Un g¨¦nero revalorizado
A partir de la ambiciosa exposici¨®n que dedic¨® A. E. P¨¦rez S¨¢nchez al bodeg¨®n espa?ol en 1983, Pintura espa?ola de bodegones y floreros de 1600 a Goya, se produjo un cambio espectacular en el aprecio cr¨ªtico y en la estimaci¨®n econ¨®mica internacionales de este g¨¦nero en nuestro pa¨ªs, al que hasta entonces casi nadie prest¨® atenci¨®n y, menos, lo consider¨® digno de confrontarse con los grandes especialistas de Italia y los Pa¨ªses Bajos.
Es cierto que se estimaba lo que realizaron figuras aisladas como Zurbar¨¢n o el primer Vel¨¢zquez, pero pasaba desapercibido lo aportado por los restantes especialistas espa?oles del siglo XVII. El ¨²nico precedente significativo en la revalorizaci¨®n del bodeg¨®n espa?ol fue el de la exposici¨®n que promovi¨® Julio Cavestany en Madrid en 1935, aunque sin olvidarnos de la que llev¨® a cabo Jos¨¦ L¨®pez Rey en 1964 en el estadounidense Museo de Newark. No obstante, la exposici¨®n de P¨¦rez S¨¢nchez fue la que desat¨® un cambio de actitud internacional, cuya pasi¨®n no ha dejado de acrecentarse hasta hoy, menudeando desde entonces las muestras en los mejores museos del mundo, multiplic¨¢ndose los coleccionistas y aumentando su cotizaci¨®n de manera exponencial.
En relaci¨®n con este revolucionario giro, el caso m¨¢s espectacular es el de Juan S¨¢nchez Cot¨¢n, un artista que, tras una laboriosa carrera en Toledo, ingres¨® como lego en la Cartuja de Granada a los 43 a?os, donde continu¨® pintando obras ya exclusivamente de naturaleza religiosa. Antes de profesar como religioso, S¨¢nchez Cot¨¢n hizo un inventario testamentario de sus bienes, entre los que consign¨® poseer unas 60 pinturas propias, la mitad de las cuales eran de car¨¢cter religioso, destacando entre el resto 11 retratos y nueve bodegones. Entre los conservados de estos ¨²ltimos, hasta ahora se reconoc¨ªan como indiscutibles media docena. En cualquier caso, la obra de S¨¢nchez Cot¨¢n presenta una diferencia de calidad desconcertante entre la originalidad y excelencia de sus bodegones y la aurea mediocritas de sus otros g¨¦neros.
Sus bodegones no solo rivalizan con maestros de otros pa¨ªses, sino que constituyen la piedra basamental de la identidad hist¨®rica del bodeg¨®n espa?ol. No solo causaron un impacto entre sus colegas, dejando una huella evidente en seguidores suyos, como Felipe Ram¨ªrez, Alejandro de Loarte o Juan Van der Hamen, sino que reflejan como ninguno un trasfondo cultural y un tipo de sensibilidad genuinamente espa?oles. Hoy ya nadie duda de que S¨¢nchez Cot¨¢n sea uno de los m¨¢s precoces y mejores especialistas en la pintura naturalista de bodegones en la Europa al filo de 1600, ni que constituya la llave maestra para la definici¨®n hist¨®rica y est¨¦tica de este g¨¦nero en nuestro pa¨ªs.
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