Supertramp descafeinado
Lo que queda de banda rememora ¨¦xitos pegadizos en A Coru?a
Hay rupturas que nunca se superan. Ni siquiera con el paso del tiempo o la fortaleza de ¨¦xitos musicales pegadizos de los a?os setenta e inicio de los ochenta que varias generaciones son capaces de tararear aun sin ser de su gusto. Y eso le ocurre a Supertramp, que arranc¨® en A Coru?a el s¨¢bado su gira retrospectiva por la pen¨ªnsula (estar¨¢ esta semana en Portugal, Madrid, Bilbao y Barcelona).
La veterana banda brit¨¢nica, nacida hace 40 a?os, vuelve amputada, sin su cofundador, Roger Hodgson. Este pasea ahora solo sus temas por los escenarios. Pero le falta la banda. Es su otrora media naranja, Rick Davies, quien tiene la marca y el grupo, incluidos tres pilares de su ¨¦poca dorada como John Helliwell (saxof¨®n, teclados), Dougie Thomson (bajo) y Bob Siebenberg (bater¨ªa). Pero se echa de menos a Hodgson, autor y voz de gran parte de las canciones m¨¢s conocidas, como Breakfast in America, Give a little bit, It?s raining again, Dreamer o The logical Song. Este retorno de Supertramp es para incondicionales y nost¨¢lgicos.
El Coliseo de A Coru?a se llen¨® en 2002 para su primera vuelta a los escenarios (ya sin Hodgson). Pero el s¨¢bado apenas super¨® la mitad del aforo, fijado en 9.000 personas. Eso s¨ª, hab¨ªa p¨²blico de todas las edades, aunque los 40-50 a?os eran mayor¨ªa. Como en el recompuesto Supertramp en el que los veteranos cuentan con el refuerzo de j¨®venes incorporaciones, entre ellos Jesse Siebenberg (el hijo de Bob, bater¨ªa) y tres coristas. Sobre ellos recae la misi¨®n de trampear la ausencia de Hodgson y cantar letras m¨ªticas. El ex alma mater de la banda se enfad¨® con esta gira porque dice tener un pacto verbal con Davies para que no toque sus canciones. S¨®lo lo cumple a medias.
El cantante y virtuoso del teclado pasa a segundo plano en siete de los 20 temas del concierto para dejar en la voz de los nuevos fichajes la interpretaci¨®n -con bastante acierto, hay que reconocerlo- de los archiconocidos singles de Hodgson que m¨¢s popularidad y mejores ventas dieron a Supertramp.
El sonido fue correcto. Todo muy tranquilote. Y con un tufillo a a?ejo en la puesta de escena de una formaci¨®n con aires de orquesta verbenera. Refuerzan esa sensaci¨®n las im¨¢genes pasadas de moda que aparecen en una pantalla gigante para amenizar algunos temas. Algunas son proyecciones de las portadas de discos, como la de Crime of the Century con la que acaba el espect¨¢culo. Otros intentos de evocar el pasado dorado de la banda resultan directamente r¨ªdiculas, como escenificar en carne y hueso la portada de Crisis, what crisis (1975) a trav¨¦s de un figurante en ba?ador sentado bajo una sombrilla naranja y leyendo un peri¨®dico.
Helliwell hizo de maestro de ceremonias. Dio las "boas noitas Galicia", ensalz¨® su comida y record¨® que esta gira tambi¨¦n es para hacer caja. Uno se puede llevar, por 25 euros, un pendrive con la grabaci¨®n en directo del concierto.
Con Supertramp, el Ayuntameinto de A Coru?a da por cubierta para este a?o las peticiones de "un sector del p¨²blico que desea ver artistas internacionales". De lejos s¨ª, tambi¨¦n en el tiempo.
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