que admiten, por ahora, una cantada. Solo por ahora.

En Madrid, Mourinho ya sabe cu¨¢l es el eco universal de su club, una instituci¨®n tridimensional. En Chamart¨ªn hay urgencias y la gente ha perdido la paciencia, no parece dispuesta a perdonar una m¨¢s. Le dijeron que Cristiano y Kak¨¢ eran los mejores, y de nuevo la mismo cantinela sobre Mourinho. Ayer lo repiti¨® el presidente: "Mourinho es el mejor t¨¦cnico del mundo". Nada nuevo, ya lo dice el propio Mou. Lo mejor, un concepto resbaladizo del que abusa Florentino P¨¦rez en su hoja de ruta hacia la excelencia. Sea o no lo mejor, el p¨²blico quiere triunfos y diversi¨®n. ?Lo mejor? Siendo Mourinho un excelente entrenador, que lo es, ?es superior a Del Bosque o Guardiola, por citar dos ejemplos? No siempre lo que parece lo mejor es lo m¨¢s conveniente y Mourinho, un tipo inteligente, ya sabe desde el s¨¢bado que no basta con un curr¨ªculo solo repleto de resultados. El portugu¨¦s, al que no le asustan los retos, tiene mayor respaldo medi¨¢tico que su predecesor. Alrededor de Pellegrini se indujo al hast¨ªo desde la pretemporada, pero el chileno firm¨® 96 puntos, algunos partidos notables y mantuvo el gancho con el m¨¢s duro adversario que jam¨¢s haya tenido el Madrid en el paisaje espa?ol. Ante Osasuna, Mou hizo un gui?o al gusto espa?ol (de otro paladar al de San Siro o Stamford Bridge) con una alineaci¨®n resultona. Fue un tost¨®n, m¨¢s de lo mismo, una funci¨®n mil veces vista en los ¨²ltimos cursos. El equipo tiene largo recorrido y una gran plantilla, pero no puede instalarse otra vez en el mero resultadismo. Esa es la grandeza del Real Madrid. Bien lo sabe Florentino P¨¦rez, que por el momento solo puede esgrimir ante los compromisarios que con ¨¦l el club ha ganado estabilidad social y poder¨ªo econ¨®mico. Tiene toda la raz¨®n. Como el deporte no es una ecuaci¨®n exacta, resulta que el subcampe¨®n de Liga, cortado en octavos de la Champions y desterrado de la Copa por el Alcorc¨®n bati¨® el r¨¦cord de ingresos de un club: 442,3 millones. Como el Madrid tiene lo mejor, su plantilla es 42 millones m¨¢s cara que la del Bar?a (seg¨²n un estupendo reportaje en As). Mou, sea o no el mejor, tiene m¨¢s conocimientos que tiempo. El club tiene caja. Un proverbio: "Con el dinero te compras la cama, no los sue?os".