Los afganos vuelven hoy a las urnas
Ante las elecciones de Afganist¨¢n, ?est¨¢ fracasando la comunidad internacional en ese pa¨ªs? En mi opini¨®n, lo que fracas¨® all¨ª fue el intento de Bush y Rumsfeld de controlar el pa¨ªs apoyando a los se?ores de la guerra y a la dictadura de Musharraf en Pakist¨¢n. Hoy, con Obama, se ha fortalecido la ISAF, la misi¨®n militar de las Naciones Unidas, y el objetivo central de fortalecer el Estado afgano. Procesos electorales incluidos. De hecho, que se puedan celebrar estas elecciones es una gran prueba para Afganist¨¢n y para cualquiera de los pa¨ªses en los que la pobreza y la violencia parecen maldiciones imposibles de superar.
No se pueden ignorar los progresos producidos en estos a?os. Estuve en el pa¨ªs, con una misi¨®n parlamentaria, con motivo de las primeras elecciones, en el verano de 2004. El Estado afgano surgido de los acuerdos de Bon limitaba su autoridad, con el apoyo de la ISAF, a la ciudad de Kabul. Los informes del secretario general de la ONU hablaban de menos de 15.000 soldados afganos, y el pa¨ªs estaba en manos de los se?ores de la guerra. ?Ha empeorado la situaci¨®n? Desde entonces, con muchas dificultades, la ISAF ha ido extendiendo la autoridad del Estado por el pa¨ªs. Hoy, el Ej¨¦rcito afgano supera los 130.000 efectivos y la polic¨ªa tiene casi 100.000. Y m¨¢s de 100.000 milicianos a sueldo de los se?ores de la guerra fueron desarmados. Adem¨¢s, la seguridad de Kabul es ya responsabilidad de los afganos. Ha habido, antes de este, tres procesos electorales. Con dificultades, porque, cuando hablamos de Afganist¨¢n, nos referimos a un "Estado fallido", a un pa¨ªs con los peores indicadores de pobreza del mundo.
La misi¨®n de la ONU ha ayudado a extender la autoridad del Estado en el pa¨ªs
En las primeras elecciones, las presidenciales del 2004, el entusiasmo de la poblaci¨®n era enorme. Entonces, de la seguridad se ocuparon los soldados que aportaron los pa¨ªses de la ISAF, entre ellos los espa?oles, en respuesta a una petici¨®n angustiosa de Kofi Annan. Ahora, de la seguridad electoral se encargan los m¨¢s de 200.000 efectivos de las Fuerzas de Seguridad Nacional de Afganist¨¢n. Ha habido avances, pero, ser¨ªa un error demandar a un pa¨ªs del llamado "club de la miseria" unas s¨®lidas instituciones electorales, propias de los pa¨ªses de la OCDE.
Cuando seguimos los procesos electorales en "Estados d¨¦biles", solemos cometer el error de olvidar en qu¨¦ condiciones, tan distintas a las nuestras, se desarrollan. Lo m¨¢s importante para estas elecciones afganas es que, a pocos meses de iniciar el proceso de transferencia a los afganos de la responsabilidad de la seguridad, "provincia a provincia y distrito a distrito", incorporen un plus de legitimidad para las nuevas instituciones afganas. Pero, unas elecciones en un pa¨ªs del "club de la miseria" no pueden ser analizadas como si se celebrasen en Suiza. Ni existe una opini¨®n p¨²blica, decisiva en nuestras elecciones, ni una identidad nacional, tal y como nosotros la conocemos. Aunque, ser¨ªa injusto no reconocer los avances producidos en ambos frentes. La ISAF de Naciones Unidas no solo ha proporcionado seguridad, tambi¨¦n ha hecho posibles miles de medios de comunicaci¨®n al servicio de la formaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica "afgana". En Afganist¨¢n, como en tantos pa¨ªses, la filiaci¨®n ¨¦tnica a¨²n es dominante y se nota en las elecciones, pero los afganos reformadores tienen oportunidades, como la presencia garantizada de al menos 68 diputadas en el pr¨®ximo Parlamento.
La mayor amenaza son los talibanes, cuyo objetivo es que no se puedan abrir los centros electorales. Tiene mucho m¨¦rito ir a votar en algunas zonas de Afganist¨¢n. Aunque, como se?alan las encuestas de Gallup, la ¨²ltima del 10 de septiembre, empiezan a detectarse signos de cansancio. Son m¨¢s de 30 a?os de violencia. Pero, ser¨ªa un error pensar que estas elecciones son un asunto exclusivo de los afganos. Si abandonamos "nuestra tendencia a ver las naciones y los conflictos a trav¨¦s del prisma de la guerra fr¨ªa", en palabras de Obama, entenderemos que, en un mundo en el que las amenazas son globales, y las estrategias de seguridad deben serlo, el ¨¦xito o el fracaso de este proceso electoral nos afecta a todos.
Es la comunidad internacional quien debe decidir qu¨¦ quiere hacer con tantos "Estados d¨¦biles" y "Estados fallidos". Las elecciones no son la panacea, pero son mejor m¨¦todo para legitimar sus d¨¦biles instituciones nacionales que el habitual recurso a la violencia. Aunque no ayuda mucho que las operaciones de pacificaci¨®n de las Naciones Unidas, como la de Afganist¨¢n, destinadas a acciones cada vez m¨¢s complejas, como organizar elecciones, formar militares, o limpiar zonas minadas, entre otras, sean confundidas con guerras de ocupaci¨®n, como la de Irak.
"Lo que m¨¢s temen los talibanes es el fortalecimiento del Estado afgano", afirmaba el presidente Zapatero en el ¨²ltimo pleno del Congreso. Para eso sirven estas elecciones afganas, que tambi¨¦n son nuestras elecciones.
Jes¨²s Cuadrado Bausela es portavoz de Defensa del Grupo Parlamentario Socialista y presidente de la delegaci¨®n espa?ola en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.